RELATOS GANADORES
DEL
CONCURSO DE MICRORRELATOS DE AMOR Y DESAMOR
CURSO 2022-23
IES SAN ISIDRO
DEL
CONCURSO DE MICRORRELATOS DE AMOR Y DESAMOR
CURSO 2022-23
IES SAN ISIDRO
CATEGORÍA 1º Y 2º ESO
PRIMER PREMIO
PRIMER PREMIO
Franyelis Álvarez Lenta 1º ESO A
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CATEGORÍA 1º Y 2º ESOSEGUNDO PREMIO
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Leire Ramírez Sánchez 1º ESO BLoading...
CATEGORÍA 3º Y 4º ESO
PRIMER PREMIO
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Lara Sánchez Toledo 3º ESO CCATEGORÍA BACH Y FP
PRIMER PREMIO
PRIMER PREMIO
Mi último sentimiento: El Desamor
“Tras años colgando de los dedos de mis aturdidos hijos y de mi temblorosa musa, empecé a entender lo necesario que es enamorarse de uno mismo, para poder desencadenar a quienes me mantienen atado por los eslabones al suelo. Pero las cadenas se sienten grilletes, los tobillos duelen al arrastrar la carga. Lo difícil que es amarte cuando te sientes un asesino frustrado, como Augusto Pérez, en busca de una salida para encontrarte un cañón apuntándote al pecho por tus manos desenamoradas del despertar, sedientas de sangre, sangre tragada por no poder escupirla.”
“Tras años colgando de los dedos de mis aturdidos hijos y de mi temblorosa musa, empecé a entender lo necesario que es enamorarse de uno mismo, para poder desencadenar a quienes me mantienen atado por los eslabones al suelo. Pero las cadenas se sienten grilletes, los tobillos duelen al arrastrar la carga. Lo difícil que es amarte cuando te sientes un asesino frustrado, como Augusto Pérez, en busca de una salida para encontrarte un cañón apuntándote al pecho por tus manos desenamoradas del despertar, sedientas de sangre, sangre tragada por no poder escupirla.”
Álvaro Martín Irles 2º BACH CT
CATEGORÍA BACH Y FP
SEGUNDO PREMIO
SEGUNDO PREMIO
Tutorial para descubrir si estás realmente enamorado/a.
No conozco nombre, mas yo los nombraré; ni conozco lugar ni tiempo, mas sí una historia que eternamente ocurre sin necesidad de que como tal llegue a ocurrir. Dicha historia comienza así:
Tras aquel aparatoso accidente, Ovidio quedó deformado pero intacto en consciencia. Cambió el envoltorio, pero no el regalo; la metamorfosis se dio en cuerpo, aunque jamás en espíritu.
Y así su amada Tychê, al ver el cascarón de la nuez partido pero aún intacto el fruto, se preguntó: ¿de qué se había enamorado? Duda imposible de responder sin antes cuestionar el: ¿se había alguna vez enamorado?
No conozco nombre, mas yo los nombraré; ni conozco lugar ni tiempo, mas sí una historia que eternamente ocurre sin necesidad de que como tal llegue a ocurrir. Dicha historia comienza así:
Tras aquel aparatoso accidente, Ovidio quedó deformado pero intacto en consciencia. Cambió el envoltorio, pero no el regalo; la metamorfosis se dio en cuerpo, aunque jamás en espíritu.
Y así su amada Tychê, al ver el cascarón de la nuez partido pero aún intacto el fruto, se preguntó: ¿de qué se había enamorado? Duda imposible de responder sin antes cuestionar el: ¿se había alguna vez enamorado?
Daniel Ávila Mellado 2º BACH HCS
CATEGORÍA ADULTOS
PRIMER PREMIO
PRIMER PREMIO
Ocres
Los días de calor iban pasando, la manga corta dejaba paso a la chaqueta, el ventilador, a cerrar la ventana. Y llegó el otoño, uno de esos días donde los amarillos, los rojos, los marrones inundan las calles arboladas.
El paseo olía a calma, a tierra mojada, a tarde de manta y libro.
Pero ella pasó y su olor a coco me llevó a otros lugares donde la manta sobraba y el sol me cegaba. Y la seguí con la mirada, y su mirada se paró en mí, y mi otoño se convirtió en verano.
Los días de calor iban pasando, la manga corta dejaba paso a la chaqueta, el ventilador, a cerrar la ventana. Y llegó el otoño, uno de esos días donde los amarillos, los rojos, los marrones inundan las calles arboladas.
El paseo olía a calma, a tierra mojada, a tarde de manta y libro.
Pero ella pasó y su olor a coco me llevó a otros lugares donde la manta sobraba y el sol me cegaba. Y la seguí con la mirada, y su mirada se paró en mí, y mi otoño se convirtió en verano.
Elena Morales Moreno
CATEGORÍA ADULTOS
SEGUNDO PREMIO
SEGUNDO PREMIO
No era la primera vez que una discusión trasponía sus diálogos. No era la primera vez que un perdón prorrumpía de sus bocas. No era la primera vez que distanciaban sus caminos. Era la primera vez que zanjaban no volver a reencontrarse.
Ángela Ruiz García