Señales en Marte

by Stella Allegrini

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Era primavera en Rafaela cuando Pepinillos, Arco Iris y Brillitos, los gatos más divertidos de la ciudad, buscaron sus bicicletas para dar una vuelta. Antes de salir, revisaron sus frenos, para asegurarse que funcionaran bien, controlaron que los manubrios y asientos están bien ajustados, también la tensión de cadenas y rayos y lo más importante limpiaron las luces reflectoras debido a que ya comenzaba a oscurecer. Ellos eran siempre muy cuidadosos para manejar, como solían salir en grupo, circulaban en fila india, uno detrás del otro y nunca se olvidaban de respetar las señales de tránsito. Claro que a veces les gustaba hacer piruetas y andar en una sola rueda, pero no lo hacían en la calle, porque sabían el peligro que eso podía ocasionar.
Después de mucho andar llegaron a Mostaza, estaban ansiosos por ir a comer hamburguesas con pasas y snacks, sin saber que ese día algo sorprendente sucedería. Mientras comían y disfrutaban de las bebidas. Notaron que alguien los estaba mirando. Eran cinco marcianos, verdes como la lechuga, que los venían a invitar a una fiesta en su planeta Marte. ¿quieren viajar en nuestra nave?- preguntaron.
Siii! – contestaron los gatos y se dirigieron hasta la nave que se encontraba estacionada, para subir por las escaleras. La nave empezó a volar rápidamente - ¡abróchense los cinturones! – gritaron todos.
El viaje no fue largo, al llegar, los gatos miraban todo con asombro, nunca antes habían estado allí, todo les parecía extraño. Algunas cosas eran muy diferentes a las del planeta azul.
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Luego de un rato, se dieron cuenta que ese color indicaba que los visitantes que no eran de Marte, podían cruzar la calle. Brillitos miraba para todos lados, pero no sabía por dónde caminar pues no había ninguna señal. Arco Iris vio pasar una nave que tiraba estrellas, entonces, Pepinillo tuvo una idea y comenzaron a juntarlas para formar con ellas muchas líneas plateadas y transformarlas en una senda peatonal, ¡al fin pudieron cruzar!
Caminaron y caminaron hasta llegar a una nave multicolor, que como estaba vacía la usaron para vivir unos días mientras estuvieron de viaje, porque no existían las casas, solo había naves por todos lados.
Como estaban muy cansados se fueron a dormir y a la mañana siguiente al despertar empezaron a recorrerla. Grande fue su sorpresa al descubrir que adentro estacionado había un autobús espacial de dos pisos.
-Claro - dijo Brillitos – es para ir a la fiesta ¡yo seré el conductor!
Arco iris y Pepinillos, aceptaron con emoción y se sentaron en los asientos de arriba.

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