UN PANDA SOÑADOR
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¿Alguna vez han escuchado de un panda que cante? No, claro que no, eso sería absurdo. O al menos eso es lo que dicen mis padres; para resumirles, mi familia ha sido de doctores por generaciones, y yo debo seguir la tradición. Mucho gusto, soy Panda y mi sueño desde cachorro ha sido ser un músico, mis padres me han hablado de que fui creado por el artista más hermoso y que él está en los cielos, por ello, me he enfocado desde ese entonces en crear canciones para él, melodías y letras que salgan directo de mi corazón, pero a pesar de esto, mis padres no quieren que me dedique a la música, sino que siga el legado, pero amo lo que hago y seguiré persistente para lograr mi sueño y que mis padres lo acepten.
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Aunque no faltan aquellos animales que cuando voy con la guitarra se burlan de mí y me dicen que si no me hago doctor, ya no seré parte de la familia panda, a veces, aquellas palabras negativas me desaniman.Una tarde, como todas, me había ido a tocar y cantar en lo profundo del bosque, este es mi lugar favorito, allí puedo inspirarme, aunque esta vez, me sentía triste, porque no había podido tocarle a mis padres, pero seguí entonando con el corazón; recién terminé, escuché una voz amorosa y dulce, que me decía “que linda adoración” no podía ver de dónde venía aquella voz, así que pregunté:
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-¿Quién eres? O ¿Dónde estás?
Y aquella voz me respondió:
–Aunque no me has visto, quiero que sepas que soy un admirador de tu adoración, te he escuchado durante mucho tiempo y espero ansiosamente cada tarde para escuchar estas hermosas melodías. ..(Escuchar esa voz me dio tanta paz)
Y aquella voz me respondió:
–Aunque no me has visto, quiero que sepas que soy un admirador de tu adoración, te he escuchado durante mucho tiempo y espero ansiosamente cada tarde para escuchar estas hermosas melodías. ..(Escuchar esa voz me dio tanta paz)
- Pero cómo es posible, en este lugar pasivo, no me he encontrado con nadie, así que, ¿de dónde vienes? ¿Puedo verte?
- No mi querido Panda, vine a decirte que puedes sentirme como el viento que acaricia los árboles y que tus melodías llegan a mi corazón y me agrado de ellas.
- ¿Cómo es que aun sin conocerte tus palabras me confortan, me animan, me llenan de gozo y de paz?
- Esto se llama palabra de aliento, llega en el momento indicado para darte fuerzas, así que anímate, pronto llegará lo que tanto has esperado.
- No mi querido Panda, vine a decirte que puedes sentirme como el viento que acaricia los árboles y que tus melodías llegan a mi corazón y me agrado de ellas.
- ¿Cómo es que aun sin conocerte tus palabras me confortan, me animan, me llenan de gozo y de paz?
- Esto se llama palabra de aliento, llega en el momento indicado para darte fuerzas, así que anímate, pronto llegará lo que tanto has esperado.
Al escuchar esto, me sentí alegre, renovado, lleno de fuerzas, ¡ feliz! Además, la música que creo es diferente, es adoración que sale de mi corazón para aquel que me creó y que todos los días siento la necesidad de cantarle. Así que respondí.
- Oh hermosa voz, de verdad muchas gracias, necesitaba esas palabras, me han dado fuerza y aliento para seguir cantando.
Me quedé esperando que la voz me respondiera, pero se fue como el viento acariciando los árboles.
- Oh hermosa voz, de verdad muchas gracias, necesitaba esas palabras, me han dado fuerza y aliento para seguir cantando.
Me quedé esperando que la voz me respondiera, pero se fue como el viento acariciando los árboles.
Entonces canté más fuerte y con mucha alegría en mi corazón; mientras lo hacía, unas mariposas hermosas, de colores, que brillaban como escarcha, empezaron a revolotear alrededor de mí, agradadas con mi canción.
Estaba tan feliz, que fui a casa a contarle a mis padres todo lo que me había sucedido, al llegar a casa encontré a mis padres muy preocupados, pues me había tardado mucho, pero solo les pedí que por favor me escucharan. Mis padres suspirando, asintieron con la cabeza. Les empecé a contar porque he querido tocar y cantar, cómo este sueño ha persistido hasta ahora y les conté acerca de la voz que alentó mi vida.
Estaba tan feliz, que fui a casa a contarle a mis padres todo lo que me había sucedido, al llegar a casa encontré a mis padres muy preocupados, pues me había tardado mucho, pero solo les pedí que por favor me escucharan. Mis padres suspirando, asintieron con la cabeza. Les empecé a contar porque he querido tocar y cantar, cómo este sueño ha persistido hasta ahora y les conté acerca de la voz que alentó mi vida.
Antes de que ellos hablaran, tomé mi guitarra y empecé a cantar, mientras lo hacía recordaba aquella voz que me llenó de fuerza y cada vez cantaba con más y más amor y pasión, una lágrima rodó por la mejilla de mi madre, cuando terminé de cantar, un fuerte sonido venía de fuera de la casa, salimos a mirar, eran los animales vecinos que aplaudían, así fue como mis padres decidieron apoyarme con mis sueños.