Odas alucinantes

Paper stack border

Oda a la paciencia Paciencia, oh, madre de las virtudes Imprimes la paz en el horizonte Las iracundas llamas de los ojos encendidos se apagan ante tu dulzor. Paciencia, paciente, piadosa Poderosa e intrépida Valiente y sensata. Paciencia que nos libras del mal del mal humor del mal sabor de boca del mal instinto. Paciencia, paciente con la testarudez del niño, con la soberbia del adulto con la torpeza del anciano.

Oh, paciencia ¿por qué no vives en todos nosotros? ¿por qué te rechazan? ¿Por qué te ignoran? ¿Será porque te creen débil? Pues no. No. Eres gallarda, pero serena Valiente, pero cauta Inmensa, divina, amena, atenta. El mundo, la gente, te requiere. Háblales de tu bondad, de tu sapiencia y de tu verdad. Grítales que un mundo sin ti es un torbellino sin fin Enséñales cómo con tu don la vida sería más feliz.

Oda al mariscal frío Variado fruto del mar Jardín suculento y colorido Mariscal frío reponedor de cuerpos sufrientes reconfortador del hambre insistente de composición fructífera: cholgas: caprichosas y suaves; ulte: verde alga sedosa, preciado sabor, delicado. Machas, carnosa delicia, síntesis del escarpado mar. Y el impetuoso piure que irrumpe con la fuerza de la piedra. Mariscal de puerto, de bahía, de caleta: Lirquén, Tomé, Tumbes, Cerro verde bajo y otras latitudes.

Mariscal devorado, deleitoso, disfrutado. Pero no oldidéis, oh, el humilde cilantro que decora la belleza de este, un sencillo, pero delicioso representante del sur de Chile. Karina Pardo.

Oda a mi robusta hiperquinética Oh, esencia hiperquinética, alegras y transgredes emociones de gozo y placer en estos fríos días de invierno. Que con tus locos brincos puedes parar el corazón de ternura a cualquiera que se cruce cerca de tu bella y vasta casa, con la que ahí se posan tus robustas y extensas extremidades cada vez que cierras tus ojitos de miel en las noches frías y oscuras de estrellas. Mi querida mía, vive mil años

entre las hermosas constelaciones de la tierra y el paraíso en un montón de días llenos de luminosidad y alegría. Ángela Salazar

Los tesoros del Glamour Hermosuras artificiales de acero, embellecen mis días junto a mi oscuro ser que siempre emprende un camino junto a ustedes Que con tus brillantes y glamorosas formas en el metal, encienden un mágico portal lleno de colores y alegrías, con las que mi alma brinca en colores de un aura morada y grisásea por la paz que implementan tus dorados y plateados al momento de colgarte en mi cuello.

Y es que, ¡Oh brillantes y luminosos colores de metal, no dejes de apagar tu luz de atención y felicidad que contemplan mis ojos cada vez que los mira el entorno. Ángela Salazar

Oda a mi querida mamá Mamita querida de belleza inigualable y radiante sonrisa. Apariencia elegante, delicada como una rosa. La infaltable sensatez de tus palabras, me reconforta como una taza de café caliente, en pleno invierno. Si algo debo darte, será mi alma quién te acompañe. Ya que mi corazón alguna vez tendrá que detenerse.

Tú inolvidable esfuerzo me hace recordar las nuevas recetas que hay en un menú. Tú paciencia y cálidas caricias, me hacen viajar a la niñez. Mamá, agradezco siempre tenerte a mi lado. Gracias por tanto. Karol Olmos

Oda a los paraguas Azules, verdes, rosados, amarillos, calipsos, celestes Me cubren de la lluvia copiosa de la llovizna intensa y silenciosa. Alargados, retráctiles, transparentes y estampados. Son los paraguas fieles compañeros que decoran el frío invierno. Es la tela impermeable son las varillas de metal es el mango de madera es su forma y apertura. Fascinación obsesiva la de poseer los más bellos paraguas. Protegerme en su alero Afirmarlos como bastón

Sin embargo, no pueden ser negros pues detesto aquel color. De tonos brillantes los prefiero, chillones, floreados, multicolor. Son los paraguas que fácilmente extravío llegando a lejanas manos. Paraguas míos, de mi colección Los recuerdo a cada uno con mucha devoción. Karina Pardo

Melodías del paraíso Querida, pegajosa y estilosa música, animas mis días con tus maravillosas melodías que con ellas tus acordes pintan de colores mis emociones al son del ritmo. Que tumbado se ha quedado en mi cabeza, cada vez que escucho tus alucinantes sonidos de serenidad eterna a través de mis oídos que disfrutan la estadía en un lugar junto a tus comprensivas palabras que embellecen la melodía contemplándose juntas. Ángela Salazar

Oda a las libretas De líneas, puntos, cuadriculadas, lisas, grandes, medianas y pequeñas. Miles de diseños y portes, colores tan intensos como flores de jardín, Guardan los secretos más profundos de mi ser cuando estoy triste. Mis libretas los testigos más grandes de mis pensamientos, culpas e intimidades.

Mientras escribo mis lágrimas van cayendo sobre sus delicadas hojas de papel. Oh, queridas libretas aunque no las ocupe siempre y las tenga olvidadas siguen siendo el hombro para desahogar mis días grises. María José Romero

Oda al mango&nbsp; Mango, oh, dulce mango&nbsp; amor y gozo en cada bocado&nbsp; Tu piel suave como bebé Tu interior tan cremoso&nbsp; Y tu corazón duro y áspero&nbsp; Tu pulpa amarilla me recuerda al sol Mango, mangos, mangos Cientos y miles de mangos Multicolores, sabrosos, frescos&nbsp; Tu extravagante olor me transporta a los pies del Himalaya Querida y amada fruta cítrica&nbsp; Sigue aportando amor,dulzor y el golpe vitamínico que entregas en cada trozo. María José Romero

Oda a mi madre Consentidora, altiva, vanidosa testaruda e iracunda. Así era mi madre. De carácter impetuoso pero cálido. Impulsiva, pero certera. Así era mi madre: evangélica crítica, olvidadiza e insistente, fecunda matriarca. Así era mi madre: de manos rugosas, de ojos cansados, pequeña, pero fuerte.

Así era mi madre: no olvidaré ni su mate ni su arroz graneado, ni su té de hojas de tetera. Así era mi madre: vivió mil años, pareciera. Terremotos, dictadura, inundaciones, cambio de siglo, dolores, lutos, hijos y nietos. Mi madre: forjadora de mi esencia, de quien soy y quien seré jamás olvidaré su presencia que continúa aquí, a mi lado indeleble, cercana, eterna. Karina Pardo.

Furia Elemental Como el aire vuela, tan rápido que no se ve Pero sÍ se siente. Se siente en el ambiente Y se escucha Fuego ardiente, fuego interior. Encerrado morirá Encerrado se apaga Libre se descontrola, arboles caen. Aburrido, controlado es Y se va. En la calma, salta una chispa. sigue prendida la vela. Vela furiosa. Benjamín Méndez

Oda al caldillo de congrio Pablo Neruda EN el mar tormentoso de Chile vive el rosado congrio, gigante anguila de nevada carne. Y en las ollas chilenas, en la costa, nació el caldillo grávido y suculento, provechoso.

Oda a los juguetes Oh, mis juguetes Un mundo mágico por descubrir. Preciados tesoros, Resguardados como un diamante en bruto. Cada uno guarda un recuerdo, Acompañado de la maravillosa diversión. Diversos tamaños, formas y colores Su esencia aún se mantiene intacta. Oh, mis juguetes, Testigos de mi desarrollo, Compañeros de mi niñez. Siguen siendo mi valiosa colección, Y quizás conserven en su memoria, Mi imagen, como lo que soy.

Soy su cuidadora, y también su más fiel admiradora. Karol Olmos

Oda a Teo Mi perro pequeño como una pepita de ají de orejas tan largas como el himno nacional de Grecia es un regalo de alegría para la vida. Con sus patitas cortas corre a entregar amor a quien lo necesite. Con su lengua, da grandes lengüetazos, que dan solución a todos mis problemas. Mi pequeño bello durmiente capaz de dormir cien años.

Sigue corriendo, jugando y saltando así como lo sabes hacer para entregar amor a quien lo necesite. María José Romero.

Oda a los tallarines De variadas formas y colores, Suculenta textura, maravilloso sabor. Tallarines preparados con el Amor de madre. Explosión de sabores difícil de olvidar. Con múltiples acompañamientos. Pesto, crema, queso, ¡una exquisitez! Que se enrolla en el tenedor, saboreando Lentamente esta maraña oriunda de Italia. Espero algún día poder cocinar Los más ricos tallarines Que se puede imaginar. Karol Olmos

Puré de papas De la tierra directo, sin piel y sin temor Molida por la mano que la cosechó Cosechada por la mano que la plantó El puré de papa suave, con grumos, aguado El puré diverso, puré de pureza, Caliente, recién cocinado Quema, pero lo vale Vale el sabor, vale la textura Vale el dolor de quemarse Vale el sabor de hablarte. Benjamín Méndez

En tiempos donde es más difícil que nunca valorar las cosas positivas de la vida, la oda nos viene a impulsar a la alabanza, al reconocimiento feliz de lo cotidiano, de lo que nos agrada, comprende y apoya. A través de cinco odas, cada uno, ha logrado inspirarse en paisajes, personas, mascotas, objetos, sentimientos, comidas: compañeros de vida que, silenciosos, brindan paz y seguridad. Les invitamos a leer estas bellas odas, creadas en cada mañana de lunes y miércoles, leídas con cariño y escuchadas con respeto y admiración.

Amo todas las cosas, no sólo las supremas, sino las infinita- mente chicas, el dedal, las espuelas, los platos, los floreros. Pablo Neruda

Una montaña Hasta el cielo llega, eterna Mas grande que un árbol, gigante Mas pequeña que un país, diminuta. Eterna montaña de gigante tamaño diminuto el espacio que ocupa, imponente a sus pies, hermosa a lo lejos. Oh eterna montaña llena de recuerdos. llena de historias. Cinco minutos de vida, montaña de nubes. Benjamín Méndez

Oda al Invierno La estación más lluviosa, Con su brisa tan helada. El cielo gris y nublado, Dando vida al impetuoso fulgor Caído del cielo. Aquel sonido de las gotas al caer, Me hacen disfrutar de la protección hogareña. Los paraguas de colores resaltan por las calles adorando el petricor, luego de qué la tormenta frene. Me sirvo un chocolate caliente, Mirando a mi gato jugar Incesante como la lluvia. A veces asustado, a veces muy cansado.

Watercolor texture 3

Oda a un pedazo de estío&nbsp; Gran y extenso pasto verde&nbsp; Respiro aire puro cuando te veo Bello, suave y acogedor Como la madre tierra. Me deslumbras con tu gran belleza&nbsp; Ir a ver tu hermoso paisaje&nbsp; Estíos eternos sentada en tu hermoso pastizal viendo la puesta de sol Me produce tanta alegría y amor. Eres un lugar único&nbsp; Puedo encontrar paz en todas las áreas que piso&nbsp; Rodeada de tus hermosos sonidos.

Pienso que es increíble la magia que solo tú produces. Gracias por entregarme ese cálido amor cuando voy. María José Romero

Las Refrescantes exquisiteces del Trópico Vaya exquisiteces tropicales, refrescan y contagian mis días incontables veces, cada vez que saboreo estas exóticas dulzuras del paraíso. Que sin el maravilloso poder de la fertilidad de la madre naturaleza, no podrían existir tales esencias talladas en diversos colores y sabores con espesores sacados de una galaxia. Ángela Salazar.

Los seres que amamos

Oda a Federico García Lorca Pablo Neruda Así es la vida, Federico, aquí tienes las cosas que te puede ofrecer mi amistad de melancólico varón varonil. Ya sabes por ti mismo muchas cosas. Y otras irás sabiendo lentamente.

Merlín Mago mágico, mago de risas Mago de momentos, mago de locuras Animal amoroso, animal amistoso Amoroso y apestoso Blanco como una hoja dorado como el oro. Reluciente, armadura de caballero Valiente, mira hacia el frente Fallecido, pero vigente. Benjamín Méndez

Oír la lluvia en mi ventana me satisface, Al igual que ver el granizo me sorprende. Cada año que pasa, espero ansiosa el invierno. Qué caiga la lluvia, entregando su fuerza, su vigor y su esperanza.

Oda a la alegría Friedrich von Schiller ¡Abrazaos millones de criaturas! ¡Que un beso una al mundo entero! Hermanos, sobre la bóveda estrellada debe habitar un Padre amoroso. ¿Os postráis, millones de criaturas? ¿No presientes, oh mundo, a tu Creador? Búscalo más arriba de la bóveda celeste ¡Sobre las estrellas ha de habitar!

Oda a las piedras. De la montaña a sus pies, suavizada por el agua suave como el beso de madre, suave como la piel del bebé, del bebé que nació en la montaña. Vida eterna en el fondo del río, aunque efímera en las manos, fugaz su tiempo en el aire, lanzada por las manos del niño, un niño que creció en la montaña. Feliz piedra de río abrazada por las manos del niño, triste piedra que yace en el fondo del río, eterna su espera es por la vuelta del crecido eterna es la búsqueda de la piedra de río. Benjamín Méndez

Salto del Laja Gabriela Mistral Salto del Laja, viejo tumulto, hervor de las flechas indias, despeño de belfos vivos, majador de tus orillas. Avientas las rocas, rompes tu tesoro, te avientas tú misma, y por vivir y por morir, agua india, te precipitas.

Oda al Lago Lleu Lleu Lago ancestral de prístinas aguas La tibieza del caudal se iguala al maternal Natura imponente estructura irreverente Lago Lleu Lleu protegido territorio del aguerrido mapuche Fuerza esencial Valentía colosal Cuenca lacustre de intrépida armonía Derroche de paz Derroche de alegría Derroche de bravía. Lago Lleu Lleu Visitado por respetuosos veraneantes habitado por celosos guardianes de la vastedad agreste de la pureza de tus aguas de tus orillas clementes.

Oh, lago Lleu Lleu anhelo verte cada estío sumirme en tu inmensidad apreciar tu belleza tu dulce y calma intensidad. Añoro tu silencio tu pacífico oleaje toda tu sinceridad Espero cada verano volver a encontrarte y disfrutar tu eternidad. Karina Pardo

La mística vibra de Punta Arenas Vaya, mística energía que transmite esta ciudad, cada vez que te veo y camino por tus pequeñas y minuciosas calles, mientras siento el frío y el fuerte aire que predomina en esta maravillosa ciudad austral. Que con tu increíble mar abrazan la fría briza que recorre este lugar de casa en casa y de local en local, cuya tranquilidad se traspasa de persona en persona en esta ciudad adornada de originalidad y vasta armonía.

Y es que existen muchas personas con un enorme corazón de amabilidad y respeto habitando aquel lugar, que intensifican el amor que tengo por esta ciudad y que si por mí fuera, mi estadía ya hubiera emprendido un rumbo hacia esas pacíficas tierras de lo austral. Ángela Salazar

Oda a las emociones&nbsp; Emociones, sentimientos, emociones&nbsp; Expresan sin titubeos lo más profundo de nuestro ser Tristeza, miedo, furia Las emociones no las podemos esconder.&nbsp; Tristeza: cuando le pasa algo malo a mi familia.&nbsp; Miedo: miedo miedo es el que le tengo a contagiarme de Covid-19. Furia: la que tengo al estar encerrada todos los días por la maldita cuarentena.

Emociones cambiantes, emociones que varían, gritos que salen del alma para ser mostrados en el exterior y perderse después en un desierto. María José Romero

Name

Safari may block some audio or video from playing automatically and ‘read to me’ will skip these. You can configure this in Safari’s preferences.