Había una vez, un pequeño rancho llamado Satevó. Este rancho estaba en Chihuahua, pero solo el rancho de Abuelita Tita es mágico. La casa de Tita era muy grande, pero ella no vivía sola. Vivía con su esposo Abuelito Tito, sus nietas; Sofía y Luna, acompañadas por sus padres.
Todos los días Sofía y Luna salían a regar el jardín mientras Tito les contaba historias. Sofia y Luna vivían muy felices en el rancho de Tita, ellas amaban el jardín y las flores. Su flor favorita era amarilla y la llamaban “La mágica flor de Tita”.
Niñas, ¡¡Vamos a vivir en Alaska!!
Un día por la mañana, Sofía y Luna estaban desayunando cuando su mamá entró a la cocina y les dijo muy emocionada que se mudarían a un pueblo en Alaska.
Sofia y Luna estaban tristes porque no querían dejar a sus titos, pero también estaban muy felices porque su mamá les contó que Alaska es muy bonito con mucha nieve para jugar.
"¡Se nos olvidó empacar una flor mágica de Tita!”
Es hoy!! Es hoy!!!!
"Es hoy, es hoy!!!" Gritaba Sofía muy emocionada. Al fin se iban a ir a Alaska, las dos hermanitas estaban muy emocionadas, pero justo en ese momento se acordaron de algo… La mágica flor de Tita!! "Se nos olvidó empacar una flor mágica de Tita" dijo Luna.
