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Las viudas de Graham

by Milagros Villamea

Pages 2 and 3 of 41

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Marzo de 2005
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_Bueno, adelante muchacho, no seas tímido y preséntate ante tus compañeros.

_Mason Smith, 25 años. Nací en Boston, Massachusetts, pero actualmente estoy viviendo en Baltimore, Maryland_ hablé fuerte. Espero poder llevarme bien con todos ustedes.

_ ¡¿Pero qué es lo que tenemos aquí?!_ exclamó divertidamente una mujer mientras entraba a la oficina. ¿Será que él resolverá el caso imposible?

_ ¿Caso imposible?
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La mujer, la cual todavía no sabía su nombre, largó una carcajada que hizo que mis oídos zumbaran.
_ Escucha cariño, hay un caso que nadie ha podido descifrar_ susurró cerca de mí cara_. Quedó archivado como “Las viudas de Graham”. Si eres capaz de resolverlo, puede que te ganes un premio.
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_ Pero por favor señora, nadie lo ha podido resolver, ¿qué puede esperar de alguien que es nuevo en el trabajo?_ intervino burlonamente un hombre que se encontraba sentado en una de las sillas que estaban en el medio del despacho.
_ ¿Sabe que cuando entró aquí yo fui la única que tuvo esperanzas en usted?_ replicó ella_. Todos en este lugar alguna vez fueron “los nuevos”, pero eso no significa que no tengan la capacidad para resolver los trabajos que se les ordenaron.

El hombre quedó callado y se formó una ligera tensión en el ambiente. La mujer suspiró suavemente y empezó a caminar hacia el escritorio que estaba al final de la sala, en el cual había una placa que decía: “Jane Hunter; Directora”.

_Lamento haberte hecho pasar por esta situación incómoda, Mason. Pero a veces las cosas son así en este lugar_ dijo disculpándose, mientras se sentaba_. Entonces, ¿aceptarás mi propuesta sobre el caso que te dije anteriormente?_
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_ Pero por favor señora, nadie lo ha podido resolver, ¿qué puede esperar de alguien que es nuevo en el trabajo?_ intervino burlonamente un hombre que se encontraba sentado en una de las sillas que estaban en el medio del despacho.
_ ¿Sabe que cuando entró aquí yo fui la única que tuvo esperanzas en usted?_ replicó ella_. Todos en este lugar alguna vez fueron “los nuevos”, pero eso no significa que no tengan la capacidad para resolver los trabajos que se les ordenaron.

El hombre quedó callado y se formó una ligera tensión en el ambiente. La mujer suspiró suavemente y empezó a caminar hacia el escritorio que estaba al final de la sala, en el cual había una placa que decía: “Jane Hunter; Directora”.

_Lamento haberte hecho pasar por esta situación incómoda, Mason. Pero a veces las cosas son así en este lugar_ dijo disculpándose, mientras se sentaba_. Entonces, ¿aceptarás mi propuesta sobre el caso que te dije anteriormente?_
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