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EL ESPEJO AFRICANO

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Estaban muy bien de dinero, tenían una hermosa hija, Raquel, y varios esclavos. Era un matrimonio cortés, elegante y muy estricto. Cuando entraron en quiebra, no sólo tuvieron que vender varios objetos personales sino también a sus esclavos

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ALUMNOS PARTICIPANTES ACOSTA Sebastián BALESTRA Mateo BERARDI Lola CAMPAGNA Ramiro CARNEVALE Valentina GALANTE Emma GALLINAL&nbsp;Bruno GOMEZ Malena LANDABURU Ernesto LONGO Miranda LOPINTO Uma MATELLAN Kiara ODDO Agustín ORTIZ Violeta PAPA Felicitas PEREIRA Betania QUANTIN Juliana RUIZ Iara RODRIGUEZ Sofía ROTH Dasha SEQUEIRA Maia SUAREZ Catalina TRUPIA Benito VALLEJOS Cielo

dIRIGIDO POR: Seño Andrea 5° "b" lECTURA A CARGO DE: Juan (biblioTECARIO)DIGITALIZACIÓN:&#160; FPD. KELLYSA HERNÁNDEZ

eSC. 15 "ANTONIO DEVOTO" DE.17 CABA JULIO 2.021

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Maria Petra es la tutora que esta a cargo de la crianza de Dore,&nbsp;quien es un joven huérfano, Dorel le tenía mucho miedo a Maria Petra. Dorel es impulsado por la magia del espejo a salir a la calle y aprender a tocar el violín donde descubre que este tiene un don natural, don que lo hace famoso. El Espejo pertenecía a una esclava africana llamada Atima Imaoma, quien fue doncella de Raquel; ella ve el espejo en una presentación de Dorel y recupera el espejo, que se toma la molestia de devolver a Atima Imaoma quien ha muerto, así que se lo regala a su hija Atima Silencio

Raquel, la antigua ama de Atima Imaoma, fue a ver un concierto de música, donde Dorel era el violinista principal. Ella ve que tiene el espejo, le preguntó como lo había obtenido. Dorel le contó que se lo había comprado a un muchacho. Finalmente, Dorel termina por obsequiarle el espejo. Raquel decide, a pesar de su salud, viajar a América para buscar a su antigua doncella.

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Cuando compraron a Atima Imaoma le pusieron Silencio, nombre que lleva en sí mismo la obliteración de su historia y de su humanidad. Su nombre africano es borrado por el desarraigo y la reimplantación en una cultura distinta. La inscribieron como Silencio en la lista de pertrechos y mercancías, porque en esos años los esclavos no eran considerados personas.&nbsp;

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Junto a su amita Raquel, Silencio busca el nombre perdido en los rincones de la&nbsp;memoria. Lo descubre en la imagen invertida en el espejo, ya que “en el revés de las cosas suele estar la verdad”. Al reflejarse la pizarra en la que Raquel le enseñaba las letras, la frase “Amo a mi amita” la convierte en Atima Imaoma… y el sonido de los tambores vuelve a su memoria.&nbsp;

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Los esclavos le cuentan que Atima Imaoma murió, pero que tuvo una hija. Le dicen que el cuerpo de Atima Imaoma se encuentra enterrado en el cementerio para esclavos que estaba en el limite norte de la hacienda. Raquel va al cementerio, encuentra la tumba y, cuando estaba hablando sola, se acerca por detrás Atima Silencio

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Raquel la confunde con Atima Imaoma, pero Atima Silencio le hace ver su error. Raquel, entonces, le entrega el espejo que era de su madre y le ofrece ocupar el lugar que ocupaba Atima Imaoma cuando ellas eran jóvenes. Atima Silencio se pone muy contenta y acepta el ofrecimiento.&nbsp;

Esta es la historia de un espejo de ébano tallado en África, obsequio de bodas de Imaoma para su esposa, Atima. La hija de ambos, la pequeña Atima Imaoma, es llevada a América por los cazadores de hombres; junto con ella viaja el espejo de su madre.&nbsp; Es así como este objeto comienza a recorrer el mundo y va enlazando el destino de distintas personas en distintos lugares: una esclava africana, el general José de San Martín, un temeroso huérfano español…

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Y cuenta las arduas luchas que tantos hombres y mujeres afrontaron para obtener la libertad.

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Hereda de su madre el espejo. Ella, también, percibe el tam, tam de los tambores. El ritmo conecta el cuerpo y el alma en una sola vibración. Es el llamado de sus raíces que la impulsan a buscar la libertad. Pero no tiene en cuenta el peligro y huye. Como esclava liberta, permanece en los márgenes de la sociedad. El hambre y la intemperie la arrastrarán a la hacienda de la que se fugó, para suplicar que la acepten nuevamente. Ya no tiene su espejo, se lo ha donado al general San Martín

Es un joven que vive en España y está sometido a una dominación que se parece a la esclavitud. No conoce a su familia, es huérfano y desde pequeño trabaja para María Petra, una anticuaria. El niño crece acorralado por los miedos que ella le inculca para tenerlo encerrado en el ámbito de la casa-negocio. Pero un impulso vital se despierta en él cuando el espejo africano llega a sus manos. Tam... Tam, tam... suena su corazón. Envuelto en dudas y temores, Dorel corre en busca de su libertad.&nbsp;

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En África, Imaoma talla en ébano un espejo para su esposa Atima, que lo entrega a su hija antes de ser secuestrada por cazadores de esclavos. A partir de allí el espejo inicia un recorrido que va de África a América. §Muchos años después, ya en &nbsp;Madrid, y convertido en un gran violinista, Dorel se lo entrega a Raquel, quien regresa a América para devolvér el espejo a su dueña.

Autora argentina, nombre de nacimiento&nbsp;Liliana Chiavetta, se trasladó con su familia a Mendoza cuando tenía cinco años. Bodoc&nbsp;estudió Literatura Moderna en la Universidad Nacional de Cuyo y fue profesora de Literatura Argentina y Española, además de dirigir un taller de narrativa, trabajos que abandonó para dedicarse a escribir a tiempo completo.

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Con&nbsp;Los días del abuelo&nbsp;recibió la mención&nbsp;White Ravens y, de entre su obra, en su mayor parte fantasía épica desarrollada en culturas precolombinas, habría que destacar títulos como&nbsp;Los días del venado,&nbsp;Los días de la sombra&nbsp;y&nbsp;Los días del fuego, que juntos forman La saga de los confines.

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Es una joven hermosa, buena en el arte de teñir y coser pieles

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IMAOMA Era un joven cazador. La aldea entera lo consideraba un elegido de los antepasados.

Atima Silencio vagaba en libertad buscaba trabajo, estaba muy hambrienta y se acercó a una hoguera con soldados alrededor, le dieron de comer, agradeció a San Martín, le dio las gracias al general y le ofreció el espejo como forma de contribuir por la causa libertadora . El general San Martín tomo el espejo y le dijo que lo usaría como salvo conducto y que lo llevaría a&nbsp;uno de sus mejores mensajeros.

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Establece de pequeña lazos inolvidables con Atima Imaoma, pero pasan muchos años antes de que pueda cumplir su promesa de ir a buscarla a Mendoza. Toma la decisión cuando Dorel le entrega el espejo africano. Pero para Atima Imaoma es tarde. No lo es para Atima Silencio, que recupera su espejo y acepta ser la doncella de Raquel. La relación sigue siendo asimétrica, pero esta oferta abre un espacio de vida que la aleja de la esclavitud.&nbsp;

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Vivían en África Imaoma miró tres veces a Atima, esa era la señal que se tenían que casar.

Como regalo de casamiento, Imaoma le dio a Atima un pequeño espejo enmarcado en ébano, que él mismo había tallado con paciencia. Tuvieron una hija, Atima Imaoma

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