Las aventuras de UNA

UNA Y LA ARMADURA MÁGICA

Érase una vez una chica que se llamaba Una. Era nueva en Madrid. Una se acababa de mudar. Ella iba a un colegio para personas con altas capacidades en deporte y también alienígenas. La casa que tenía Una era muy grande. Tan grande como para ocupar dos casas normales. Una era muy profesional jugando al fútbol y practicaba otros deportes. Su padre falleció en la guerra. Vivía sola con su madre y con un pastor alemán que se llamaba Federico.

Era el primer día de colegio y como Una era nueva todo el mundo se metía con ella. Era salir del pasillo y todas las personas se metían con ella, era un no parar. Una, nada más llegar a su nueva casa se metía en el cuarto a llorar. La madre le preguntaba si quería contarle lo que pasaba, pero la niña no
contestaba.

Era el segundo día y Una intentaba ignorar a la gente, pero era imposible, era horrible oír cómo se ríe la gente de ti. Fue a clase y se hizo amiga de un Caballero Espacial. La gente también se metía con él. El caballero invitó a Una a su casa, ya que era la primera amiga que tenía. El padre del Caballero Espacial ya sabía que se metía con ellos dos. Así que les contó sobre una armadura muy poderosa. Esa armadura hacía que todas las personas fueran tus amigos y amigas.

El padre les contó que nadie la había tenido nunca. El problema era que contenía un secreto muy malo. El padre les contó dónde estaba esa armadura. Llegaron y lo primero que vieron fue una montaña gigantesca con tres partes. En la primera había que hacer un sudoku que era muy difícil. Pero Una era muy lista y pudo resolverlo fácilmente. Ya resolvieron el sudoku, pero se iban dando cuenta de que cada vez hacía más frío. Llegaron a la segunda planta. Tenía que escapar de un descomunal laberinto.

Estaban en el principio del laberinto. Había mil salidas, pero solo una era la correcta. Empezaron a caminar los dos juntos y cada vez que avanzaban hacía más frío. Lo único malo era que cada vez que iban avanzando se iba cerrando el camino. Si no fuera esa la salida, se quedarían atrapados para toda la vida.

Autor e ilustración: Juan Martínez de Iturrate Ruiz 6ºA

Al final consiguieron salir del laberinto. El tercer y último reto era luchar contra...¡Un dragón sin fuego mutante! Empezó atacando el dragón echando hielo por su boca. Eso explicaba por qué cada vez hacía más frío. Después atacaron Una y el Caballero Espacial. Pero no le afectó ningún ataque. El dragón era muy poderoso.

Al final el Caballero Espacial iba a destruirse él mismo para poder derrotar al dragón. Una le dijo que se detuviera, pero el Caballero Espacial no le hizo caso. Le dijo a Una que se pusiera en un lugar seguro. Después de un rato el Caballero Espacial explotó. Ya no quedaba nadie excepto Una. A Una le derramaban lágrimas de tristeza. Pero eso no le impidió coger la armadura y ponérsela. Era el siguiente día de colegio y Una exclamó:

¡La leyenda era verdad! Aunque seguía triste por no poder haber compartido la armadura mágica con el Caballero Espacial. Una fue al funeral del Caballero Espacial. Se juntó con sus padres y lamentaron su pérdida. Una lo único que hubiese querido, si hubiera tenido un deseo, hubiera sido resucitar al Caballero Espacial.

Érase una vez una niña llamada Una que le gustaba mucho el fútbol, la astronomía y la ingeniería. Tenía el pelo castaño, sus ojos eran verdes lima, su rostro era redondo y a simple vista si la veías te animabas por su resplandeciente sonrisa. Un día, mientras iba de camino a su casa, vio un cartel en el que decía que en un mes iba a haber un partido de fútbol entre ``Star Balloon´´ y ``Los Foot´´ y el equipo ganador tendría que hacer otras pruebas para ver qué persona sería el ganador final para conseguir el premio y poder ir al espacio con el mejor astrónomo, astronauta, ingeniero y jugador de fútbol Billy Faiers, también conocido como ``El caballero espacial ́ ́.

Ella cuando vio el cartel saltó de alegría porque Billy Faiers era la persona que más admiraba y no podía dejar pasar esa oportunidad para conocerlo. Al día siguiente llamó al entrenador del equipo de ``Star Balloon´´ porque era su equipo favorito y se enteró que les faltaba un miembro del equipo y entonces hizo unas pruebas de fútbol y la dejaron unirse. Un mes después, el día del partido después de haber trabajado tan duro ganaron. Una no se lo podía creer, estaba a pocos pasos de conocer a Billy Faiers y ahora lo único que le faltaba era ganar las pruebas y así ir al espacio. Dos semanas después ocurrió algo que ella nunca pensaba que iba a ocurrir en su vida, ¡estaban Billy y ella saludando desde una nave espacial a las personas!

Después de un rato en la nave cuando ya solo se veía la Tierra muy pequeña, él y ella tuvieron una conversación para conocerse mejor y hablar. Dos días después, cuando ya les faltaba poco para llegar a la Luna, oyeron varios sonidos y poco después alguien o algo le estaba dando a la nave golpes fuertes. En ese momento a Una le entró el pánico porque no sabía lo que pasaba. El caballero espacial intentó calmarla diciéndole algunos chistes para que pensara en otra cosa. Y funcionó, al parecer Una ahora estaba tan animada y con valentía que le pidió a Billy salir de la nave para ver el problema que estaba causando esos golpes.

A Billy le pareció una buena idea así que se pusieron los trajes espaciales y salieron afuera. La verdad es que no podían creer lo que estaban viendo ¡Era un dragón! El dragón se les acercó y les pidió a Una y a Billy que hicieran algo para que él volviese a escupir fuego. Los dos humanos seguían sorprendidos de estar hablando con un dragón, pero aceptaron. A los dos se les daba bien la ingeniería entonces les sería muy fácil hacer un prototipo que pueda ayudar al dragón a escupir fuego.

UNA Y EL VIAJE ESPACIAL

Lo único que les sería difícil conseguir es fuego del Sol, pero sin contar eso estaba chupado. Una y Billy le dijeron al dragón que esperara en la Luna hasta que ellos volvieran del Sol para coger fuego y el dragón aceptó. Mientras Billy pilotaba la nave rumbo al Sol, Una estaba empezando a hacer el prototipo para el dragón. Cuando llegaron al Sol estaban decidiendo quién iría afuera para coger el fuego y como no coincidían hicieron lo normal piedra, papel o tijera y ganó Una. Ella se preparó, se volvió a poner el traje espacial y salió afuera. Tras conseguir el fuego, entró a la nave y volvieron a la Luna. El dragón les estaba esperando allí, después de que ya le pusieron el prototipo y el fuego el dragón ya podía escupir fuego. El dragón estaba tan feliz que les hizo dos colgantes con sus escamas.

Una semana después llegó el día de su despedida con el dragón para volver a la Tierra y se prometieron nunca jamás hablar sobre el dragón, porque así estaría a salvo.

Autora e ilustración: Andreea Banianschi 6ºA

LA HISTORIA DE UNA: LA NIÑA FUTBOLISTA

Había una vez una niña llamada Una. Esa niña vivía en Japón con sus padres, su hermano mayor llamado Ying y su hermano pequeño Yang. Aunque su familia no ganaba mucho dinero mensual, ella soñaba con ser una estrella del fútbol y sabía que nada iba a impedírselo.

A Una le encantaba ir a visitar a sus abuelos ya que su abuelo era una estrella del fútbol jubilada. Su abuelo siempre le daba consejos sobre aquel deporte y después de comer siempre echaba un partido toda la familia junta.
Un día, Una iba regresando de la escuela cuando unos chicos dijeron que les faltaba una persona para un partido, Una se ofreció como voluntaria para jugar ese partido.

A medida que iban pasando los minutos desde el comienzo del encuentro, se iba acercando cada vez más y más gente.
Y de repente… ¡suena el pitido final! El partido finalizó 3-0 a favor del equipo de Una.

Según Una se iba satisfecha por su actuación en el partido, un señor alto y fuerte le dijo que era un ojeador de primera división y que le parecía que Una tenía talento para el fútbol y la hizo una oferta para el mejor club de todo el país.

Una llevó a ese señor a su casa donde en aquel momento se encontraban sus abuelos. Les dijo a sus padres lo ocurrido y tanto Una como toda su familia aceptó la oferta.

Con el paso de los años, Una siguió en aquel club hasta que un día la dieron una bonificación de 15.850 yenes que con eso sacó de aquel apuro económico a toda su familia mientras que ella seguía creciendo en el mundo del fútbol.