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“LA SALIDA DE DELFINA Y MARTINA”
Un miércoles por la noche, en Susana, dos amigas Martina y Delfina habían planificado salir a comer hamburguesas. Reservaron un hermoso lugar frente la plaza.
Sus padres le permitían ir, siempre y cuando, volviesen a las veintiuna horas. Como era verano y la localidad, tranquila, pensaban ir caminando.
Antes de salir, la mamá de Martina les recomendó ir por la vereda y cruzar la calle por la senda peatonal o por la esquina. Prestar atención, si hay semáforo peatonal. Las chicas conversaban por lo bajo, sin escuchar las recomendaciones de la mamá.
Las dos salieron muy contentas conversando. Iban muy entretenidas. Cuando llegaron a la plaza, decidieron cruzar por la mitad de la calle para acortar camino. Ninguna de las dos se percató que venía un auto a alta velocidad.
De repente escucharon un bocinazo, asustados no entendían lo que había sucedido.
Las chicas habían cruzado hacia la otra calle cuando el semáforo no se lo estaba permitiendo.
No podían creer su nivel de distracción, prometieron ir con cuidado por las cuadras que faltaban.
Llegó un momento que Marti no daba más, se sentía muy cansada y con apetito. Delfi le decía que no se queje, que piense en las hamburguesas, cuando de pronto, entre tanto sermón... ¡Plaf! Pisa un charco de agua.
La reacción de las chicas fue reír sin parar por un largo tiempo. Siguieron caminando, pero de por medio paraban para recordar el momento gracioso que habían vivido. Cuando menos se dieron cuenta, estaban llegando.
¡Mirá Delfi, en la próxima cuadra está el lugar! – gritó, Martina.
Muy entusiasmadas, caminaron la última cuadra, esta vez muy atentas, se percataron de ver el semáforo peatonal y, además, mirar hacia ambos lados.
Una vez que llegaron, comieron sus tan anheladas hamburguesas, y prometieron ser más cuidadosas cuando caminaran por el pueblo.
Volvieron a sus casas muy felices, y con un gran aprendizaje.
Seudónimo: DELFÍN