14 de febrero

Habíamos pasado los fines de semana anteriores a pesar de los enojos del padre de Cristian, pintando enormes corazones en papel terciopelo color rojo y haciendo cadenas de papel crepe rojo y blanco que nosotros colgaríamos de lado a lado del salón. Teníamos los discos seleccionados y esperando en mi cuarto el momento de llevarlos al salón aquel sábado 14 de febrero. Fuimos corriendo la voz en la escuela entre los de nuestro grado, pero también entre los chicos de tercero donde se encontraba paola.&nbsp;

Así que Cristian quedo en llegar a las cinco, la fiesta empezaba a las siete. A las cinco y media empecé a quitar las orillas al pan bimbo y a untar los triangulitos. Después de un rato me impaciente y llame a casa de Cristian.&nbsp;

Vaya si lo que mas interesaba a los propósitos de Cristian era que fuera paola con esa sonrisa decía el, preciosa porque entonces yo no había puesto mi empeño en nadie, al principio del año me gusto samanta, pero a ella le gustaba julio y ni siquiera me saludaba. El viernes dejamos listos los ingredientes para hacer los sándwiches la tarde siguiente, si los untábamos de pate antes se harían duros y curvos. 

-&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;Por favor, Arturo, no le insistas. Tiene fiebre y está llorando en el cuarto, lo que mas quiere es ir a la fiesta. No entiende que con esta calentura no puede- me recibió la voz de su madre. Cristian no quiso contestarme el teléfono, su rabia era superior a cualquier cosa. Dígale que lo voy a extrañar quise decirle y en vez dije un resignado “que se mejore” Me tarde en volver a retomar la solitaria tarea de preparar los platones con sándwiches, pensé que podía explicarle a cada uno de los invitados cuando llegara que se cancelaba la fiesta, que sentido tenían aquellos corazones rojos y la ropa que estaba en mi cuarto desde el día anterior si Cristian no estaba ahí. La fiesta era para los dos y para el y paola. Me dieron ganas de meterme a la cama y taparme la cabeza con la almohada.

Por fin hacia la tarde después de que mi mama me dijo te llamo Cristian y una chica que mas que nada me importo que hubiera llamado una chica ya que yo sabia quien era. Le marque a Cristian (que moría por ganas porque ya le contario todo) y le dije que iría a verlo. Entre a su habitación su madre dijo que estaba mejor, que era una bronquitis, pero ya cedía mas la fiebre.

verlo recostado en la almohada sentí que no tendría el valor de decirle, debía guardar el secreto y decirle a paola que lo olvidara. Pero solo pensar su nombre volvía el recuerdo dulce de sus manos mientras miraba sus ojos. Cristian esperaba la reseña con detalles, pero en cuanto me vio entrar (me conocía demasiado) su cara se ensombreció. Me senté en el sillón al lado de su cama -&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;¿Qué paso? Entonces sin describir los corazones que tan bien se veían en el salón, ni quien había ido y a que horas, quienes bailaron desde el principio ni nada más, espete la confesión.

-&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;Le gusto a paola y ella me gusta. Perdóname, Cristian. -&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;Me quede un rato quieto, la boca amarga. Cris volteo la cara hacia la pared y solo alcance a ver sus puños apretados. Sabia que lloraba y que no era un acto gentil. Intente acercarme a abrazarlo y me rechazo con un gesto de mano. Tenía razón yo era el causante de su dolor. Me sorprende mi corazón que obedece a los fieros instintos amorosos y era capaz de traicionar. Debía irme, horas después me encontré a paola, su abrazo me consoló. Habían pasado meses, ya no recibo recaditos con dibujos lindos, ni se queda ningún amigo a dormir para compartir risas, ni insomnio, ni películas, veo a Cristian en la escuela pero el apenas y me saluda. He intentado quisiera contarle lo duro que ha sido elegir.&nbsp;

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Nació el 18 de Agosto de 2006 en el Estado de México, a sus 2 años nació su hermana llamada María de la luz entro al kinder hasta el segundo año el cual se llamaba Ovidio de Croli y no fue hasta primaria que entró al Instituto Americano Cultural y ese es el colegio en el que sigue hasta ahora, entre sus pasiones se encuentra el karate y en el se ha destacado en varios torneos.

Por: Luis Arroyo Ramirez Lian Jonathan Gomez Mendez

En voz de: Luis Arroyo Ramirez

Enlista modificaciones: Cuento Original:14 de febrero Autora: Mónica Lavín Cambiar Personajes A 2 Hombres Jóvenes

Mama se preocupó cuando la llamo el portero para decirle que estaban unas personas esperando en el salón de fiestas y me encontró aun en la cocina. Me vestí a regañadientes mientras ella me decía que la fiesta saldría muy bien, que habíamos puesto tanto empeño y que yo podía solo. No entendía nada, la fiesta no seria o mismo sin Cristian.&nbsp;

Me dio un beso que esquive cuando Sali dándome los últimos cepillazos. Ni siquiera me detuve a mirarme en el espejo. Tome los platones de comida y Sali hacia el salón en planta baja. Cuando encendí las luces encontré a Mildred y Brenda acompañadas de dos chicas de tercero. Preguntaron por Cristian y les explique que estaba con fiebre. Puse los platones en su sitio y me di cuenta de que había olvidado el cerro de discos en mi cuarto. Chicos y chicas comenzaban a ocupar el salón que entre corazones rojos y cadenas de papel se ve como el escenario que Cristian y yo queríamos que fuera. Reconocer a paola y sus amigas que habían llegado, urgía ir por los discos.&nbsp;

-&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;Bajo enseguida-dije, pero paola vino tras de mi -&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;Te ayudo Es que como Cristian se enfermo olvide hasta los discos en el departamento- dije para que de una vez paola supiera y poder contarle a Cristian como había reaccionado. -&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;¿Qué tiene? - dijo por respuesta un tanto fría -&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;Fiebre y lo habíamos planeado juntos -&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;Ya veras que sale muy bien- me dijo paola mientras abría el departamento De nuevo el salón no falto quien estuviera cambiando los discos, mientras yo veía que hubiera refrescos y que las papas no se acabasen. Me sentía manco sin Cristian&nbsp;

-vente a bailar- insistió Mildred y yo me uní a la bola porque entonces no había muchas parejas formadas y pensaba en Cristian tirado en su cama, ardiendo de fiebre, con la boca seca, como yo sabia sucedía, dormitando, pensando en paola a quien yo alcanzaba a divisar allí junto al aparato de música bailando con sus amigas.&nbsp;

No respondió y se quedo viendo al frente donde las parejas brincoteaban, entonces me señalo. Se instalo en silencio como un tajo frio. Me quede turbado, de cierta manera que me caería de la silla, absolutamente seguro de que estaba en un problema pues su dedo señalándome, eligiéndome, provoco un revuelco en mi corazón y una sonrisa involuntaria. Me daba cuenta de que me gustaba pero que había cedido todo terreno a mi amigo, asumí que no tenía derecho a mirarla hasta ahora que la tenia frente a mi confesando lo que yo no debía oír.&nbsp;

&nbsp;frente a mi confesando lo que yo no debía oír.&nbsp;

No respondió y se quedo viendo al frente donde las parejas brincoteaban, entonces me señalo. Se instalo en silencio como un tajo frio. Me quede turbado, de cierta manera que me caería de la silla, absolutamente seguro de que estaba en un problema pues su dedo señalándome, eligiéndome, provoco un revuelco en mi corazón y una sonrisa involuntaria. Me daba cuenta de que me gustaba pero que había cedido todo terreno a mi amigo, asumí que no tenía derecho a mirarla hasta ahora que la tenia

-&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;Es que tu le gustas a Cristian- conteste con torpeza -&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;Pero tú mi- me dijo de frente, le quite el cabello de la cara buscando sus ojos. No pude decir más, no era necesario. Sonaron las primeras notas de una canción y bailamos más juntos... su olor me llego despacito, su mejilla acerca de la mía, tibia. Al día siguiente no sabia como contarle a Cristian, tarde en salir de la cama a pesar de estar despierto y escuchar los repiqueteos en la puerta de mi habitación. Oía la voz de mi madre “esta dormida. Yo le digo que te llame”. Lo tenia que hacer, enterarme como estaba yo cuando me preguntara le tendría que decir la verdad, que había bailado con paola, que le gustaba y me gustaba. Me parecía la peor película y el mío el peor papel.&nbsp;

Si han tenido un amigo como Cristian me comprenderán. Christian y yo pasábamos no solo los recreos en la escuela juntos, pertenecíamos al mismo equipo cuando de investigaciones o tareas se trataba, sino que un fin de semana el se quedaba a dormir en mi casa y el otro yo en la suya. Su papa renegaba cuando era en la mía ya que el lo quería ver el domingo pues era cuando estaba en casa. Pero teníamos catorce años y lo que más queríamos era no parar de platicar, escuchar los discos tumbados en la cama hasta la madrugada, reírnos, levantarnos tarde y ver películas, volver a reírnos, escoger nuestra ropa para ciertas ocasiones, soñar con las chicas que nos gustaban.&nbsp;sobre todo, eso, confiar el secreto de quien nos gustaba para que cada uno se convirtiera en el impecable espía y nos informara si acaso nos había mirado alguna de las chicas que nos gustaban, si se notaba un poco si les gustábamos o si murmuraban algo entre ellas.&nbsp;

Christian era muy bueno para dibujar, siempre hacia unas personitas muy dulces que se agarraban de las manos o se acurrucaban bajo un árbol, veían puestas de sol, normalmente los ilustraba con corazones o globitos con pensamientos amorosos. Yo era bastante torpe para eso así que componía pequeños poemas donde aseguraba que la chica de Christian no dormía pir el y todo lo que deseaba era topársela en la cafetería de la escuela o en los pasillos al salir. Por eso era tan importante aquella fiesta del 14 de febrero, no tanto por lo del amor y la amistad, sino que era un buen pretexto, buenísimo de hecho para que Cristian pudiera estar con paola. Vamos casi era como alfombrar la posibilidad de que se hicieran pareja. Nos prestarían la casa club del edificio donde yo vivía.

Ninguno de ellos bailaba con nadie, así pasaba siempre con los chicos. La mayoría se quedaban con su grupo, entre los refrescos, preparándose cubas a escondidas con alguna botella de ron que alguien logro meter a la fiesta. La fiesta se empezó a animar y mi ánimo también fue cambiando ya haríamos otra, me consolaba. Escogieron una de esas lentas que alejaba a todos menos a las parejas en romance. Yo fui de los alejados, así que me fui a servir un refresco.

 Al terminar comenzaron las brinconas de nuevo esas que paola ni sus amigas de tercero bailaban

-ahora si puedes descansar- me dijo y nos sentamos en las sillas del salón - ¿O sea que te pesa lo de Sandra? -pregunto gentilmente -como no- responde sin poder confesarle que todo era para que el y ella bailaran como ella y yo habíamos bailado- tenia tantas ganas de la fiesta.

-¿Qué paso, no te gusta esa canción?- se acercó paola -me gusta, pero ya me cansé- Sali por la tangente. La verdad Cristian no tenía malos gustos los ojos de paola eran especialmente dulces. - no te lo creo, vamos- dijo y en un minuto estaba yo bailando suavemente con la chica que le gustaba a Cristian. No hablamos, solo deje que ella me llevara con la cadencia de la música y sentí un descanso de todos los preparativos, la antesala y la decepción por la enfermedad de Cristian: era como si la fiesta llegara a su punto mas amable.

Yo ya había comenzado a sentir que las cosas no eran tal y como debían ser cuando me dijo -&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;Tengo un problema Acerque mi oído suponiendo que hablaría en voz baja, me sorprendió su confianza. Su hombro cercano me turbo, balancee mis piernas y me así al borde de la silla&nbsp;

-&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;Me gusta un chico- me confeso Supuse que seria mi momento de gloria, que al día siguiente podía llamarle a Cristian y decirle “le encantas” -¿quien? – se me ocurrió preguntarle.