Una tarde para nunca olvidar

by Stella Allegrini

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“UNA TARDE PARA NUNCA OLVIDAR”
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Esta historia transcurre en una ciudad muy grande y de muchos habitantes llamada Rafaela, donde se observan gran cantidad de señalizaciones viales. Éstas, en varias oportunidades no son respetadas por las personas que viven allí, a causa de que llevan un ritmo de vida muy acelerado para cumplir con todas sus tareas diarias.
En uno de los barrios de ese lugar vivía un grupo de amigos; Tomás, Ana, Pedro y Sofía, que asistían a la misma escuela y compartían otras actividades extraescolares. Estos niños tampoco respetaban las normas de tránsito cuando se dirigían a estudiar, a jugar en la plaza o uando asistían a Educación Física.
Una tarde se encontraron los cuatro compañeros en la plaza, cada uno llegó en su bicicleta y se dirigieron hacía el club a realizar Educación Física. Para llegar tenían que desviar dos cuadras para no ir en “CONTRAMANO”, señal de prohibición que indica que no se pueda tomar esa calle debido a que los vehículos circulan hacia dirección contraria, pero a ellos no les
interesó y para llegar más rápido no respetaron el sentido vehicular y siguieron su camino, uno al lado del otro ocupando toda la calle, rápido y sin mirar si venía alguien. Ellos no tomaron dimensión de los peligros que corrían, ni de que ellos mismos podían provocar un accidente
conduciendo en sentido opuesto.
En el camino, sin darse cuenta se encontraron con una persona de protección vial que los estaba observando, quien los detuvo e informó de las reglas que deben cumplir. Además, les contó acerca de los accidentes que podían sufrir o causar, como por ejemplo ser chocados por un vehículo o por esquivarlos a ellos provocar otros destrozos materiales. Les dijo que es muy importante respetar las normas de tránsito y cuidarnos para lograr una buena convivencia vial.
El inspector Gerónimo, el que siempre controla en el barrio, los hizo bajar de sus bicicletas y dirigirse por la vereda con la misma a la par. Los niños con atención y muy asustados obedecieron todo lo que les dijo y se fueron a Educación Física.
Al llegar al club, Tomás entró corriendo a contarles a sus compañeros y al profesor lo que les había ocurrido por no prestar atención cuando circulaban por la calle. Ana, Sofía y Pedro lo miraban y les hacían señas para que no contara. En ese momento el profesor muy atento, los
saludó e hizo que se sentaran en ronda y aprovechó la situación para reflexionar y para que tomen conciencia de cómo tienen que transitar cuando andan por las calles en una ciudad tan grande, como mirar hacia los lados antes de cruzar, hacerlo por las esquinas sobre la senda
peatonal, respetar el semáforo y otras señales que encuentren en su camino.
Terminada la hora de esta actividad el profesor les repitió nuevamente cómo debían volver a sus casas y les dijo: “Recuerden lo aprendido, tengan mucho cuidado y nunca lo olviden”. Cada uno de los niños se dirigió a su casa observando y respetando las señales de tránsito con cuidado.
Autores. Alumnos de 5to “A” y “B”
Escuela No 478 “Villa Rosas”
Autores. Alumnos de 5to “A” y “B”
Escuela No 478 “Villa Rosas”
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