El mundo en una botella

by Stella Allegrini

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“EL MUNDO EN UNA BOTELLA”
Había una vez en un bosque lleno de árboles, grandes y frondosos, una niña llamada Lucía. Ella vivía en una casita pequeña que se encontraba a la orilla del bosque, la niña salió en busca de sus amiguitos, el oso Vial, el león Rojo, la jirafa Amarilla y la tortuga Verde. Lucía los invitó de paseo. Ellos todas las tardes iban a buscar frutos, miraban y observaban cada lugar
del bosque.
De repente la jirafa Amarilla extendiendo su largo cuello y a lo lejos ve una botella llena de hojas, pero adentro escondía un extraño papel. Con cuidado y un poco de miedo destaparon la botella, sacaron el papel, lo abrieron y con mucho suspenso el oso Vial los miró y gritó ¡¡Es un mapa! Casi todo el bosque se enteró de lo sucedido.
Luego de lo sucedido y tanto alboroto del oso, Lucía no entendía lo que era un mapa, pero detrás de un árbol aparece la lechuza Raquel, era la maestra de la escuela de un pueblo cerca del bosque. Ella sacó de su cartera una regla, agarró el papel, empezó a señalar, mirando y observando el mapa les dice que el mismo era del pueblo de donde ella vivía y daba clases. Entonces lucía y sus amigos con mucha atención escucharon lo que contaba la maestra.
Mientras tanto, Raquel les contaba que, en un pueblo, la mayoría de la gente se traslada en bicicleta, usando cascos y rodilleras, otros en auto poniéndose el cinturón de seguridad, mucha gente viaja n moto colocándose el casco y la pechera naranja, manejando con cuidado y con carnet de conducir al día.
La maestra los invita a la escuela donde ella da clases, les muestra que a la salida de la escuela en las esquinas están las calles pintadas, para que puedan cruzar los peatones, alumnos, maestros, padres y demás personas, también colocan conos para que los autos no puedan cruzar hasta que pase el último peatón.
A continuación, los lleva a la plaza y les va mostrando cada persona que cruza con su vehículo y que infracción comete.
Al cabo de nos minutos, sentados, tomando un café, observan a la gente. Por una esquina cruza un auto, era la señora Sara con su hijo Simón, de repente escuchan una bocina porque la señora cruzó sin mirar y era Roberto con su camión, entonces Raquel le dice a Lucía y a los animales que siempre tiene el pase los de la derecha. Después, cruza el panadero del pueblo, sin casco y sin luz, la jirafa se dio cuenta y le dice a Raquel, el panadero tiene que usar casco y prender las luces. Mirando a la jirafa, la maestra le dice que estaba en lo correcto.
Lucía les propone a los animales y a Raquel un juego, ya que la tortuga, el león y la jirafa llevaban el nombre de los colores del semáforo, pararse en una esquina y frenar a los autos.
Cuando la tortuga verde escondía su cabeza tenía vía libre, si el león Rojo rugía debía detenerse y cuando la jirafa Amarilla movía la cabeza de un lado para otro significaba precaución.
Mientras tanto, el oso Vial, Lucía y la maestra, tenían que cumplir su rol que era el de inspectores de tránsito. Ellos se encargaban de frenar y controlar a cada vehículo y les pedían los papeles para que no cometan ninguna infracción y tengan los papeles al día.
Al día siguiente el Sr. Intendente Salvavidas les propuso ser los inspectores de calles y que los animales cumplan con su rol de semáforo.
Finalmente, ante esta propuesta tan linda, ellos felices aceptaron y empezaron a trabajar. ¡El oso agradecido y emocionado lo abraza al Señor y golpeándole respetuosamente la espalda le dice, Juntos podemos salvar millones de vida!
SEUDÓNIMO: ALMA VIAL

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