Book Creator

FILOSOFÍA MEDIEVAL

by Andrea Ruiz, Nerea Pérez, Paula de la Torre y Alba García

Cover

Loading...
Andrea Ruiz, Nerea Pérez, Paula de la Torre y Alba García
Loading...
2ºB
Loading...
FILOSOFÍA
MEDIEVAL
Loading...
Loading...
Loading...
Siglos IV, XII, XIII Y XIV
Índice
-Contexto histórico

-Agustín de Hipona, siglo IV
(Paula de la Torre)

-Averroes y Maimónides, siglo XII
(Nerea Pérez)

-Tomás de Aquino, siglo XIII
(Andrea Ruiz)

-Guillermo de Ockham, siglo XIV
(Alba García)

-Webgrafía
Contexto histórico
INTRODUCCIÓN DE LA ÉPOCA ROMANA Y DEL INICIO DEL CRISTIANISMO. PAPEL DE CONSTANTINO Y DE TEODOSIO.
Antes de finales del siglo I, las autoridades romanas reconocieron al cristianismo como una religión separada del judaísmo. La distinción, tal vez ya hecha en la práctica en el momento del Gran incendio de Roma en el año 64, fue dada por el emperador Nerva alrededor del año 98 al conceder a los cristianos la exención del pago del Fiscus judaicus, el impuesto anual sobre los judíos. Plinio el Joven, cuando fue promagistrado en Bitinia en el año 103, asume en sus cartas a Trajano que como los cristianos no pagan el impuesto, no son judíos. 
Dado que el pago de impuestos había sido una de las formas en que los judíos demostraban su buena voluntad y lealtad hacia el Imperio, los cristianos tenían que negociar sus propias alternativas para participar en el culto imperial. Su negativa a adorar a los dioses romanos o a rendir homenaje al emperador como algo divino resultó en ocasiones en persecución y martirio. El Padre de la Iglesia Tertuliano, por ejemplo, trató de argumentar que el cristianismo no era intrínsecamente traicionero, y que los cristianos podían ofrecer su propia forma de oración para el bienestar del emperador.
El cristianismo se extendió especialmente en las partes orientales del Imperio y más allá de su frontera; en el oeste, era al principio relativamente limitado, pero surgieron importantes comunidades cristianas en Roma, Cartago y otros centros urbanos, convirtiéndose a finales del siglo III en la fe dominante en algunos de ellos. Los cristianos representaban aproximadamente el 10% de la población romana por el año 300, según algunas estimaciones. Según Will Durant, la Iglesia cristiana prevaleció sobre el paganismo porque ofrecía una doctrina mucho más atractiva y porque los líderes de la iglesia se ocupaban de las necesidades humanas mejor que sus rivales.
En el 301, el Reino de Armenia, nominalmente un reino cliente romano pero gobernado por una dinastía parta, se convirtió en la primera nación en adoptar el cristianismo como su religión de estado.
En el 311, con el Edicto de Sárdica, el moribundo emperador Galerio puso fin a la persecución diocleciana que se dice instigó, y en el 313, el emperador Constantino I el Grande emitió el Edicto de Milán, concediendo a los cristianos y a otros “el derecho a la libre y abierta observancia de su culto”.
Constantino comenzó a utilizar símbolos cristianos como el crismón a principios de su reinado, pero incluso así alentó las prácticas religiosas romanas tradicionales, incluyendo la adoración del sol. En el 330, Constantino estableció la ciudad de Constantinopla como la nueva capital del Imperio romano. La ciudad llegaría a ser gradualmente vista como el centro intelectual y cultural del mundo cristiano.
En el transcurso del siglo IV el cristianismo se consumió por los debates en torno a la ortodoxia, es decir, qué doctrinas religiosas eran las correctas. A principios del siglo IV, un grupo del norte de África, llamado donatistas, que creía en una interpretación muy rígida del cristianismo y que excluía a muchos de los que habían abandonado la fe durante la persecución de Diocleciano, creó una crisis en el Imperio occidental. Se celebró un sínodo en Roma en el 313, seguido de otro en Arlés en el 314. Estos sínodos dictaminaron que la fe donatista era una herejía y, cuando los donatistas se negaron a retractarse, Constantino lanzó la primera campaña de persecución por parte de los cristianos contra los cristianos, y comenzó la participación imperial en la teología cristiana. Sin embargo, durante el reinado del emperador Juliano el Apóstata, los donatistas, que formaron el partido mayoritario en la provincia romana de África durante 30 años, recibieron la aprobación oficial.
El 27 de febrero de 380, Teodosio I estableció, con el Edicto de Tesalónica, el cristianismo del Primer Concilio de Nicea como religión estatal del Imperio, reservando a sus seguidores el título de cristianos católicos y declarando que quienes no siguieran la religión enseñada por el papa Dámaso I de Roma y el papa Pedro de Alejandría serían llamados herejes.
En el año 391, Teodosio cerró todos los templos paganos (no cristianos y no judíos) y prohibió formalmente el culto pagano.
FINAL DEL IMPERIO CON LAS INVASIONES BÁRBARAS
En el siglo V, el imperio de Occidente decayó rápidamente y para finales de siglo ya no existía. En pocas décadas, los pueblos germánicos, particularmente los godos y vándalos , conquistaron las provincias occidentales. Roma fue saqueada en los años 410 y 455, y sería saqueada de nuevo en el siguiente siglo en el 546.
En el 476 el cacique germánico Odoacro había conquistado Italia y depuesto al último emperador occidental, Rómulo Augústulo, aunque se sometió nominalmente a la autoridad de Constantinopla. Los pueblos germánicos arrianos establecieron sus propios sistemas de iglesias y obispos en las provincias occidentales, pero en general fueron tolerantes con la población que eligió permanecer en comunión con la iglesia imperial.
En el año 533 el emperador romano Justiniano I en Constantinopla lanzó una campaña militar para reclamar las provincias occidentales de los germanos arrianos, empezando por el norte de África y continuando hacia Italia. Su éxito en la recuperación de gran parte del Mediterráneo occidental fue temporal. El imperio pronto perdió la mayoría de estos logros, pero mantuvo a Roma, como parte del Exarcado de Rávena, hasta el año 751.
Justiniano estableció definitivamente el Cesaropapismo, creyendo «que tenía el derecho y el deber de regular por sus leyes los más mínimos detalles del culto y la disciplina, y también de ordenar los dictámenes teológicos que se deben mantener en la Iglesia». Según la entrada en A Greek-English Lexicon, el término ortodoxo aparece por primera vez en el Código de Justiniano: «Disponemos que todas las iglesias católicas, en todo el mundo, se pongan bajo el control de los obispos ortodoxos que han abrazado el Credo Niceno».
A finales del siglo VI, la Iglesia dentro del Imperio se había unido firmemente al gobierno imperial, mientras que en el Occidente el cristianismo estaba mayormente sujeto a las leyes y costumbres de las naciones que no debían ninguna lealtad al emperador.
LA “EDAD OSCURA”

Este concepto de un tiempo de oscuridad fue creado en el siglo XIV por el erudito italiano Francesco Petrarca, y estaba pensado originalmente como una crítica a la falta de carácter de la última literatura latina. Los historiadores posteriores expandieron el término para referirse al período de transición entre la antigüedad romana clásica y la Alta Edad Media, caracterizado por:
-No solo la falta de literatura en latín, sino también la falta de historia escrita contemporánea.
-La decadencia demográfica general donde la sociedad se dividió en estamentos: los nobles imponían su poder sobre los campesinos, que dependían de su protección. Al mismo tiempo, la Iglesia utilizaba la figura y el poder de Dios para imponer su voluntad. Las clases más bajas no tenían acceso al conocimiento: era una forma de evitar que se rebelaran y tomaran el control ante la autoridad de nobles y eclesiásticos.
-La limitada actividad constructiva y cultural (que se pone de manifiesto, por ejemplo, en el empobrecimiento de la tecnología, como se ve en el caso de la cerámica). Posteriormente, la cultura popular ha usado el término para describir la Edad Media como un tiempo de atraso, extendiendo su uso peyorativo y ampliando su alcance.
Esta situación contrastaba con la época clásica anterior, en la que los antiguos griegos y romanos desarrollaron campos de estudio como la ciencia, la filosofía y la política.
PrevNext