Los amigos y el pozo

by Stella Allegrini

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“LOS AMIGOS Y EL POZO”

Hace tiempo, en un país no muy conocido, vivía una comunidad ejemplar: iban a la escuela todos los chicos, las familias eran buenas, entre otras... eso en una parte, la parte de “Norte”, en la zona “Sur”, era todo lo contrario: había música fuerte, sin importar la hora, los chicos no eran buenos, ni mucho menos un ejemplo a seguir, ¡hasta algunos estaban metidos en hábitos raros!
-Dale Evan, vamos a divertirnos un rato- dijo su mejor amigo, Adriel.
-No lo sé, tengo que estudiar para el lunes.
-Tenías que ser del Norte. Ay! Dale, solo serán unas vueltas en bici. Siguió insistiendo.
-Bueno, ¡pero media hora! Y no vuelvas a repetir eso. Por fin aceptó, Evan.
Y así, los dos fueron a dar vueltas. Solo por el pueblo les dijeron, aunque era chico, solo tenía 12 años. Primero fueron por las avenidas, vieron señales de precaución, pero no les dieron importancia y siguieron.
Adriel, se paró en una esquina al ver el pozo que había en la siguiente, pero Evan no, ya que venía cantando con los ojos cerrados, y de repente...
-Evan! Se escuchó, era el amigo bicicleteando a más no poder, su mejor amigo había caído por el pozo. Gritó su nombre, pero no respondía, se empezó a preocupar.
-No es gracioso, está oscureciendo, y ¡tengo frío! Dijo, pensando que era una broma.
EN OTRO MUNDO
-¿En dónde estoy? ¿Qué me pasó? Dijo, Evan. Empezó a recordar todo: el pozo, lacanción, su amigo...
-Adriel, ayúdame a salir de aquí- no obtenía respuesta- por favor, hace frío.
Cuando ya supo que nadie lo escuchaba, intentó subir, pero no pudo, buscó la bici ¡La encontró! Se ingenió y logró subir. No había nadie, era raro, pensó. Pero, no era igual a su pueblo, y ahí los vio... ¡Eran marcianos! Como los de las películas.
-¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? Dijo uno de ellos. Hablaba con un acento raro, pensóEvan.
-Debería hacer la misma pregunta ¿En dónde estoy? Preguntó él, un poco asustado se podría decir.
- Estamos en Aclosti, una ciudad marciana fuera del Planeta Tierra y otros planetas.
Dijo otro de esas cosas verdes llamadas ¿Marcianos?

-Okey, esto está de locos. Me acuerdo que me caí en un pozo muy grande, estaba con un amigo, pero veo que no está aquí.
-Claro que no va a estar aquí, ya te dije este lugar está alejado de todo.
-¿Cómo voy a llegar a mi casa? Necesito a mis papás, a mis amigos, a personas normales, ¡no marcianos! Sin ofender. Dijo, Evan.
-Y dime chico ¿Cómo te caíste a ese pozo? Preguntó el que parecía ser el más anciano.
-Había unas señales de tránsito, no les presté atención, venía cantando con los ojos cerrados, y de repente... ¡pum! Me caí.
-¡Ay, niño! ¿Cuándo vas a aprender que las señales de tránsito son muy importantes?
Hasta en otro planeta hay y no es broma.
-Tiene razón. Dijo, Evan avergonzado, él asumió sus actos, pero seguía preocupado por cómo llegar a casa.
-Tranquilo muchacho, siempre vienen chicos como tú, que por creer que no les va a pasar nada, van como quieren por la calle, sin respetar nada, sabemos cómo llevarte a tu hogar, pero tienen que prometer algo ¿Sí? Dijo otra vez el más anciano.
-¿Qué? Hago lo que sea, solo quiero volver. Dijo.
-Nunca más te vas a pasar por alto ninguna señal de tránsito, son muy importantes para nuestra seguridad.
-Sí señor, nunca más lo voy a hacer, se lo juro. Dijo feliz el chico.
Al decir eso, el grupo de criaturas verdes lo llevaron a un lugar raro, es más, ¡se veía la
Tierra desde ahí!
-Nos vemos muchacho, espero no verte más por aquí. Dijo uno de ellos, los otros se despidieron del chico.
-Nos vemos. Llegó a decir, Evan antes de que se cerraba la cápsula en dónde lo habían metido.
Y así, por fin, fue a casa.
EN LA TIERRA
-Se los juro, el cayó por ese pozo, grité su nombre pero nadie me respondía. Decía Adriel con los nervios por el cielo.
-¿Está seguro niño? Aquí no hay na... -No llegó a terminar la frase que apareció, Evan con raspaduras en sus codos y rodillas, pero era raro, solo estaba su bici en el pozo.
-¡Aquí está! Te extrañé. Dijo con mucha felicidad su amigo, y sin pensarlo saltó a ver a su mejor amigo.

-¿Qué clase de broma fue esta? –dijo el policía- que no se vuelva a repetir.
Cuando el policía se fue, después de sacarlos, Adriel y Evan se fueron juntos y contentos.
Evan tuvo que pasar por miles de preguntas por parte de Adriel.
Pero si le quedó bien en claro a los dos, es que nunca más volverían.
SEUDÓNIMO: ÑOQUI
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