Lucho y su carrera a la universidad

by Stella Allegrini

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“LUCHO Y SU CARRERA A LA UNIVERSIDAD”
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Lucho, era un joven que gustaba de andar en moto. En su 110 cc. recorría varios lugares, y disfrutaba de correr en ruta y mucho más en el barro.
Un día practicando su otra pasión, el parkour, vio que había un anuncio pegado en un poste de luz que decía que había una carrera callejera de moto, categoría 110 en Quilmes con un premio de un millón de pesos.
Lucho, pensó que el premio sería de gran ayuda para cumplir su objetivo: poder estudiar en una universidad. Así que se preparó durante dos meses mental y físicamente, hasta que llegó el gran día.
Llegando al lugar, creyó haberse equivocado, ya que no había ni conos, ni luces, ni nada que delimitara la pista. Por suerte, enseguida encontró al organizador y le consultó:
-¿Por dónde va a ser la carrera? No veo ningún tipo de pista.
-Es por la calle principal, das una vuelta a la plaza, llegás aquí y así otras cuatro veces, si llegás primero tienes tu millón. ¡Simple!
- ¿Por lo menos, la calle está cortada?
-¡NO! Por algo es una carrera callejera… ¡Cállate! Y ve a correr.
Lucho dudó, algo no le cerraba. Pero como necesitaba el dinero fue a correr igual.
Se puso en su posición que era siete de diez, se escuchó un disparo y empezaron a correr. Se adelantó a uno, pasó un auto por el medio de la calle, fue el único que frenó y quedó noveno, luego pasó a otros, pero frenó en un semáforo en rojo y quedó décimo, dos vueltas después, volvió a quedar en la posición en la que empezó. Más tarde, en una recta en donde no pasaba nadie quedó primero al fin… Ya estaba más cerca de su objetivo, pero cuando estaba por ganar una señora mayor pasó por la senda peatonal, entonces Lucho frenó y quedó último al terminar la carrera. Había perdido.
Al momento de entregar el premio al ganador ¡llegó la policía!, el organizador quedó detenido, y un policía le dijo a Lucho:
-Te estuvimos observando.
-¿Hice algo malo? –Dice Lucho asustado y preocupado.
- ¡No chico, al revés, algo bueno! Corriste una carrera sin romper ninguna ley – pensó un rato – bueno, casi… esa velocidad no está permitida dentro de la ciudad.
-Lo sé-murmuró avergonzado, Lucho suspiró y siguió- Es que yo quería ganar ese dinero para poder ir a la universidad.
Se hizo un largo silencio.
- Ahora andá a tu casa, Lucho. Alguna solución vamos a encontrar. Pero, ¡no más
carreras callejeras!
Cinco meses después Lucho estaba estudiando en la universidad, ya que los policías habían hablado con la municipalidad y juntos habían decidido becarlo porque, a pesar de haber tenido la oportunidad de ganar y cumplir su objetivo, priorizó la seguridad de los demás, y eso lo hacía una gran persona, además de un buen conductor.
SEUDÓNIMO: LOS LUCHINES
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