Londres

Thiago Zoppi

Londres- martes 11:15 pm

Se escucharon unos golpes en la puerta que llamarían la atención de Jacob. Cuando abre la puerta, se percata de que no era ni más ni menos que el señor Eastwood, dueño del hotel más caro de Londres.
-Señor Eastwood ¿Qué hace Ud. aquí a estas horas? Creo que es un poco tarde para tomar él te.
- ¿Usted es el señor Jacob Frye verdad? Uno de los mejores detectives de Londres
-Podría decirse que si- dice con superación- ¿Cuál es el problema?
-Sígame por favor-
- ¿Usted sabe que estoy retirado verdad? Mis días como detective han pasado-
-Lo se señor, pero creo que es el único que podría resolver esto-
Frye era considerado como el mejor detective de Londres, quizás del Reino Unido. Atrapó a los cincuenta asesinos y ladrones más peligrosos y con más fama de su ciudad. Jacob tenía un compañero, se llamaba Howard, falleció hace unos años. Hoy en día, el detective más aclamado de Londres estaría retirado.

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Eastwood lo lleva hasta un edificio bastante lujoso en el cual entran y suben hasta el piso 9°. Al estar frente a la habitación, Jacob se percata de que la puerta de entrada poseía unos arañazos. -Extraño- susurró. Al entrar, se encuentra con los espejos partidos, una silla de madera color negra que le faltaba la pata delantera derecha, lograron ver las alfombras marcadas con arañazos un poco más débiles que los de la puerta, la cama estaba completamente desarmada y con signos de violencia… dedujo. Lo más impactante, es que en la ventana que daba a la calle, había un enorme agujero perfectamente circular en el cual cabía de forma sobrada, una persona.
- ¿Qué me dice señor Frye? –
- ¿Quién fué la víctima? ¿Estaba registrada en el hotel? –
- No lo sé señor- responde con firmeza
Jacob saca una libreta y anota todos los signos de pelea, los repetidos arañazos, los espejos rotos, la silla de madera color negra que le faltaba la pata delantera derecha, la cama y lo más extraño, el circulo perfecto en la ventana.
– Déjeme solo por favor- el hotelero asiente. Mientras Jacob da vueltas por la habitación para encontrar algo más, encuentra una pintada en la pared. En ella se puede ver 1/4.
El señor Eastwood vuelve a la habitación agitado, al parecer corrió hacia la misma. –¡Señor, señor! – Inhala- Encontré esto, es un registro de los hospedajes- Dice más calmado –Parece, que en esta habitación estaba el señor Oliver Beaumont, un hombre muy importante en la Ciudad. Tras lo acontecido, Jacob vuelve a su casa para al día siguiente continuar con investigación. 

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Londres- miércoles 10:00 am

Golpes en la puerta vuelven a llamar la atención de Jacob. Al abrir, se asoma un hombre de vestimentas simples, básicas pero cuidadas. El hombre se hace llamar Oscar Neil, el dueño de una franquicia de restaurantes ostentosos. La historia se repite, fueron juntos hasta uno de sus restaurantes.
Al llegar, dos coches de policía se habían adelantado a nuestro detective. Entran. Se percibe un ambiente de inquietud. El comedor era grande, pero lo raro es que solo una de las mesas estaba tirada junto con una sola silla. Jacob nota casquillos de bala -9mm- dice con seguridad. La escena parece simple, una cena tranquila y sin problemas, al parecer el comensal de la mesa central, era el único de esa noche, o el último. Entraría un hombre probablemente vestido de negro ya que había un sombrero color negro caro cerca de los casquillos junto con algunos hilos negros, en el sombrero se aprecian canas, por lo que sería un hombre de la mediana edad el cual no tenía puesta una máscara para realizar el crimen. Sería una pistola, asumió.
-Una escena complicada- dijo Jacob mientras anotaba en su libreta
Habría un papel en el suelo. Nuestro detective lo recoge y lo lee. 2/4. Sería el mismo asesino del hotel.
-Extraño- susurro

Vuelve a su casa, en la cual se encontraría su nieto de 19 años esperando sentado en la escalera de entrada a su morada. –Llevo dos horas y media sentado afuera esperándote, supuse que estarías en alguna investigación o algo así-
-Supones bien- Dice con orgullo el abuelo
-Quiero ayudar, no podrás hacerlo solo-
- Muy bien, pero, esta investigación conlleva mucho peligro, nos estamos enfrentando a un asesino en serie ¿Estás seguro? –
-Estoy totalmente seguro-
Abuelo y nieto entran a su casa, dentro Jacob le cuenta todo lo ocurrido durante su investigación y sus Hipótesis. Trae un mapa en el cual marcan las ubicaciones exactas de las escenas del crimen. – No te arrepentirás- Dice el nieto 

Vuelve a su casa, en la cual se encontraría su nieto de 19 años esperando sentado en la escalera de entrada a su morada. –Llevo dos horas y media sentado afuera esperándote, supuse que estarías en alguna investigación o algo así-
-Supones bien- Dice con orgullo el abuelo
-Quiero ayudar, no podrás hacerlo solo-
- Muy bien, pero, esta investigación conlleva mucho peligro, nos estamos enfrentando a un asesino en serie ¿Estás seguro? –
-Estoy totalmente seguro-
Abuelo y nieto entran a su casa, dentro Jacob le cuenta todo lo ocurrido durante su investigación y sus Hipótesis. Trae un mapa en el cual marcan las ubicaciones exactas de las escenas del crimen. – No te arrepentirás- Dice el nieto 

Londres- jueves 05:00 pm

Jacob y su nieto, estuvieron todo el día sin descansar, tratando de averiguar el siguiente movimiento del asesino. Una vez más, se escuchan golpes en la puerta. Abre, esta vez, se asoma una mujer muy bien vestida, tenía un abrigo peludo unos lentes de sol que parecían costosos, unos zapatos que eran demasiado altos, y un gorro grande con las alas caídas. Era Isabella Benson, dueña de la tienda de moda más cara y ostentosa de Londres, Liberty. Ella dice haber presenciado una escena del crimen, y que quería que fueran a investigar.
El Detective y su ayudante entran en el local, nada parecía fuera de lugar. –Síganme- dijo la dueña. Los llevo hasta los vestidores, en los cuales uno de ellos tenía la cortina rota. La misma poseía cortes limpios como de cuchillo y en el interior había una gabardina colgada color negro con una macha de algo extraño que el ayudante dedujo que era sangre. –Interesante- dijo Jacob. Nuevamente saco su libreta y anotó todo eso. -Déjenos a solas por favor- pidió el detective. En el espejo se vería una pintada color rojo. –Es labial no sangre- dijo el ayudante. Jacob asintió. Esta ponía 3/4. El asesino buscaría a su presa final.

Con todo anotado, vuelven a casa. Jacob saca un mapa y anota el lugar exacto del asesinato. El nieto se percata de que los lugares marcados en el mapa, formarían una especie de rombo, solo que faltaría el ultimo vértice que sería el objetivo final del asesino. Se ponen manos a la obra para averiguar cuál sería exactamente el lugar adecuado en el cual ocurriría el asesinato final. Luego de muchas horas de hipótesis fallidas, dieron con el lugar. Se trataría de una casa extremadamente lujosa, en la que vivía una mujer muy poderosa en Londres. Ava Abney era su nombre. 

Con todo anotado, vuelven a casa. Jacob saca un mapa y anota el lugar exacto del asesinato. El nieto se percata de que los lugares marcados en el mapa, formarían una especie de rombo, solo que faltaría el ultimo vértice que sería el objetivo final del asesino. Se ponen manos a la obra para averiguar cuál sería exactamente el lugar adecuado en el cual ocurriría el asesinato final. Luego de muchas horas de hipótesis fallidas, dieron con el lugar. Se trataría de una casa extremadamente lujosa, en la que vivía una mujer muy poderosa en Londres. Ava Abney era su nombre. 

Londres- viernes 09:00 pm

Al parecer el asesinato ocurriría en una fiesta que Ava realizaría por su cumpleaños, pero el detective y su ayudante lo impedirían. La velada era lujosa, muchas familias adineradas asistirían, así que el abuelo y su nieto se vestirían muy elegantes.
Una vez allí se vería una mansión en un acantilado y muchos autos caros con personas que vestían de forma cara. Al entrar en el recinto estacionaron su auto lujoso alquilado para entrar a la casa. Buscaron a una persona canosa que probablemente vestiría de negro y estaría cerca de su objetivo. La música era aburrida, era solo un triste pianista tocando piezas clásicas sin recibir ni un solo aplauso, la comida era abundante y deliciosa, aunque no comieron nada, solo esperaron por varias horas a que la dueña de la casa bajara de sus aposentos, y recibiera a sus invitados. Un rato largo después los detectives se percataron de que Ava no bajaba y que quizás estaría en peligro. Nos levantamos para subir las escaleras, cuando el ayudante se dio cuenta de que estaban en el patio trasero. –¡Allí esta! – salimos afuera y nos acercamos lentamente para que el asesino no la empujara al vacío.
- ¡Por fin te encontré! - Dijo el asesino
- ¿Qué quieres? ¿Dinero? puedo dártelo, ¡pero déjame en paz! -
-Pagaras por lo que tu familia le hizo a la mía, y créeme, el dinero no solucionará nada-
Jacob se acercó al asesino y desenfundó una pistola.

- ¡Aléjate! - 
El asesino se alejó lentamente y el ayudante le puso unas esposas.
- Tengo las suficientes pruebas como para que te pudras en la cárcel- dijo Jacob
- Tendrás las pruebas- respondió el asesino –Pero no me tendrás a mí-
En un acto de forcejeo con Jacob, el asesino logro soltarse y saltar por el barranco.
-Maldita sea- se quejó el detective 
-por fin se ha terminado abuelo-
-Lo se… pero no lo capturamos-
-No lo capturamos, pero lo detuvimos, y eso es lo que importa-
-Tienes razón, al fin acabó-
Ava les agradeció y les recompenso con dinero. El detective y su ayudante volvieron a su morada a descansar luego de todo lo acontecido.