De quesadillas, tamales y temblores

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Había una vez una familia muy grande que tenía muchos primos...Tantos que algunos ya eran adultos y otros seguían en pañales. 

Todos los primos vivían por todo México y siempre que se veían era motivo de fiesta.

Y en las fiestas, lo único que nunca falta es: ¡la comida!

DE QUESADILLAS, TAMALES Y TEMBLORES

Por Sabina Garduño de la Vega

Antonio es el primo más divertido, es de Guadalajara y Sara y Angélica siempre dicen que habla chistoso. Para él todas las quesadillas llevan queso y los tacos acorazados son rarísimos.

Sobre la autora, Sabina estudia en CSU Pueblo y vive ahí durante el ciclo escolar. Esta historia está inspirada en muchas reuniones familiares, discusiones y más que nada todo el amor que tiene por sus primos. Sabina estudia ciencias políticas y español, es miembro del equipo de tenis de la escuela y trabaja en la oficina de estudiantes internacionales. La motivación para escribir esta historia no solo viene de peleas entre primos, si no de una división muy grande que se vive en México todos los días. Aunque aquí se habla de comida, un tema en el que no solo hay mucha diversidad pero también mucha confusión (¿con o sin queso?), la fuerza que viene de esta diversidad es innegable en todos los aspectos de la vida diaria.

"Lo que queremos que sepan, es que México, como nuestra familia es como es porque hay mucha diversidad" dijo tía Fer, "ma, ¿qué es ditersidad?" preguntó Miguel. 

"Di-ver-si-dad babas" dijo Sara, "¡SARA! Pídele perdón a tu hermano. Y diversidad significa que hay mucha variedad y toda esa variedad es muy valiosa."

"Hijos" dijo tía Sofi (mamá de Antonio), "queremos hablar con ustedes" Los cuatro niños pararon tan de pronto al escuchar esto que Miguel se cayó del columpio del susto.

La mamá de Sara y Miguel empezó a hablar, "¿se acuerdan de por que se estaban peleando en la mañana?" Todos los niños asintieron en silencio. "Pues miren, les queremos contar algo".

Angélica creció en otro país, y aunque desde que regresó a México ha vivido en Ciudad de México su abuelita es de León y lo de las quesadillas con o sin queso siempre la confunde mucho. 

Angélica, que ya estaba muy confundida preguntó "pero todo esto ¿qué tiene que ver con el temblor?" Las tres tías rieron un poco y tía Sofí contestó pacientemente: "Hija, todo esto tiene que ver con el temblor porque es lo que nos hace fuertes. Los mexicanos somos fuertes porque tenemos diversidad, y aguantamos temblores porque somos fuertes."

Entre hartos, confundidos y genuinamente impresionados, los primos se dieron un abrazo y continuaron las celebraciones. Desde ese entonces, las quesadillas se piden con queso o sin queso en la Ciudad y sin decir nada en Guadalajara.

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"Las quesadillas ¡SON DE QUESO!" Gritaba Antonio "Claro que no, además ¿cómo te vamos a creer? si dices que los esquites son ¡elotes en vaso!" Exclamó Angélica "La la la la la soy Antonio y hablo chistoso". Mientras tanto Sara solo se burlaba de su primo

"¡Niñoooooos!" Una voz colectiva de tres mamás retumbó en todo el jardín de eventos.

"No hijo, no te estoy regañando, solo te quiero decir que estas diferencias son muy bonitas. México es un país muy grande, con una historia muy rica y todos entendemos nuestra cultura de manera diferente" dijo tía Sofí.

😡😡😡😡 😡😡😡 😡😡 😡

"Solo queremos que sepan que no tienen que discutir de quién está bien o quién está mal, porque todos estamos bien" continuó tía Sofí. "¡MAAAA! Eso no se puede, porque nosotros decimos las cosas bien y ellos dicen así porque son del Defect-" antes de que Antonio pudiera terminar su mamá levantó la voz "¡Antonio!" El silencio retumbante regresó.

Después de una respiración profunda, tía Aurora empezó a hablar: "Lo que queremos decir niños, es que estas diferencias son muy normales. Y no tienen porqué pelearse para ver quién 'esta bien', todos están bien."

"Ash, claro que no, solo están diciendo eso porque mi tita se enojó de que estábamos despeinados en las fotos" dijo Miguel enojado, "además yo ni estaba haciendo nada a mí no me tienen que regañar".

En una mezcla de voces, ruegos y reclamos los tres niños se defendían "no ma, yo no lo empece", "no es mi culpaaaa, ¡se estaban burlando de mí!", "se burló de mí por como pedí mi quesadilla"

Conteniendo las risas, las tres mamás lograron separar la pelea de primos. Después de que todos se calmaran, los primos estaban sentados en los columpios jugando a ver quién llegaba más alto.

Al poco tiempo de que empezara la reunión los más chicos ya estaban en la alberca. Y entonces, ¡llegó la pregunta del millón! "¿Por qué pediste tus quesadillas con queso si las quesadillas son de queso?" Antonio preguntó intrigado. Sara y Angélica muy ofendidas se empezaron a pelear con Antonio.

"¡Maaa, se estan peleando!" Gritaba Miguel desesperado. Él era el más chiquito y siempre intentaba mantenerse fuera de estos problemas.

Había un silencio muy sombrío, siempre que se hablaba del temblor todas las cosas se ponían muy serias. 

"¿Saben cómo ustedes se burlan de los otros por como le decimos a la comida?" Con ojos del tamaño de pelotas de tenis, todos los primos asintieron nerviosos.

"Pues, cuando todos los de provincia nos mandaron víveres después del temblor; esas diferencias se volvieron bromas." "A ver, espera..., ¿nos estas diciendo que sí nos podemos pelear por esto ma?" Preguntó Sara, entre confundida y emocionada.

Las tres mamás no pudieron contener la carcajada. "No hija, lo que tu mamá quiere decir es que esas diferencias no son malas" dijo Tía Sofi. "No se má, pero yo no entiendo cómo esto tiene nada que ver con lo que pasó hace rato" dijo Antonio.

Las mamás se miraban las unas a las otras. Entre divertidas por las ocurrencias de sus hijos y desesperadas porque no las dejaban terminar.

Hace muchos años, los primos tenían como diez u once años, hubo una reunión tan tan grande que las fotos se tenían que tomar desde muy lejos. Era un día soleado y toda la familia había viajado a Guadalajara. Sara, Angélica y Miguel estaban muy emocionados de ver a su primo Antonio y comer tortas ahogadas de la tía Pipa.

Sara y su hermanito Miguel son de la Ciudad de Mexico pero viven en Morelos. Sara pide las quesadillas con queso y le gustan las tortas de tamal. Pero Miguel, creció en Morelos y dice que las quesadillas obvio llevan queso y las tortas de tamal son muy pesadas

"Paciencia hijo, ya sabes como dice tu abuelita" Los niños empezaron a carcajearse y a imitar el dicho familiar de la ciencia de la paciencia. "Niños" Tía Sofí dijo desesperada. "Sí, perdón" Dijeron todos al unísono.

"Pues miren, cuando tus tíos estuvieron en ese temblor yo vivía en Guadalajara..." dijo tía Sofí, "y yo, en León" dijo Tía Aurora "yo sí estaba en la Ciudad" dijo Fer, mamá de Sara y Miguel.

"Angélica, ¿te acuerdas que te he contado que tu papá y todos sus hermanos estaban en la Ciudad de México en ese temblor grande?" "Si ma..." "Yo también estaba en ese temblor, corazón", dijo la mamá de Miguel y Sara, "y tenía mucho miedo".

"Perdón tía, ¿pero esto que tiene qué ver con las quesadillas?"Antonio estaba desesperándose, él no había hecho nada malo y ahora los estaban regañando a todos por unas quesadillas.

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