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Alla ricerca del senso perduto vol2 ESP

by Federica Scarrione

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Español
EL PLANETA GUSTO
Y ahora, si quieren otro pasaje para viajar con nosotros, en el infinito espacio de la fantasía, presten atención: se quedarán boquiabiertos así como pasó a los personajes de nuestra historia cuando aterrizaron en el Planeta Gusto, como que llegados aquí nadie querría irse. Las calles, las plazas y las casas están llenas de todas las delicias para el paladar; encontrarás la plaza de la leche, de la harina, del azúcar, de la sal y por último la plaza del aceite. Y qué decir de las calles: la de los dulces, del chocolate, de las galletas, de los pasteles y de la bollería... 
¡Ahora puedes imaginar por qué nadie quiere dejar este dulce y delicioso Planeta! De hecho, los mismos héroes tienen la tentación de alejarse durante un breve periodo de tiempo y olvidar su misión y la Tierra, pero saben que eso nunca puede ocurrir, porque no traer el gusto a la Tierra sería un gran daño para la humanidad. Los alimentos son indispensables para la vida de todos los seres vivos.

El protector y guardián de este planeta es el rey Comelón, un hombre regordete con una cara tan redonda como una manzana, que lleva una corona con forma de pandulce en la cabeza y es más bueno que el pan. Este rey es muy goloso y, por tanto, exigente. De hecho, para satisfacer su gran estómago, había buscado al mejor chef del planeta, ¡¡¡un chef de 5 estrellas Michelin!!!
 El cocinero llamado buen Tenedor, a diferencia del soberano, es alto y escuchimizado, tiene el pelo liso y largo como espaguetis y lleva un tocado bastante ridículo, muy parecido a un racimo de plátanos. ¡También su carácter es el opuesto al de Su Majestad! 
De hecho, es antipático, hosco y cuando habla ¡es muy presumido! Hasta Dog también, que suele acoger a todos moviendo la cola y ladrando con mucha cariñosa energía, se queda quieto mirando los dos niños, que piensan:” ¡Socorro, esta es una señal negativa! Max de repente revela a sus compañeros de aventuras que él también es un excelente y competente cocinero y, una vez haberse topado con el rey de esta galaxia y tras haberle rogado continuamente y sin éxito que volviera con ellos a la Tierra, le proponen una competición: crear una comida inolvidable e innovativa que pudiese ganar al chef estrellado.
Este último, engreído y por tanto seguro de su victoria, no se compromete a crear una comida para su rey porque sabe que nadie sería capaz de vencerle. En cambio, los tres héroes buscan juntos una posible solución y al final se les ocurre una idea: combinar la pizza, una comida muy apreciada por los humanos, con los chupetes, el postre favorito de los niños. De ahí el nombre del nuevo alimento realizado: el "Chupapizza". Con una receta que sólo la unión puede crear, transforman su amistad en un polvo mágico que deciden añadir a su plato especial. Inmediatamente, los tres espolvorean el pastel con el polvo de la amistad, listo para ser degustado por el rey, que, relamiéndose, exclama “De todas las comidas cocinadas por mi chef, esto ha sido el único que me ha hecho la boca agua, así que os agradezco, mantendré mi promesa y os declaro los ganadores del reto. El Gusto es vuestro , y también el honor y el placer de devolverlo a la Tierra."
El chef, derrotado, permanece en silencio y siente vergüenza por no haberse aplicado más; apenado, se da cuenta de que no conoce el valor de la amistad, pero después de la buena lección, apreciará este ingrediente precioso que antes no conocía.
¡Los tres héroes, contentos de haber cumplido también esta misión, están listos para marcharse de nuevo con un sentido más!

EL PLANETA TACTO
 Max, Mia y el perro Dog llegan al Planeta Tacto, en particular a la estación de peaje, y el peajero les pregunta, con una sonrisa burlona,: "¿Sois niños 'sensibles'?" 
Los dos se miran un poco perplejos y vuelven a partir. Mientras aparcan la nave espacial, se dan cuenta de que hay un cartel con una inscripción "EN EL PLANETA TACTO NO SE PUEDEN UTILIZAR ZAPATOS, CHANCLAS Y PANTUFLAS…"
Los niños, curiosos y cada vez más confusos, se quitan los zapatos y bajan de la nave espacial.
No tienen ni siquiera el tiempo para entender que, en cuanto ponen el pie en el suelo, sienten algo blando, húmedo y viscoso debajo de ellos: "¡¡¡ Es slime!!!". Inmediatamente después, un extraño hombrecillo se acerca a ellos y les dice: "Si queréis continuar vuestro viaje a los otros planetas, tenéis que superar un desafío: pasaréis los niveles si adivináis el material sobre el que habéis puesto los pies, - ¡Qué no sean malolientes! - y cuéntanos cuáles sensaciones sienten".
Max y Mia felices aceptan el desafío y el hombrecito añade: "He olvidado algo importante: ¡ vendarías los ojos y, por lo tanto, tendriàs que confiar en vuestro sentido táctil, sin usar vuestras manos! ¿Estáis siempre seguros?"
"¡Sí!" Así que nuestros héroes comienzan la aventura.
La ruta se divide en cinco niveles.
Los niños entran en la primera imagen y sienten bajo sus pies una extraña sensación de fresco y húmedo, así como algo que les hace cosquillas. Se miran y juntos dicen "¡Hierba!" El acceso a la siguiente imagen se abre con esa pequeña palabra. Esta vez la primera sensación es caliente, casi ardiente junto con cierta molestia, un poco como cuando... "¡Arena!".
Los niños recuerdan la sensación de arena bajo sus pies cuando van al mar.


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