Canica y el bosque encantado
Por: Sofia L y Sofia K
Había una vez una gata llamada Canica, era una gata muy curiosa y siempre se estaba buscando aventuras. Un día se fue al bosque y se dijo a sí misma “ bueno a ver si encuentro algo divertido aquí” y se fue más y más profundo en el bosque. Y cuando estaba caminando se encontró con algo muy peculiar...nunca había visto algo igual, vio una cueva en el medio del bosque y decidió entrar y no tienes idea de qué se encontró adentro. Se encontró con el animal más extraño que había visto en su vida...un animal parte murciélago y parte LAPĺZ?!! ¿Cómo es esto posible? se dijo a sí misma. Tenía un cuerpo de lápiz con alas de murciélago y cabeza de murciélago también. iiiY después de sólo unos minutos de haber estado en la cueva el “murciélago” voló arriba de la cabeza de Canica!!! Canica tenía mucho miedo porque el murciélalápiz era más grande que ella, si hasta se la podía llevar volando arriba de las nubes! Cuando el animal raro estaba en la cabeza de Canica se la llevó a un lugar desconocido donde había cosas que nadie se podía imaginar!!!
Canica con el miedo que tenía solamente cerró sus ojos hasta que aterrizó el murcielalápiz raro. Y Canica vio a animales como cocodrilos que tenían alas de ángel, y delfines con cuernos de unicornio. Luego después de que el murcielápiz la bajó a tierra firme todos los animales se la quedaron mirando con cara de “esta cosa es muy rara.” ¡Todos estaban confundidos! Canica sin pensarlo ni un segundo fue más rápida que la luz, se fue debajo de un árbol y se quedó ahí hasta que todos los animales se fueron a dormir. Cuando todos estaban dormidos se puso el vestido de hojas que se había hecho para camuflarse, se lo puso y corrió lo más rápido que había corrido en su vida!!! Canica corrió y corrió, ¡hasta que se desmayó! Se despertó, en su casa, muy cansada. Pensaba que solo era su imaginación y que aún estaba en el bosque. Después de unos minutos de estar echada en su cama se dio cuenta de que todo lo que había sufrido era obra de su imaginación. Escuchó una puerta abriéndose y su dueña entró y le dio un abrazo y se fue a comer, como si nada hubiera pasado. Fue el sueño más intenso de su vida.
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