Una tarde accidentada

by Stella Allegrini

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“UNA TARDE ACCIDENTADA”
El fin de semana pasado vino a visitarme mi amiga Mirabel. Ella vive en una ciudad. Tiene cabello largo, es morocha, cutis trigueño, ojos verdes. Le gusta usar short de jean azul, remera blanca y zapatillas negras. La quiero mucho porque es muy buena.
El domingo se nos ocurrió salir a pasear por las calles de mi pueblo.Llevamos a mi perrita Sol que es muy juguetona y disfruta correr.
Durante el paseo nos encontramos con mi amiga Lucía, ella nos invitó a ir a la plaza, allí jugamos en las hamacas, en el tobogán y a la mancha. Nos divertimos mucho, pero en un descuidó se nos perdió Sol.
Nos asustamos, porque a pesar de ser un pueblo, es muy transitado y algún vehículo podía chocarla.
Enseguida decidimos dividirnos para llevar a cabo la búsqueda. Mirabel y yo lo haríamos caminando y Lucía, en bicicleta.
A medida que recorríamos el pueblo con Mirabel, observaba cómo ella se conducía como peatón, jamás cruzaba por la mitad de la calle, siempre lo hacía por la esquina, a pesar de que en algunas no estaba pintada la senda peatonal. Esperaba sobre la vereda si venía auto, cruzaba caminando y jamás usaba el celular.
Mientras tanto, Lucía recorría las calles que limitaban el pueblo con el campo. Lo hacía a toda velocidad sin respetar la dirección por la que deben circular las bicicletas. Sin contar que no tenía frenos, tampoco usaba casco, ni ropa refractaria o chaleco para ser vista a cierta distancia. Además, tenía auriculares para escuchar su música preferida.
Lucía estaba tan concentrada en el tema que estaban pasando en ese momento que soltó el manubrio para bailar al ritmo de la música. Inmediatamente perdió el equilibrio y cayó sobre el ripio. Afortunadamente apoyó las manos y las rodillas. Miles de piedritas se le
incrustaron y la lastimaron hasta hacerle sangrar.
Dolorida y triste, porque además había torcido la rueda de la bici, decide ir caminando a su casa.
En el camino nos encontramos y le contamos que Sol también estaba herida, un perro más grande que ella la había mordido.
Todas decidimos regresar a su casa para que Sol pueda ser examinada y analizar si era necesario o no llevarla a la veterinaria y también, para curar las manos y rodillas de Luci.
Llegamos y recostamos en su cucha a Sol y curamos a Luci.
Más tarde, conversamos sobre lo que había sucedido.
Nos dimos cuenta que habíamos sido muy imprudentes por no haber llevado la correa de la perra. También, Luci nos contó por qué se había accidentado.
Todas coincidimos acerca de la importancia del respeto de las normas de tránsito y sobre la necesidad de la protección adecuada para ir en bicicleta.Además, cómo debemos cuidar a nuestras mascotas cuando las llevamos a pasear.
Prometimos que, de ahora en adelante, siempre que salgamos caminado, o en bicicleta llevar todos los elementos necesarios para evitar accidentes. Y ...cuidar a nuestras mascotas.
Seudónimo: SUPPER HEROÍNA

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