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AndalucíaUn tesoro cultural
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Prólogo
Estás a punto de descubrir los mayores tesoros que Andalucía esconde entre sus provincias.
Estos tesoros son de un valor incalculable porque en ellos se mezclan culturas, costumbres, tradiciones y sobre todo un gran amor por nuestra tierra.
Para crear este libro el alumnado del grupo de informática "TIC13TR", del CEPER Al-yazirat (Algeciras), han unido sus pasiones por este lugar junto con su interés por aprender y descubrir, dando lugar a esta maravillosa obra.
Esperamos que os guste y disfrutéis tanto como nosotros al elaborarlo.
Estos tesoros son de un valor incalculable porque en ellos se mezclan culturas, costumbres, tradiciones y sobre todo un gran amor por nuestra tierra.
Para crear este libro el alumnado del grupo de informática "TIC13TR", del CEPER Al-yazirat (Algeciras), han unido sus pasiones por este lugar junto con su interés por aprender y descubrir, dando lugar a esta maravillosa obra.
Esperamos que os guste y disfrutéis tanto como nosotros al elaborarlo.
Bandera de Andalucía
En cuanto a la enseña andaluza, fue aprobada por la Asamblea de Ronda en 1918. Se compone de tres franjas horizontales (verde, blanca y verde) y tiene un escudo con la siguiente leyenda: “Andalucía por sí, para España y la Humanidad”.
En cuanto a la enseña andaluza, fue aprobada por la Asamblea de Ronda en 1918. Se compone de tres franjas horizontales (verde, blanca y verde) y tiene un escudo con la siguiente leyenda: “Andalucía por sí, para España y la Humanidad”.
Un poco de historia
El día 28 de febrero de cada año se celebra el Día de Andalucía. En dicha festividad, es tradicional observar cómo las banderas blancas y verdes adornan los balcones de las casas de los pueblos y ciudades de la comunidad y los niños comen pan con aceite y azúcar. Tradicionalmente también se celebran actos institucionales en las ocho capitales de provincia o en el Parlamento Andaluz.
Para conocer su origen, hay que remontarse al 28 de febrero de 1980. Ese día los ciudadanos andaluces acudieron a las urnas para votar en el Referéndum Autonómico, que triunfó en siete de las ocho provincias (Almería fue la única donde no alcanzó el techo legal).
Debido a la clara voluntad autonómica del pueblo andaluz, las Cortes modificaron la Ley de Referéndum para permitir la incorporación de la provincia almeriense al proceso. Un año después, en 1981, se aprobó el Estatuto de Autonomía que, tras la Constitución, es la norma más importante de la comunidad.
Para conocer su origen, hay que remontarse al 28 de febrero de 1980. Ese día los ciudadanos andaluces acudieron a las urnas para votar en el Referéndum Autonómico, que triunfó en siete de las ocho provincias (Almería fue la única donde no alcanzó el techo legal).
Debido a la clara voluntad autonómica del pueblo andaluz, las Cortes modificaron la Ley de Referéndum para permitir la incorporación de la provincia almeriense al proceso. Un año después, en 1981, se aprobó el Estatuto de Autonomía que, tras la Constitución, es la norma más importante de la comunidad.
Blas Infante
Blas Infante Pérez nace en 1885 en Casares (Málaga), donde pasa sus primeros años hasta 1895, cuando ingresa como alumno interno en el colegio de los Escolapios de Archidona (Málaga). Vive su infancia en el contexto de una Andalucía campesina, que atraviesa un momento de crisis, fuerte analfabetismo, paro y emigración, que trascienden en su posterior acción política.
«Yo tengo clavada en mi conciencia, desde mi infancia, la visión sombría del jornalero. Yo le he visto pasear su hambre por las calles del pueblo, confundiendo su agonía con la agonía triste de las tardes invernales…». Blas Infante, ‘Ideal Andaluz’ (1915)
Después de cinco años en los Escolapios regresa a Casares. Trabaja durante un tiempo como escribiente en el Juzgado Municipal, pero en 1904 se traslada a Granada a estudiar Derecho, licenciándose año y medio más tarde. Regresa entonces a su pueblo natal, donde prepara las oposiciones de notario que aprueba en 1909, lo que le abre la puerta de la notaría de Cantillana (Sevilla). Al establecer su residencia entre este pueblo y Sevilla, entra en contacto con el mundo político e intelectual del Ateneo sevillano, donde se impregna de la preocupación por las reformas políticas, la problemática social y las cuestiones andaluzas.
«Yo tengo clavada en mi conciencia, desde mi infancia, la visión sombría del jornalero. Yo le he visto pasear su hambre por las calles del pueblo, confundiendo su agonía con la agonía triste de las tardes invernales…». Blas Infante, ‘Ideal Andaluz’ (1915)
Después de cinco años en los Escolapios regresa a Casares. Trabaja durante un tiempo como escribiente en el Juzgado Municipal, pero en 1904 se traslada a Granada a estudiar Derecho, licenciándose año y medio más tarde. Regresa entonces a su pueblo natal, donde prepara las oposiciones de notario que aprueba en 1909, lo que le abre la puerta de la notaría de Cantillana (Sevilla). Al establecer su residencia entre este pueblo y Sevilla, entra en contacto con el mundo político e intelectual del Ateneo sevillano, donde se impregna de la preocupación por las reformas políticas, la problemática social y las cuestiones andaluzas.