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Cuentos tradicionales

by Gisella Zuñiga

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Cuentos Tradicionales
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Érase una vez una niñita que lucía una hermosa capa de color rojo. Como la niña la usaba muy a menudo, todos la llamaban Caperucita Roja.
Un día, la mamá de Caperucita Roja la llamó y le dijo:
—Abuelita no se siente muy bien, he horneado unas galleticas y quiero que tú se las lleves.
—Claro que sí —respondió Caperucita Roja, poniéndose su capa y llenando su canasta de galleticas recién horneadas.
Antes de salir, su mamá le dijo:
— Escúchame muy bien, quédate en el camino y nunca hables con extraños.
—Yo sé mamá —respondió Caperucita Roja y salió inmediatamente hacia la casa de la abuelita.
Para llegar a casa de la abuelita, Caperucita debía atravesar un camino a lo largo del espeso bosque. En el camino, se encontró con el lobo.
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—Hola niñita, ¿hacia dónde te diriges en este maravilloso día? —preguntó el lobo.
Caperucita Roja recordó que su mamá le había advertido no hablar con extraños, pero el lobo lucía muy elegante, además era muy amigable y educado.
—Voy a la casa de abuelita, señor lobo —respondió la niña—. Ella se encuentra enferma y voy a llevarle estas galleticas para animarla un poco.
—¡Qué buena niña eres! —exclamó el lobo. —¿Qué tan lejos tienes que ir?
—¡Oh! Debo llegar hasta el final del camino, ahí vive abuelita—dijo Caperucita con una sonrisa.
—Te deseo un muy feliz día mi niña —respondió el lobo.
El lobo se adentró en el bosque. Él tenía un enorme apetito y en realidad no era de confiar. Así que corrió hasta la casa de la abuela antes de que Caperucita pudiera alcanzarlo. Su plan era comerse a la abuela, a Caperucita Roja y a todas las galleticas recién horneadas.
El lobo tocó la puerta de la abuela. Al verlo, la abuelita corrió despavorida dejando atrás su chal. El lobo tomó el chal de la viejecita y luego se puso sus lentes y su gorrito de noche. Rápidamente, se trepó en la cama de la abuelita, cubriéndose hasta la nariz con la manta. Pronto escuchó que tocaban la puerta:
—Abuelita, soy yo, Caperucita Roja.
Con vos disimulada, tratando de sonar como la abuelita, el lobo dijo:
—Pasa mi niña, estoy en camita.
Caperucita Roja pensó que su abuelita se encontraba muy enferma porque se veía muy pálida y sonaba terrible.
—¡Abuelita, abuelita, qué ojos más grandes tienes!
—Son para verte mejor —respondió el lobo.
—¡Abuelita, abuelita, qué orejas más grandes tienes!
—Son para oírte mejor —susurró el lobo.
—¡Abuelita, abuelita, que dientes más grandes tienes!
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—¡Son para comerte mejor!
Con estas palabras, el malvado lobo tiró su manta y saltó de la cama. Asustada, Caperucita salió corriendo hacia la puerta. Justo en ese momento, un leñador se acercó a la puerta, la cual se encontraba entreabierta. La abuelita estaba escondida detrás de él.
Al ver al leñador, el lobo saltó por la ventana y huyó espantado para nunca ser visto.
La abuelita y Caperucita Roja agradecieron al leñador por salvarlas del malvado lobo y todos comieron galleticas con leche. Ese día Caperucita Roja aprendió una importante lección:
“Nunca debes hablar con extraños”.
En el siguiente enlace podrán observar el cuento de "Caperucita Roja"
*¿Cómo le decían a la niña?
*¿Qué personajes aparecen?
*¿Qué le sugirió la madre?
*¿Qué le sucedió a su abuelita?
*¿Quién las rescato?
*¿Qué pudieron observar en el bosque?
En pleno corazón del bosque vivían tres cerditos, que eran hermanos. Su vida en el bosque era muy tranquila y divertida, paseaban a menudo, cantaba y jugaban sin parar. Sin embargo, siempre les acechaba un peligro: el feroz lobo.
Un día, el cerdito mayor les hizo una propuesta a sus hermanos. ¿Y si construimos una casa donde podamos sentirnos seguros de las amenazas de ese lobo? Los hermanos estuvieron de acuerdos y, ni cortos ni perezosos, se pusieron manos a la obra.
Cada uno construyó su propia casita. El más pequeño decidió hacerla de paja ya que esta era muy blanda y se podía sujetar con facilidad. De esa manera, no necesitaría esforzarse mucho, podría terminar pronto e irse a jugar. El hermano mediano hizo su casa de madera pues había muchos troncos por los alrededores. Así terminaría en un santiamén y podría jugar.
A diferencia de sus hermanos, el cerdito mayor decidió construir su casa con ladrillos. Era consciente de que necesitaría mucho esfuerzo y que tendría que invertir más tiempo que sus hermanos pero, como recompensa, tendría una casa más fuerte y resistente. De esa manera, estaría a salvo del lobo e incluso podría ponerle una chimenea donde asar las bellotas y hacer caldo de zanahorias.
Cuando las tres casitas estuvieron terminadas, los cerditos cantaron y bailaron felices pues ya no tendrían que preocuparse nunca más por las amenazas del lobo feroz. Sin embargo, al poco rato, apareció el lobo y se dirigió directamente hacia los cerditos. Estos salieron corriendo hacia sus casas, pensando que allí estarían a salvo. Grande era el miedo, pero mayor fue el orgullo cuando los tres se sintieron seguros dentro de sus casas. Aunque esa alegría duró poco.
El lobo se dirigió a la casa del cerdito más pequeño. Después de mucho gritar y batallar con la puerta para poder entrar, sin conseguirlo, se apartó y comenzó a soplar sobre la casa. Sopló con todas sus fuerzas hasta que la casita de paja se vino abajo. El cerdito pequeño tuvo que salir corriendo para protegerse en la casa de su hermano mediano.
El lobo lo persiguió hasta la otra casita, donde los cerditos cantaban felices por haber escapado. Una vez más, el lobo arremetió contra la puerta para intentar entrar. Al ver que no podía, se alejó furioso y comenzó a soplar con todas sus fuerzas. La madera crujió y las paredes, que parecían tan fuertes, cayeron como si fueran palillos. Los cerditos salieron disparados hacia la casa de su hermano mayor.
Con un hambre atroz, el lobo persiguió a los cerditos hasta la casa de ladrillos. Los cerditos cantaban y bailaban de alegría hasta que escucharon al lobo intentando abrir la puerta, como había hecho antes. En cierto punto, el lobo se alejó y comenzó a soplar sobre la casa. Sopló, una y otra vez, pero a diferencia de las casitas anteriores, la casa de ladrillos era muy resistente y no consiguió derribarla. Entonces vio la chimenea y se le ocurrió entrar por allí.
El lobo trepó por la chimenea y comenzó a descender pero el cerdito mayor se percató y echó leña al caldero donde estaba haciendo una sopa de nabos. El lobo fue a parar al caldero de agua caliente, salió disparado de un solo brinco y no paró hasta llegar al lago. Los cerditos nunca más lo volvieron a ver.
* ¿Cuántos cerditos hay en el cuento?
*¿Qué otro animal aparece en el cuento?
*¿De qué material está hecha la casa del cerdito mayor?
*¿De qué material está hecha la casa del cerdito mediano?
*¿De qué material está hecha la casa del cerdito menor?
*¿Qué material es el más resistente?
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En el siguiente enlace podrán observar el cuento de "Los Tres Cerditos y el Lobo Feroz"
En una vieja carpintería, Geppetto, un señor amable y simpático, terminaba un día más de trabajo dando los últimos retoques de pintura a un muñeco de madera que había construido.
Al mirarlo, pensó: '¡Qué bonito me ha quedado!'. Y como el muñeco había sido hecho de madera de pino, Geppetto decidió llamarlo Pinocho. Aquella noche, Geppetto se fue a dormir, deseando que su muñeco fuese un niño de verdad.
Siempre había deseado tener un hijo. Y al encontrarse profundamente dormido, llegó un hada buena y viendo a Pinocho tan bonito, quiso premiar al buen carpintero, dando, con su varita mágica, vida al muñeco.
Al día siguiente, cuando se despertó, Geppetto no daba crédito a sus ojos: Pinocho se movía, caminaba, se reía y hablaba como un niño de verdad para alegría del viejo carpintero.
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