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RELATOS CORTOS - DÍA DEL LIBRO

by Estela Miranda Cayado

Pages 4 and 5 of 16

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LA HISTORIA DE LAS MARAVILLAS
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Había una vez, hace muchos años, una princesa que vivía en un castillo enorme con su mascota, el koala Lily.
Un día de mucho sol salieron del castillo a jugar en el prado y cuando llegaron al prado había un animal muy raro; no sabían qué era, estaba saltando mucho y solo saltaba.
La princesa y el koala le enseñaron a hablar, caminar, leer, comer, a cambiarse de ropa y a escribir.
Y el monstruo, como le habían enseñado a hablar dijo: 
-¡Me he perdido, este no es mi mundo!
Y la princesa le dijo:
-¡Espera, a lo mejor podemos encontrar los materiales necesarios para hacer una nave que te devuelva a tu mundo!
Y al monstruo y al koala Lily les pareció buena idea y fueron a hacer una nave transportadora.

El koala cogió unos tubos eléctricos; el monstruo, un ordenador y la princesa fue a por una caja de herramientas y volvieron al jardín.
El koala conectó los tubos eléctricos. La princesa arregló un poco los tubos y el monstruo le dio a una tecla del teclado y la máquina empezó a brillar. Era buena señal y el monstruo se subió y se teletransportó a su mundo de nuevo.
La princesa dijo que lo echaría de menos y el koala Lily, también.
Después, entraron en casa y todo volvió a ser como antes.

Creado por DNL (Daniela García de 3º de Primaria)
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LA SOLIDARIDAD DE LA IGUANA.
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Érase una vez una iguana que vivía en una casa en medio del campo, rodeada de muchos pinos, robles y un hermoso lago cristalino con peces de variados colores.
Un día, la iguana, salió a dar un paseo; de repente, vio a unas abejas buscando margaritas donde poder coger su polen y llevarlo a la colmena.
-¿Queréis que os ayude a buscar margaritas?- dijo la iguana.
-Sí, por favor, necesitamos que nos ayudes a buscar margaritas porque si no llevamos el polen, la reina nos echará de la colmena y tendremos que encontrar otra pero no queremos que nos pase esto, dijo una de las abejas.
-Donde yo vivo hay muchas margaritas y a veces yo voy a recogerlas porque hago infusiones con ellas, comentó la iguana.
Esta se llevó a las abejas a su casa cuando de pronto escucharon aullar a una manada de lobos que también buscaban alimento y que las habían visto en el camino. 
Los lobos las rodearon para que no tuvieran ninguna salida y cada vez se acercaban más a ellas hasta que el rugido de un león los hizo escapar.
- Muchas gracias por salvarnos de esos lobos salvajes!, gritaron temblorosas, las abejas y la iguana.
-No hay de qué; solo ayudo a los animales que están en peligro- les dijo el amable león. ¿Necesitáis algo más?
- Nosotras solo conseguir el polen suficiente para la miel- le respondió una de las abejas.
Entonces, la iguana, entró de nuevo en la conversación y dijo:
-Tranquilo, león. Eso puedo ser yo quien se lo comparta. Para eso habían venido hasta aquí.
La iguana entregó varias margaritas a las abejas y estas decidieron pasar la noche en su casa antes de volver a la colmena, porque el día había sido muy largo y agotador.
La iguana, decidió entonces cantarles una nana que su madre le cantaba a ella cuando se iba a la cama. De esa forma, todas descansaron felices.

Creado por María del Carmen (Rodrigo García de 4º de Primaria)
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