Loading...
“ENSEÑANDO EN EL PASADO”
Un día, un niño rubio, de ojos claros llamado Mike estaba en la escuela aprendiendo que, en 1817 en Alemania, se habían inventado las bicicletas.Él, creía que los niños, en ese entonces, debían de ser de estatura baja, ya que esas bicicletas ya que esas bicicletas no tenían pedales y eran pequeñas. Entonces, decidió que luego de la escuela iría a ver si eso era cierto o no.
Luego del colegio, se fue a su escondite secreto en donde podía desarrollar su imaginación inventando, creando y recreando y también, tele transportarse en el tiempo y en el espacio sin que lo vieran. ¡Él puede tele transportarse en el tiempo! No sabe cómo ni por qué, pero cuando se imagina otra época... ¡Puf! Se va en forma inmediata a ella. En este caso,
quiso irse a Alemania en el año 1817. Lo pensó muy fuerte y cuando abrió los ojos ¡ya estaba allí!
Empezó a pasearse por las calles, pero no encontraba a nadie, hasta que vio a un chico tratando de montarse en su bicicleta. El chico era alto con ojos marrones y cabello muy rubio, como todos los nacidos en Alemania. De repente, sus ojos se fijaron en su bicicleta. Era baja, sin pedales, tampoco tenía una cadena ¡y se tenía que arrastrar! Tal como lo había dicho su maestra. Al ir acercándose, vio que el chico no se estaba queriendo subir a su bicicleta sino que se estaba bajando de ella. Cuando fue a ver por qué no quería montarse más, Mike se acordó
que sus poderes le permitían hablar en otras lenguas.
Entonces, le dijo: - Hola ¿Cómo te llamas? –trató de decirle Mike lo más concentrado posible en lo que decía ya que no sabía si lo estaba haciendo bien o no.
- Me llamo John ¿y tú?
- Yo me llamo, Mike. Quería preguntarte ¿por qué bajas tan enojado de esta bicicleta?
John, le respondió:
- Es que siempre me estoy chocando con todo y con todos- dijo entre sollozos.
En ese momento, Mike se acordó de qué les había dicho su maestra:
- “Niños, acuérdense estas cosas: Cuando estén andando con sus bicicletas hagan esto: lleven sus cascos, rodilleras y coderas para que, si chocan, no se hagan mal la cabeza, las rodillas o los codos. Fíjense si sus bicicletas están en buenas condiciones, presten atención cuando circulan por las veredas porque pueden chocar a las personas, siempre que haya, traten de ir por las ciclovías y cuando no puedan, háganlo por la calle, por su derecha. También, cuando deban girar, hacia la izquierda, siempre deben de cambiar de carril con suma precaución, nunca pedaleen junto a un colectivo o camión, especialmente del lado derecho ya que es un punto ciego para los conductores y menos intentar sobrepasarlos por ese mismo lado...”
Enseguida, Mike se puso a enseñar a John esas mismas reglas, o, por lo menos, las que se acordaba.
John, entendió por qué se chocaba tanto, ¡siempre iba en el carril izquierdo! Y, a veces, por las veredas, cuando empezó a ir por el carril derecho, ya no paraba a cada rato para disculparse, ¡ahora podía disfrutar de su bicicleta nueva! Él no tenía un casco, entonces le puso a una almohada mucha paja hasta que Mike le dijera que más o menos se parecía a la dureza de los cascos que él conocía, hizo lo mismo con las tobilleras y coderas. Ahora nunca se ponía al lado de los carruajes. Desde ese día le prestó más atención al estado de su bicicleta o, como
lo llamaba Mike, “triciclo sin pedales”.
Luego de un rato jugando con John, Mike se dio cuenta de que ¡ya casi había pasado un día en 1817! Y se acordó de que el tiempo seguía corriendo igual que siempre en su época,así que se despidió de él y pensó en su escondite y... ¡Puf! Apareció allí, muy feliz de lo que había vivido. Se fijó en el pedacito de paja que John le había regalado y lo puso en su
estantería, en donde tenía todos los recuerdos de sus otros viajes.
-¡Guau! Le enseñé las normas de convivencia vial a un chico de 1817. Me pregunto qué estará haciendo ahora.
Vio la hora y ¡ya tenía que ir a comer! Luego, salió de su escondite secreto y se fue en su bicicleta, pero esta vez, respetando las normas de convivencia vial y se dio cuenta de que era mucho más divertido y seguro así. Y, aunque él no lo supiera, en ese momento su mejor amigo del pasado le estaba enseñando a sus compañeros lo mismo que Mike le había
enseñado.
John, entendió por qué se chocaba tanto, ¡siempre iba en el carril izquierdo! Y, a veces, por las veredas, cuando empezó a ir por el carril derecho, ya no paraba a cada rato para disculparse, ¡ahora podía disfrutar de su bicicleta nueva! Él no tenía un casco, entonces le puso a una almohada mucha paja hasta que Mike le dijera que más o menos se parecía a la dureza de los cascos que él conocía, hizo lo mismo con las tobilleras y coderas. Ahora nunca se ponía al lado de los carruajes. Desde ese día le prestó más atención al estado de su bicicleta o, como
lo llamaba Mike, “triciclo sin pedales”.
Luego de un rato jugando con John, Mike se dio cuenta de que ¡ya casi había pasado un día en 1817! Y se acordó de que el tiempo seguía corriendo igual que siempre en su época,así que se despidió de él y pensó en su escondite y... ¡Puf! Apareció allí, muy feliz de lo que había vivido. Se fijó en el pedacito de paja que John le había regalado y lo puso en su
estantería, en donde tenía todos los recuerdos de sus otros viajes.
-¡Guau! Le enseñé las normas de convivencia vial a un chico de 1817. Me pregunto qué estará haciendo ahora.
Vio la hora y ¡ya tenía que ir a comer! Luego, salió de su escondite secreto y se fue en su bicicleta, pero esta vez, respetando las normas de convivencia vial y se dio cuenta de que era mucho más divertido y seguro así. Y, aunque él no lo supiera, en ese momento su mejor amigo del pasado le estaba enseñando a sus compañeros lo mismo que Mike le había
enseñado.
Seudónimo: ANYA2.0