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Proyecto eTwinning 2017/2018
LOS ZAPATOS NUEVOS
Piensa en esto: cuando te regalan los zapatos, te regalan algo precioso que quieres proteger. No te dan solamente un objeto para que te lo pongas en los pies, te dan algo que no quieres estropear porque es más que una pieza de ropa; un complemento a la moda.
Los zapatos nuevos son importantes porque son perfectos y limpios y por eso no quieres ensuciarlos. Normalmente cuando te los regalan no te los vas a poner cuando llueve pero seguramente va a llover, incluso si las previsiones del tiempo hubiera puesto sol.
No importa de qué marca son; porque cuando te pones los zapatos nuevos ellos son la cosa más importante.
Este paquete que contiene a los zapatos nuevos te da muchas ideas sobre cómo combinar la ropa.
Tan pronto como los ves, piensas si puedes ponértelos con tus pantalones preferidos, con una falda nueva o con aquel vestido que tanto te gusta; piensas si el color es adecuado, si se va a combinar fácilmente y si los llevas bien o mal.
No lo sabes, lo terrible es que aún no lo sabes, es que si cuando camines con ellos por un largo rato te lastimarán los pies o te sacarán callos.
Por Lavinia Frattarelli, Valentina Massetti y Angela Cari
Piensa en esto: cuando te regalan los zapatos, te regalan algo precioso que quieres proteger. No te dan solamente un objeto para que te lo pongas en los pies, te dan algo que no quieres estropear porque es más que una pieza de ropa; un complemento a la moda.
Los zapatos nuevos son importantes porque son perfectos y limpios y por eso no quieres ensuciarlos. Normalmente cuando te los regalan no te los vas a poner cuando llueve pero seguramente va a llover, incluso si las previsiones del tiempo hubiera puesto sol.
No importa de qué marca son; porque cuando te pones los zapatos nuevos ellos son la cosa más importante.
Este paquete que contiene a los zapatos nuevos te da muchas ideas sobre cómo combinar la ropa.
Tan pronto como los ves, piensas si puedes ponértelos con tus pantalones preferidos, con una falda nueva o con aquel vestido que tanto te gusta; piensas si el color es adecuado, si se va a combinar fácilmente y si los llevas bien o mal.
No lo sabes, lo terrible es que aún no lo sabes, es que si cuando camines con ellos por un largo rato te lastimarán los pies o te sacarán callos.
Por Lavinia Frattarelli, Valentina Massetti y Angela Cari
LA COMIDA Y SUS SENTIMIENTOS
Piensa en esto: cuando te preparan un plato que te gusta, te preparan como un conjunto de emociones diferentes que pueden ser la felicidad, un mundo entero, un crisol de culturas.
En aquel momento empiezas a vivir y a fantasear en un mundo todo tuyo, lleno de colores, con personajes fantásticos y empiezas a fundirte en la escena mientras esperas saborear la comida que te están a punto de servir, que antes o después será una manera para engordar, la necesidad de ir a correr toda la noche.
Obviamente los colores y las varias imaginaciones que haces dependerán de los ingredientes con que está formado el plato; si te preparan un tipo de pasta llamado "carbonara" vivirás en un mundo amarillo como el huevo, rosado como el tocino, blanco como la nata; pero si comieras la pizza con chorizo picante y setas imaginarás aquí encontrarte en un bosque con los dragones y elfos. El dragón como una representación del picante (como se le conoce como un animal mitológico que escupe fuego) y al elfo o duende como morador en las setas.
Por el contrario, si te preparan un plato que no te gusta, te transmiten emociones más tristes y en ese momento te sentirás incómodo, aburrido, sombrío; un mar de nubes van a oscurecer tu mente. De tal manera que cuando esperas probar un plato que NO te gusta, en ese momento todo alrededor de ti tendrá una tonalidad de colores oscuros, del gris al negro.
Piensa en esto: cuando te preparan un plato que te gusta, te preparan como un conjunto de emociones diferentes que pueden ser la felicidad, un mundo entero, un crisol de culturas.
En aquel momento empiezas a vivir y a fantasear en un mundo todo tuyo, lleno de colores, con personajes fantásticos y empiezas a fundirte en la escena mientras esperas saborear la comida que te están a punto de servir, que antes o después será una manera para engordar, la necesidad de ir a correr toda la noche.
Obviamente los colores y las varias imaginaciones que haces dependerán de los ingredientes con que está formado el plato; si te preparan un tipo de pasta llamado "carbonara" vivirás en un mundo amarillo como el huevo, rosado como el tocino, blanco como la nata; pero si comieras la pizza con chorizo picante y setas imaginarás aquí encontrarte en un bosque con los dragones y elfos. El dragón como una representación del picante (como se le conoce como un animal mitológico que escupe fuego) y al elfo o duende como morador en las setas.
Por el contrario, si te preparan un plato que no te gusta, te transmiten emociones más tristes y en ese momento te sentirás incómodo, aburrido, sombrío; un mar de nubes van a oscurecer tu mente. De tal manera que cuando esperas probar un plato que NO te gusta, en ese momento todo alrededor de ti tendrá una tonalidad de colores oscuros, del gris al negro.
En tu mente advertirás un sentido de desilusión, una ola gigantesca te arrollará cuando probarás una pequeñisima ración de aquella comida.
Cuando te regalan comida te pueden regalar algo delicioso. No te dan solamente comida sino te dan algo deseable, te pueden dar algo tan apetecible que nos resulta difícil describirlo. Te regalan un consuelo emocional, una forma de afrontar las emociones que a la vez calma el hambre. Cuando te regalan comida, a veces te regalan la necesidad de comer en tiempos de aburrimiento.
Te regalan, a lo mejor no lo saben, el miedo de influir en el peso y la salud. La necesidad de que cada vez que tienes un problema tengas que refugiarte en ella; la comida es de gran consolación en nuestra vida.
Te regalan la necesidad de que no entendamos porqué, siempre que comemos, nos regala un vital, pero a la vez un adictivo placer.
Por Arianna Galmacci, Eleonora Carubini, Aurora Shehu y Letizia Biancalana
Cuando te regalan comida te pueden regalar algo delicioso. No te dan solamente comida sino te dan algo deseable, te pueden dar algo tan apetecible que nos resulta difícil describirlo. Te regalan un consuelo emocional, una forma de afrontar las emociones que a la vez calma el hambre. Cuando te regalan comida, a veces te regalan la necesidad de comer en tiempos de aburrimiento.
Te regalan, a lo mejor no lo saben, el miedo de influir en el peso y la salud. La necesidad de que cada vez que tienes un problema tengas que refugiarte en ella; la comida es de gran consolación en nuestra vida.
Te regalan la necesidad de que no entendamos porqué, siempre que comemos, nos regala un vital, pero a la vez un adictivo placer.
Por Arianna Galmacci, Eleonora Carubini, Aurora Shehu y Letizia Biancalana
LA FAMILIA COMO UN ÁRBOL
Piensa en esto: cuando empiezas a formar parte de una familia, tú formas parte de un grupo de personas que tú no has elegido, pero a las cuales tú estás relacionado independientemente de documentos escritos o algunos motivos ocultos. Tú estás relacionado a esta gente por el sentimiento. Tú empiezas a compartir tu vida, tus alegrías y tus tristezas con ellos.
Piensa en esto: cuando naciste, te regalan una familia, te regalan personas para toda tu vida, una relación duradera y fusional.
Tú te conviertes en una rama de un gran árbol. Un árbol fuerte y perfectamente plantado en el suelo. Este árbol está compuesto por muchas partes que lo hacen importante y único, las raíces como tradiciones, el tronco como la casa y el equilibrio de toda la familia y las ramas siempre en transformación.
Un árbol que pasa momentos diferentes como las estaciones: momentos en los cuales las hojas caen y envejecen y momentos de floración con muchos colores y alegrías.
Tú empiezas a formar parte de un grupo que estará siempre allí, a tu lado independientemente de lo que hagas, sin prejuicios pero siempre listos a ayudarte.
Piensa en esto: cuando empiezas a formar parte de una familia, tú formas parte de un grupo de personas que tú no has elegido, pero a las cuales tú estás relacionado independientemente de documentos escritos o algunos motivos ocultos. Tú estás relacionado a esta gente por el sentimiento. Tú empiezas a compartir tu vida, tus alegrías y tus tristezas con ellos.
Piensa en esto: cuando naciste, te regalan una familia, te regalan personas para toda tu vida, una relación duradera y fusional.
Tú te conviertes en una rama de un gran árbol. Un árbol fuerte y perfectamente plantado en el suelo. Este árbol está compuesto por muchas partes que lo hacen importante y único, las raíces como tradiciones, el tronco como la casa y el equilibrio de toda la familia y las ramas siempre en transformación.
Un árbol que pasa momentos diferentes como las estaciones: momentos en los cuales las hojas caen y envejecen y momentos de floración con muchos colores y alegrías.
Tú empiezas a formar parte de un grupo que estará siempre allí, a tu lado independientemente de lo que hagas, sin prejuicios pero siempre listos a ayudarte.
Te regalan, no lo saben, lo terrible es que no lo saben, te regalan una familia que solo quiere tu bienestar. Aunque estás harto de ella, recuérdate que cuando eras pequeño, pensabas que todos los miembros de tu familia eran héroes.
Te regalan la necesidad de hacer siempre todo lo mejor que puedas para que siga estando orgullosa de ti. Te regalan la obsesión de perderla, de que te la quiten, de que se enferme. Te regalan la seguridad y el cariño de una familia. Te regalan la ganas de hablar siempre de ella.
Cuando estás con tu familia te sientes por las nubes, comprendido y acompañado. No solo estás con tu familia, acompañada y feliz porque sabrás que nunca se irán de tu lado. No saben lo terrible que es cuando no están a tu lado, automáticamente te vuelves frágil y vulnerable cuando no los sientes cerca. Ellos te regalan la necesidad de querer y sentirte querida. Te regalan el miedo a estar sola, y la tendencia a saber que son tu prioridad. No sólo te sientes bien, los haces sentir bien y por ello te ofrecen todo lo que tienen. No te regalan la compañía de tu familia tú eres el regalado, el esperado por tu familia.
Por Alessia Amadei, Elide Donini y Alice Duranti
Te regalan la necesidad de hacer siempre todo lo mejor que puedas para que siga estando orgullosa de ti. Te regalan la obsesión de perderla, de que te la quiten, de que se enferme. Te regalan la seguridad y el cariño de una familia. Te regalan la ganas de hablar siempre de ella.
Cuando estás con tu familia te sientes por las nubes, comprendido y acompañado. No solo estás con tu familia, acompañada y feliz porque sabrás que nunca se irán de tu lado. No saben lo terrible que es cuando no están a tu lado, automáticamente te vuelves frágil y vulnerable cuando no los sientes cerca. Ellos te regalan la necesidad de querer y sentirte querida. Te regalan el miedo a estar sola, y la tendencia a saber que son tu prioridad. No sólo te sientes bien, los haces sentir bien y por ello te ofrecen todo lo que tienen. No te regalan la compañía de tu familia tú eres el regalado, el esperado por tu familia.
Por Alessia Amadei, Elide Donini y Alice Duranti
