Recopilación de los microrrelatos presentados al concurso de la Semana del Libro curso 21/22

Microrrelatos con clima

Rainbow paper border

Todos cambiamos a medida que va cambiando el clima.

El momento perfecto, el clima perfecto, el sitio perfecto, la estación perfecta, todo se reduce a una palabra.

Todo parecía perfecto, él, ellos, nosotros. La culpa me inundaba, mi clima se derrumbaba, no tenía sentido. ¿Por qué huir? Decidida observé toda esa felicidad por última vez y me fui. Adiós, pero sin motivos.

Ella estaba danzando entre las flores aprovechando antes de que su marido viniera por ella y el clima cambiase. Justo al ponerse el sol, la muerte llegó. - Es hora de volver a casa. Y ella sonrió.

Levanté la cabeza y miré a mi alrededor, estaba en un pueblo medieval, al lado mío había una persona, tenía una cara de horror, pensaba en lo que le iba a pasar en un momento. Un hombre vestido con una armadura antigua lo arrastró al suelo y lo decapitó, después me miró, pensaba hacer lo mismo conmigo, pero el clima se nubló y oímos unos rugidos a lo lejos, cinco segundos después apareció un gran dragón que distrajo al hombre, ”era mi momento para escapar” pensé, y lo aproveché.

A Inés ya no le gustaba el invierno. Cada vez que cruzaba el umbral de su choza, bate en mano y rostro serio, el sol abrasador de Ciudad Tristeza quemaba su piel. El clima árido y seco que ahora azotaba sus calles en pleno diciembre convertían su hogar en una cárcel repleta de monstruos y experimentos fallidos del gobierno. Ya nada volvería a ser igual después del Derrame, pero al menos, se consuela en silencio, la noria seguía funcionando, y desde allí arriba aún se veían las señales y los incendios. "EVITEMOS EL CAMBIO CLIMÁTICO", advertían. Ojalá haberlos escuchado antes.

El clima está cambiando y a todos nos está afectando.

Francisco José Gómez Mérida. 4º ESO B

Era un día lluvioso y nublado. Él, que no tenía ganas de nada, encerrado en su casa con muchas obligaciones, pero tirado en el sofá, mientras más llovía más pensaba en lo que había pasado. Ni siquiera su padre podía estar a su lado, estando separados por cientos de kilómetros y el mal clima que hacía le consumía, no podían ni apoyarse en el día que la perdió…

Después de una larga jornada de trabajo, por fin salí de aquella cárcel y me dirigí a mi casa. El clima no era bueno. Cuando llegué, conseguí abrir la puerta después de estar un rato peleándome con ella. Me dirigí al interruptor de la luz, pero ya había una mano sobre éste.

Siempre dicen que del amor al odio hay solo un sencillo paso. Está todo bien y de un segundo a otro se presencia un clima desagradable, con altibajos. Entre nosotros los hubo, al igual que en la mayoría de parejas; pero nuestra historia no tuvo ese final que yo hubiera deseado.

Había algo en el clima que hacía que escalofríos recorrieran mi espalda cuando, a principios de abril, no era día de ir abrigada y un recordatorio en forma de alerta aparecía en mi mente: ¡esto no pasaba hace un par de años!

Y en medio de la lluvia y el clima frío apareció ella, haciendo que todo volviese a florecer.

El planeta tenía heridas en su piel de aquellas grietas causadas por la sequía, con cambios de humor ocurridos por el deshielo y las altas temperaturas. El planeta no controla sus sentimientos porque nosotros no le ayudamos a sanar esas heridas.

«Si cerca de la biblioteca tenéis un jardín ya no os faltará de nada»

María amaneció nerviosa, feliz, un poco triste tal vez, pues el clima estaba lluvioso, como si una manta negra se hubiera apoderado del cielo. Ramón por otro lado, se levantó apresurado, tenía que llegar a la iglesia en una hora y estaba lejos, había pasado la noche recibiendo mimos y no de María precisamente. Cerró la puerta y salió volando.

Era un día de lluvia, nada del cálido clima que solía hacer en aquella montaña. Allí donde todo empezó y poco después terminó. Paseando lo encontré, alto, moreno y con el pelo mojado. Le ofrecí vivienda, alimento y ropa seca. Momentos inolvidables en aquella pequeña cabaña, junto a esa persona que acabaría con mi vida. Junto al amor que al final acabaría destruyéndome. Y lo que ocurrió allí entre nosotros quedó.&nbsp;

Navegando en busca de aquello que perdí. No me acordaba de su forma o color, incluso dudaba si alguna vez lo tuvo. Solo sabía que serviría como hilos de oro para aquella historia sobre una borrasca, sobre un clima.

Resultó que el pájaro simplemente se hinchó de comer pienso y se cayó de la jaula.

¡Corre! Me gritaba a mí misma. Iba ahogándome en mi propio sudor por las húmedas y oscuras calles de Nueva York, hasta que chocamos con un callejón sin salida. En ese mismo instante saqué mi pistola, la sombra que me perseguía cogió la suya. Me dijo; -¿Y ahora qué?- Quedé pensativa por un momento, cuando dejé de ver, de oír, de sentir…&nbsp; Intenté retener la sangre, pero ya era tarde. Con mi último aliento abrí los ojos y supe que mi mismo reflejo había acabado conmigo.

Mª del Rocío Miranda García. 4º ESO A

Watercolor texture 3

Con la inestimable colaboración de Pablo Núñez.

El bazar de las sorpresas

En pleno auge de la guerra entre Rusia y Ucrania, el cambio del clima también es una consecuencia de sus acciones.

Jesús Antonio Centeno Castilla. 4º ESO B

Él era el sol que provocaba su arcoíris. Él era el clima cálido que le ayudaba con los días de lluvia. Él era su salvavidas aunque aún ella no lo sabía. Ella era vida y puro amor. Ella dependía de sus miradas y él de sus sonrisas. Y así empieza la historia de él y ella.

Tu amplia sonrisa al pasar tiempo a mi lado, o los viajes fantásticos a Disney, donde aunque no fuese adulta, podíamos conducir juntas. Pero una llamada al principio inocente, resultó ser la más oscura de mi vida. Sin ti nuestra casa no está solo vacía, sino con un clima frío y desolador.

Salí con la bici con buen clima y llegué con un charco en los zapatos.

Todo estaba en paz hasta que, en un abrir y cerrar de ojos, llegó un mal tiempo acompañado de un dudoso clima que se llevó lo que yo más quería, mi perro.

Sebastián Jesús Gamero Ortega. 4º ESO B

Todo era tan precioso, que el clima entre ellos era envidiable, hasta que llegó ese día lluvioso, en el que se convirtieron tan cercanos y tan lejanos como un lunes y un domingo.

«El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho»

Él era su media naranja, hasta que la semilla dejó de dar sus frutos y empezaron a formar su vida&nbsp; por separado, dando paso a que ese clima cálido que había entre ellos pasara a ser uno polar, en el que todas sus risas fueron congeladas y pasaron a ser miradas nostálgicas entre dos desconocidos que se extrañaban tanto como la flor al sol en invierno.

Feliz se despertó, su entorno era alegre y colorido, lugares soleados había por donde pasaba y con todos buenos gestos tenía. Triste se despertó, su entorno era apagado y melancólico, lugares nublados había por donde pasaba y con todos tenía. ¿Del ánimo dependía el clima o del clima dependía el ánimo?

Estoy cansado de que me alteren, de que utilicen mis entrañas para cambiar mis deseos, de que almacenen sedimentos para romper los surcos de mi espalda, de las fiebres… Voy a trasladarme allí donde aprecien mis sentimientos y agradezcan mis beneficios como benefactor del ser humano… Si salgo vivo de aquí. Fdo.: El clima.

Estábamos en el jardín, jugando a las cartas y soltando sonrisas, la felicidad parecía ser nuestra compañera… Pero todo desapareció cuando el mensaje llegó; cambió totalmente nuestro clima, eso se podía ver reflejado en nuestras tristes caras.

Con siete años la viví por primera vez, pero no la comprendí tan bien como ahora. Todos esos signos de avaricia y poder causaron el mayor desastre posible. Todavía recuerdo aquel clima, campos llenos de personas inocentes sin vida; el aire compuesto por cenizas. Aquellas escenas dañaron a todos de alguna forma, el sufrimiento surgió en mi interior. Y, no fue fácil, al final los causantes de ese daño solo se dedican a mirar. Pero, ¿Qué ha cambiado?

Y justo cuando terminé mi obra maestra, mi padre se levantó del sofá furioso y gritó: - ¡Cariño, dile al niño que deje de pintarrajear la pared!

Cuando entré en casa, seguía notando el frío cañón de la pistola en la nuca, cosa que me ponía muy nervioso; tras intentar negociar y que el clima se pusiese más tenso, solo puedo decir que nacemos en llanto con mucho ruido, yo me fui con un ruido espantoso.

Lo conocía muy poco pero a ella le hacía sentir tanto que le cambiaba el clima.

El agua corre, el frío cala los huesos, y la escena es abrumadora. Cada mañana, durante años, ha contemplado el iceberg. Cada mañana, durante años, su memoria ha captado toda diferencia con el día anterior. Cada mañana, durante años, el hielo estaba menos sólido, hasta que se transformó en nieve. Menos consistente, hasta que fue líquido; consecuencia del cambio en el gélido clima en el que habita. Ha visto morir a su única compañía, que ahora se deshace en un río que bien podría ser un eterno llanto. El murmullo del agua es su lastimera canción de despedida.

Clima cálido o frío, lluvias o sequías, catástrofes naturales o estabilidad, sufrimiento y alegría. Sus emociones ya no importan allá donde va.

El pobre estaba atrapado. La rutina no cambiaba, no importaba si hacía sol o nevaba. Su vida estaba condenada a ese maníaco “tic-tac” que le iba a reventar la&nbsp;existencia. ¿Cuántos sumaban? Y qué importaba. Tan cierta como la muerte&nbsp;humana era su condición infinita.&nbsp;

Hay una semana que es la más bonita del año, llamada Semana Santa. En la que se experimentan cosas preciosas, y para poder presenciar y disfrutar esta Semana Santa, se necesita un espectacular clima para contemplar a nuestro Cristo y a nuestra Virgen…

Miró por la ventana, y sintió el vértigo del clima.

Cuando despertó, estaba en una pecera, que lo salvó del clima, pero no de la soledad.

Name

Safari may block some audio or video from playing automatically and ‘read to me’ will skip these. You can configure this in Safari’s preferences.