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Las aventuras de Kevin

by DARIANA SUSEJ GOMES FLORES

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Colegio San Ignacio.
1er Año "B".
G.H.C
Dariana Gomes
Natalia Faria
Valerie Hoyos
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Kevin Miller
Un viaje por lo ecológico
Primer capítulo
-¿Acaso el humo se disipará por completo alguna vez?-
se preguntaba Kevin Miller mientras navegaba en su pequeño barco por la bahía. Las hojas adoraban la superficie de la bahía, cuya agua formaba unas suaves ondas. Muchas veces se había hecho así mismo esta pregunta. Desde que su familia vivía por esta región ,y de eso hacía tanto tiempo que no podía recordarlo. Nadie había visto todas aquellas aguas sin nubes, por pequeñas que estas fueran. 
Había días, por supuesto, incluso semanas y meses enteros, ante todo un verano, en los que la bahía se veía inundada por la luz del sol. Los rayos se deslizaban por las ondas y enseguida se tenía la impresión de ser capaz de dominar todo el lago, pero incluso en tales días, las distantes orillas siempre aparecían cubiertas por bancos de humo y el horizonte presentaba unas finas nubes negras.
1. ¿Acaso el humo se disipará por completo alguna vez?
La vida en las grandes ciudades
-¿Acaso el humo se disipará por completo alguna vez?-
se preguntaba Kevin Miller mientras navegaba en su pequeño barco por la bahía. Las hojas adoraban la superficie de la bahía, cuya agua formaba unas suaves ondas. Muchas veces se había hecho así mismo esta pregunta. Desde que su familia vivía por esta región ,y de eso hacía tanto tiempo que no podía recordarlo. Nadie había visto todas aquellas aguas sin nubes, por pequeñas que estas fueran. 
Había días, por supuesto, incluso semanas y meses enteros, ante todo un verano, en los que la bahía se veía inundada por la luz del sol. Los rayos se deslizaban por las ondas y enseguida se tenía la impresión de ser capaz de dominar todo el lago, pero incluso en tales días, las distantes orillas siempre aparecían cubiertas por bancos de humo y el horizonte presentaba unas finas nubes negras.
Kevin había intentado atravesar este velo. Siendo joven había navegado por toda la bahía tratando de divisar lo que había detrás de esta. Pero su felicidad siempre se veía perturbada por el hecho de que el humo apareciera en otro lugar.
A continuación, kevin se alejaba por el agua y se concentraba en una zona de la lejanía que se presentaba nublada ante sus ojos. Pero, siempre que creía poder verla por fin con claridad, ocurría como si el humo se trasladaba justo al lado de su bote, de modo que nunca fue capaz de contemplar la gran bahía en toda su extensión.

-Quizás nunca consiga ver el algo en su totalidad, pero intentaré, en la medida de la posible, descubrirlo y disfrutarlo.- pensó Kevin mientras se dirigía remando al puerto de su casa. 

Tampoco los más viejos del lugar habían visto la bahía en toda su extensión. Algunos conocían ciertos lugares en el agua en los que rara vez se concentraba el humo ahí. En la región circulaban dos teorías sobre la niebla.
Una sostenía que disminuía en intervalos regulares y que se renovaba con l misma regularidad. Otra afirmaba que el humo disminuía, a pesar de sus oscilaciones, constantemente, y que llegaría el precioso día en el que todo el mundo lograría observar en su totalidad e hermoso cielo de la Bahía.

En la región se producían fuertes discusiones incluso enfrentamientos, con respecto a estas dos teorías. Incluso, en una ocasión, su madre le había logrado tirar un pescado a la cabeza a su vecina.

Ah, sí, su familia. Se trataba de una familia especial. Cada uno de sus miembros era muy agradable, salvo que a veces reflexionaban en exceso. Sus padres no eran en absoluto una pareja extraña, su madre era una típica Clinton. Los Clinton eran desde hacía mucho tiempo una conocida e influyente familia de la bahía y no disimulaban en absoluto que se consideraban gente especial. Poseían una especialidad muy marcada de dejar de lado la realidad.
-Si fuéramos gobernadores o si los gobernadores fueran como nosotros, todo iría mejor- solían decir en tales momentos.
Una sostenía que disminuía en intervalos regulares y que se renovaba con l misma regularidad. Otra afirmaba que el humo disminuía, a pesar de sus oscilaciones, constantemente, y que llegaría el precioso día en el que todo el mundo lograría observar en su totalidad e hermoso cielo de la Bahía.

En la región se producían fuertes discusiones incluso enfrentamientos, con respecto a estas dos teorías. Incluso, en una ocasión, su madre le había logrado tirar un pescado a la cabeza a su vecina.

Ah, sí, su familia. Se trataba de una familia especial. Cada uno de sus miembros era muy agradable, salvo que a veces reflexionaban en exceso. Sus padres no eran en absoluto una pareja extraña, su madre era una típica Clinton. Los Clinton eran desde hacía mucho tiempo una conocida e influyente familia de la bahía y no disimulaban en absoluto que se consideraban gente especial. Poseían una especialidad muy marcada de dejar de lado la realidad.
-Si fuéramos gobernadores o si los gobernadores fueran como nosotros, todo iría mejor- solían decir en tales momentos.
Acaso el padre de Kevin tenía más los pies en la tierra. Era de la idea de que las cosas funcionarían mejor si todos reflexionaran más, mientras que su mujer frecuentemente utilizaba metáforas y tendía a disfrutar abiertamente de la vida; su marido era una persona más retraída.

En ocasiones, para despejarse un poco, Kevin va en bici a unas pequeñas colinas no muy lejos de la bahía, entre las cuales se encontraba un valle, por donde corría una fuerte brisa que disipaba los restos de las nubes negras. Era el lugar preferido de Kevin, ya que el sol brillaba y abundaban el cantar de las aves. De cuando en vez, Kevin soñaba con que la bahía pudiera exhibir tanta pureza.

Kevin subió las escalerillas que conducían del embarcadero a la plataforma de la casa. Esta estaba situada a las afueras de la costa, y se observaba mejor que cualquier casa desde la lejanía. Las casas más atractivas eran las que no estaban precisamente en la tierra, al igual que su casa, que la sostenía tres grandes pilares apoyados en la profundidad del mar.
Al entrar a su hogar, en una de las paredes del pasillo se encontraba una hoja de papel, una nota, de su madre:

-''El alcalde ha convocado a todos los interesados a una reunión, que se realzará en la plaza para conversar sobre las falsas acusaciones que lo involucran con la nube negra''.

Luego de esto, Kevin agarró su bici y emprendió marcha hacia la plaza de aquella región.

Los veranos se volvieron más calurosos incluso con sequías inclementes. La época de lluvia ahogaba a la gente en sus casas. La desesperación se respiraba en cada esquina, un día de abril, fue tanta la exaltación de los pobladores embravecidos que el alcalde se vio obligado a responder sobre ciertas acusaciones que lo involucraron de alguna forma con aquella nube negra. Con la astucia y el verbo embustero, el alcalde prometía que el tiempo iba a mejorar; y que mientras tanto, podían disfrutar de una riqueza que permitía la expansión de la ciudad.
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