Cartas de San Valentín 20/21

Oh amada mía ya te echo de menos

Dos meses fuera de mi país y ya echo de menos tu estancia en Viena, y tus preciosos paseos a caballo. Ojalá volver a ese viaje de verano, que tanto extraño y poder tenerte en mis brazos sin que mi madre y mi padre supieran de este amor privado. Amada mia, ya mismo volveré de la reconquista y poder besar tus labios,que el mundo entero se entere que el amor entre un conde y una criada podía vivir en llamas. Hasta entonces mi único transporte para poder verte son los sueños, en los que te veo. Oh amada mía volveré a por ti y juntos nos iremos lejos de nuestro reino,lejos de mi rey y de mi reino, no olvides lo que te quiero,ya queda poco para vernos. Esperare tu respuesta como alma en vilo y que la noche te acoja con su oscuro cielo. Oh amada mía ya te estoy echando de menos. Firmado el Conde de Austria.&nbsp;

Oh querida amada, gracias por acompañarme en las buenas y en las malas, cuando estoy con vos me siento feliz, si tengo problemas vienes y me calmas. Aunque vos y yo nos enfadamos pronto lo arreglamos. Desde que nací hasta ahora vos me acompañaste y hasta la muerte en contacto estaré. Oh querida amada te quiero hasta la montaña desde Pekín al Himalaya, nuestro amor es verdadero desde el nacimiento al fallecimiento.

Oh amada mía, que te escribo desde mi humilde morada, aunque no sé si leerás esta larga carta empapada, empapada de mi llanto roto al buscar y no encontrar tu mirada, mirada que cuando pienso en ella me hace sonrojar, así sacándome una sonrisa pensando en los muchos momentos en los que contigo, yo he querido pasar. Hubiere yo querido en ese valle tumbado estar junto a tu rostro conectado con mi alma y así no dejarte de mirar. Tu belleza de la que nadie para de hablar, a mí me trae loco, cuando te veo desde mi ventana pasar. En mi reino, pocas son las mujeres que yo permito entrar, siendo así que a ti sinpensármelo te dejaría pasar.

Quién hubiera querido, que tu mirada se cruza con la mía, de ese bello resplandor, del reluce tu rostro, dejando un rastro lleno de amor y poesía. Mi amor por ti es infinito, aún mas sin cesar, de mi hermosa locura, que no me permite pensar. Ni tu pelo ni tus pies Quién hubiera querido, que tu mirada se cruzara con la mía, de ese bello resplandor, del reluce tu rostro, dejando un rastro lleno de amor y poesía. Mi amor por ti es infinito, aún más sin cesar, de mi hermosa locura, que no me permite pensar. Ni tu pelo ni tus pies, dejaron de en mi cabeza rondar, buscando el sitio y el momento, para en la tuya hacerlo entrar. Que hermosa princesa, quiere con un pobre hombre estar, dejando su corazón seco, como un secarral. Ni mi caballo ni mi perro, quieren que con una mujer yo pudiere estar , pero si me permites en tu corazón yo quiero entrar.

El amor durará tanto como lo cuides y lo cuidarás tanto como lo quieras

Querido amado mío extraño tu presencia, en este día, el día del amor, desde el interior de mi palacio a través del rosetón observo recuerdos que tuvimos juntos, como el día en que nos conocimos. He recibido tu regalo, preciosas rosas con olor a nostalgia, espero que pronto te llegue el mío, te extraño tanto en este día, que el deseo de tenerte aquí conmigo se ha hecho realidad, llámame loca, pero te veo en cada esquina de palacio, tan elegante, bello y fino, con un clavel rojo simbolizando nuestro amor en el bolsillo izquierdo de tu lujoso traje. Tu ausencia me hace estar triste pero tu&nbsp;“presencia”&nbsp;me hace estar feliz, a veces río a veces lloro y a veces canto, supongo que es el hechizo del amor.

¡Oh, querido Jesús! Tu mirada es aquella que me da luz. Con tu compañía&nbsp; siempre siento esa alegría, que me hace sentir viva. Con mis problemas eres quien me ayuda haciendo que todos ellos de mí huyan. Mis temores siempre puedes ahuyentar cuando me miras con tu precioso mirar. ¡Oh, querido mío! Compañero mío compartiría todo contigo. Me gusta tu valentía&nbsp; porque me defiendes como nunca nadie haría. Para mí eres como el oro porque brillas como un gran tesoro. Tus abrazos me calman cuando me siento intranquila.

Manda una carta a tu amado o amada como si estuviéramos en la Edad Media. Utiliza un lenguaje apropiado a esta época. Por ejemplo puedes añadir expresiones como "¡Oh amado mío!", "Te añoro tanto", o cualquier otra que se os ocurra y sea de este estilo. Podéis inventar una historia de amor donde se representen los típicos problemas que tenían en las novelas del Renacimiento los enamorados (separación, ausencia, etc.) ¡Dejad volar vuestra imaginación!

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