El topo teme que por un accidente se pueda acabar la amistad con otros animales.

EL TOPO Y LA TETERA

Esa noche no pudo dormir pensando que cuando se enteraran de que no tenía tetera ya no tendría amigas.

El topo las recibió con sus gafas puestas y todas se quedaron con la boca abierta.

Por la mañana, como todos los días, aparecieron las tres mariposas y las dos mariquitas.

Le gustaba mucho hacer té para sus amigas.

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CUENTO CON T

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Nuestro secreto - dijo una de las mariquitas- es que no nos gusta el té. Venimos todas las mañanas porque nos gustas tú.

Muy triste les contó que su tetera se había roto y ya no podría hacer té. Sabía que nunca más las volvería a ver.

¡Qué guapo estás topo con esas gafas! -dijo la mariposa rosa. El topo sonrió y, como era muy educado, las gracias le dio.

Sus  cinco amigas eran buenas y muy guapas: dos mariquitas y tres mariposas.

Y el topo se puso tan contento que volvió a llorar, pero con una gran sonrisa porque esta vez era de alegría.

El topo tanto lloró que hasta su madriguera inundó.

La tetera se había roto porque el topo veía muy poco. No se ponía nunca las gafas, pensaba que sus amigas de él se reirían.

El topo tenía en la cocina una&nbsp;tetera, seis tazas&nbsp;y una cafetera.

Todas rieron y el topo no supo que decir, hasta que la mariposa azul, con un guiño, le dijo: Nosotras también tenemos un secreto.

Pensó que sus amigas ya no le querrían porque no les podría hacer té todos los días.

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