Descubriendo el espacio

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Al despertarse se asomaron a la ventana y vieron que se habían quedado atrapados en los anillos de Saturno. Después de mucho pensar, decidieron poner el turbo y así lograron atravesarle. Allí encontraron a su amigo, que tras la caída se había quedado atrapado entre unas rocas. Le ayudaron y prosiguieron su viaje.

Juntos se dirigieron a la nave. Shams le dio su traje y Alejandro se emocionó al verse vestido de astronauta. Su sueño se estaba cumpliendo. Después Shams se puso manos a la obra, arrancó motores y despegaron rumbo a Mercurio. Estaban nerviosos a la par que emocionados, ya que era muy importante cumplir su misión.

De repente una luz roja los deslumbró. La luz provenía de Marte, que es el planeta rojo. Shams fue en busca de sus gafas y les dio unas a los demás, ya que para poder ver todos los colores necesitaban unas gafas especiales. Rápidamente se las pusieron y se dirigieron a escalar el monte Olimpo, el más alto de Marte. Tras la dura escalada, le encontraron en la cima de la montaña, ya que se había quedado allí para que le pudieran ver mejor.

¡Oh! Terminó nuestro viaje, pero no pasa nada... Está claro que el Universo nos depara numerosas aventuras. Gracias a Shams podré continuar disfrutándolas. Ha sido una pasada descubrir los planetas y estar tan cerca de las estrellas. Os animo a seguir leyendo e investigando sobre el espacio.

¡MUCHAS GRACIAS POR ACOMPAÑARNOS EN NUESTRA AVENTURA!

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Shams le contestó: "Pues... No sé que ha podido ocurrir. La nave se ha ido parando en cada uno de los planetas. Nuestro objetivo era llegar a la Tierra, pero... no sé dónde estoy...".

Alejandro, un joven estudiante de Astronomía, se interesó por él. Se acercó al extraterrestre y le preguntó:

¡Hola! Soy Shams. Estaba haciendo un viaje con mis amigos por el espacio, pero hemos tenido un problema...

Le taparon con una sombrilla y rápidamente le llevaron a la nave. Encendieron motores de nuevo y continuaron su viaje con destino a Venus. Pero al llegar allí, tuvieron muchos problemas para aterrizar. Shams no podían ver nada. Estaban envueltos en un mar de nubes. Alejandro les dijo que él había leído en sus libros de Astronomía que Venus estaba cubierto de unas nubes muy espesas y que bajo éstas había un montón de volcanes y montañas deformadas.

¿Qué te ha ocurrido? Cuéntame... igual yo puedo ayudarte...

Este cuento que vas a leer lo han elaborado un grupo de niños del CEIP Francisco de Vitoria (Burgos). Forma parte de uno de los proyectos que se están llevando a cabo en el centro, destinados a alumnos de altas capacidades Zoe, Laura, Rodrigo, Helena y Joseph te invitan a descubrir el universo, de la mano de Alejandro y Shams. ¿Te animas a acompañarles en su viaje? Esperamos que disfrutéis muchísimo con la lectura. ¡QUÉ COMIENCE LA AVENTURA!

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Alejandro entusiasmado le contestó: "Estás en el lugar correcto. Vivo en el planeta Tierra. Soy terrícola ". Shams no podía creer que había conseguido alcanzar su objetivo...

Un día, en la Tierra, ocurrió algo extraño... Nadie podía creer lo que estaba sucediendo... Una nave espacial cayó del cielo y de ella salió un extraterrestre. Se llamaba Shams. El pobre estaba muy triste y asustado, ya que no sabía dónde estaba... Se echó a llorar, no sabía que hacer y eso llamó la atención de la gente.

Alejandro le contestó: "No te preocupes, yo te ayudaré. Toda la vida sentí interés por el sistema solar. He leído un montón de libros sobre el universo. Este tema siempre me ha apasionado". Shams no podía creer lo que le estaba contando. Sin duda había sido un golpe de suerte encontrarse con Alejandro. No podía haber encontrado un mejor compañero de viaje.

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¡Por fin estaban todos!. Juntos decidieron emprender el viaje de vuelta a la Tierra y así completar su misión. Para celebrarlo organizaron una gran fiesta. Shams y sus amigos estaban muy agradecidos con Alejandro. Se habían convertido en grandes amigos, por eso le regalaron el traje de astronauta y una pequeña nave, para que pudiera visitarles.

Shams y los demás salieron de la nave y corrieron y corrieron, aunque la lluvia y el viento les impedían avanzar. Por fin llegaron a una cueva, dónde se resguardaron y cuál fue su sorpresa cuando se encontraron allí a su amigo, que se había escondido, porque tenía mucho miedo de la tormenta. El camino de vuelta a la nave fue agotador, debido al viento y a la distancia. Por fin lograron llegar. Estaban muy cansados y por eso decidieron acostarse. Pusieron la nave en control automático y se dirigieron hacia Saturno.

A pesar de que Shams, Alejandro y sus amigos estaban agotados, decidieron continuar con la aventura. Tenían que llegar a Neptuno. No podían fallarles a sus amigos. El viaje fue muy largo, ya que Neptuno es el planeta que está más alejado del Sol. Por fin llegaron, pero al bajar soplaba muchísimo viento y esto les impedía andar. Caminaron y caminaron hasta que vieron a sus amigos, que estaban escondidos detrás de unas rocas.

He conseguido mi objetivo, pero... tengo que ayudar a mis amigos.

Cada vez estaban más contentos porque contaban con más ayuda y ya les faltaba menos para cumplir su misión. Emocionados e ilusionados se dirigieron a Júpiter. Pero de nuevo tenían problemas para aterrizar. La tormenta roja de Júpiter se lo estaba impidiendo. Finalmente, tras muchos intentos, lo lograron.

Cuando llegaron, Shams pulsó el botón y se abrió la puerta de la nave. Salieron y sintieron un calor horrible, casi no podían respirar, ya que Mercurio es el planeta más cercano al Sol. Buscando y buscando lograron encontrar a su amigo. Estaba escondido en una montaña, porque se estaba quemando con la intensidad de los rayos del sol.

En esos momentos a Shams se le ocurrió una gran idea. "Amigos, creo que todavía tengo guardada una máquina de aire que aspira nubes. Si la ponemos en marcha y logramos despejar el camino, podremos encontrar a mi amigo". A todos les pareció una idea estupenda y rápidamente se pusieron manos a la obra. Alejandro vio a lo lejos un pequeño bulto. Cuando se acercaron, vieron que era un extraterrestre que estaba un poco mareado. Le ayudaron a levantarse y se dirigieron a la nave para continuar su viaje.

Alejandro estaba encantado con la misión. Siempre había soñado con viajar al espacio. Pero había algo que le preocupaba, necesitaba un traje especial y él no lo tenía... Shams sonriendo le dijo: "Tranquilo, tengo un traje extra en mi nave. Yo te lo presto.".

Ya casi estaban todos. Solo faltaban dos. Subieron de nuevo a la nave y pusieron rumbo a Neptuno. Pero, ¿cuál fue su sorpresa cuando llegaron allí? Se habían confundido y estaban en Urano. Neptuno y Urano se parecen mucho, se les conoce como los gigantes helados. Bajaron de la nave y casi no podían andar, ya que Urano gira muy inclinado sobre sí mismo. Además hacía mucho frío, dieron unas vueltas por allí y no encontraron a nadie.

Shams había emprendido junto a sus siete amigos el viaje desde Plutón, pero ahora él estaba solo. Triste, pensaba en el accidentado viaje que habían tenido, ya que cada uno se había caído en cada uno de los planetas y no sabía cómo podía ayudarles...

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