El tren de los sueños

Luci escuchaba atentamente, cada palabra sobre Geo formaba una imagen más clara de esta mujer extraordinaria. La directora continuó, compartiendo anécdotas de cómo Geo siempre estaba ahí para apoyar a su alumnado y a sus compañeros y compañeras, cómo su risa llenaba los pasillos y cómo su espíritu joven e innovador inspiraba a todos y todas a ser mejores.

Después de las palabras de la directora, antiguos alumnos y alumnas compartieron sus recuerdos de Geo. Historias de aventuras en el aula, proyectos que desafiaban la imaginación y cómo Geo los había animado a perseguir sus sueños. Luci se sentía como si estuviera conociendo a Geo, pieza por pieza, a través de las memorias compartidas.

Luci, absorbida por cada palabra, comenzó a comprender la dimensión de lo que Geo quería transmitir. La experiencia en la radio escolar, transformada en un escenario de encuentro intercultural, le mostró el valor incalculable del aprendizaje de idiomas y la empatía cultural. No se trataba solo de poder hablar o entender a otros; se trataba de la capacidad de vivir, sentir y apreciar la riqueza de un mundo diverso.

Luci, absorbiendo cada palabra, comenzó a entender el mensaje profundo que Geo quería transmitir. "Los profesores", concluyó Geo, "son como los jardineros de este jardín zen. Con paciencia y cuidado, ayudan a guiar tu crecimiento, eliminando las malas hierbas y proporcionando el apoyo necesario para que florezcas. Al igual que en Japón, el aprendizaje es un viaje que nunca termina, un camino que se recorre con respeto, disciplina y un constante deseo de mejora".

Biblioteca virtual del CEP Santa Cruz de Tenerife

ASESORAMIENTO ACOMPAÑAMIENTO FORMACIÓN

La narrativa conmovedora del CEIP Georgia Martín Hernández, inmersa en el recuerdo a Geo, docente que falleció hace unos años, se erige como un testimonio de la pasión y el compromiso irrefrenables que caracterizan la labor docente. Este relato, más que una historia, es un espejo donde se refleja el alma de la enseñanza, un arte alimentado por la dedicación, el amor y la esperanza hacia los niños y niñas a nuestro cuidado. Este cuento aspira a ser un faro de reconocimiento para aquellos docentes cuyo legado, a menudo silencioso pero siempre impactante, ha marcado la diferencia en la vida de su alumnado. Es un llamado a valorar y honrar tanto a los y las docentes de hoy como a aquellos que nos dejaron, recordándonos que su esfuerzo y sacrificio continúan viviendo en cada aula, en cada lección impartida y en cada sonrisa de un niño y una niña que aprende algo nuevo.

A través de los ojos de Luci, una alumna de diez años, y su viaje mágico junto a Geo, emergen no solo los valores intrínsecos a una educación de calidad, como la empatía, la interculturalidad y el respeto ambiental, sino también la profunda humanidad que anima a cada docente. 

Richard Martín Velázquez Guzmán

Asesor del Centro del Profesorado Santa Cruz de Tenerife (Competencia Comunicativa, Bibliotecas y Radios Escolares) Consejería de Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deportes rvelguz@gobiernodecanarias.org

La ceremonia concluyó con la inauguración de la placa con el nuevo nombre del colegio. Fue un momento emotivo, un puente entre el pasado lleno de amor y dedicación de Geo y el presente, donde su legado continuaba vivo.

Luci, con las manos aún tierra y el corazón lleno de nuevas comprensiones, recogió algunas frutas y hortalizas para llevar consigo en su viaje. No eran solo alimentos lo que llevaba; eran símbolos de las enseñanzas de Geo, recuerdos tangibles de un sueño que le había mostrado la importancia de vivir en armonía con la naturaleza y con los demás.

Mientras caminaban entre la multitud diversa, Luci observaba fascinada cómo las barreras del idioma se desvanecían, dando paso a una comprensión mutua. Geo continuó, "Escuchar y tener empatía hacia las culturas que no son la nuestra nos enriquece. Nos enseña a ser más abiertos, más comprensivos. A través de los idiomas, aprendemos no solo a comunicarnos, sino a conectarnos en un nivel más profundo con las personas, sin importar de dónde vengan".

En ese momento de reflexión, Geo llevó la conversación hacia el valor de intentar cosas nuevas, de esforzarse sin temor al fracaso. "Intentar y fallar", dijo Geo con convicción, "es simplemente un paso más hacia el aprendizaje. En Japón, se respeta el proceso de aprendizaje tanto como el resultado. Es importante recordar que pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de fortaleza. Reconocer que podemos aprender de los demás es fundamental para crecer."

LEER NOS UNE

El tren de lo sueños

Ese día, Luci se dirigió al colegio con un brillo especial en sus ojos, una sonrisa que no podía contener. Aunque Geo no la recibió en la entrada, la sonrisa de la maestra que la saludó le pareció extrañamente familiar, como si de alguna manera, llevara la esencia de Geo. Durante el día, Luci sintió la presencia de Geo en múltiples ocasiones, no físicamente, sino a través de las acciones y palabras de sus profesores y profesoras. Se dio cuenta de que ellos también habían sido tocados por Geo, que había dejado una marca indeleble en sus corazones, enseñándoles a enseñar con amor, con pasión, con una dedicación que trascendía el simple acto de educar.

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"Luci", comenzó Geo, su voz impregnada de sabiduría y cariño, "la alimentación sana y sostenible es fundamental para nuestro bienestar. No solo importa lo que comemos, sino cómo y con quién lo compartimos. Los alimentos que ves aquí, preparados con tanto amor, son un recordatorio de que debemos valorar y agradecer el esfuerzo de todas las personas que contribuyen a llevar esta comida a nuestra mesa."

La ceremonia comenzó con palabras de la actual directora, una mujer que había trabajado codo a codo con Geo. Con voz emocionada y ojos brillantes, comenzó a contar la historia de Geo, cómo había fundado el colegio con la visión de crear un espacio donde cada niño y niña pudiera sentirse valorado, respetado y parte de una gran familia.

"¡Hola, Luci! Soy Geo. Ven, no podemos perder el tren del Georgia", dijo Geo, extendiendo su mano con cariño. Juntas corrieron hacia la cancha del colegio, donde un tren de vapor esperaba, bajo un cartel que anunciaba: "La vuelta al mundo está a punto de comenzar". Sin dudarlo, se subieron al tren, y el viaje comenzó.

Antes de que el día llegara a su fin, un sonido casi imperceptible capturó la atención de Luci. Era el tenue sonido de un tren, el mismo tren en el que había viajado con Geo en su sueño. En ese momento, Luci comprendió que su sueño había sido más que un simple producto de su imaginación; había sido una experiencia transformadora, una conexión real con el espíritu de Geo. Este entendimiento le trajo una paz profunda, la certeza de que Geo, de alguna manera, seguía presente en el colegio, guiando y enseñando a cada niño y niña que cruzaba sus puertas con el tren de los sueños...

Luci, con el corazón henchido de emociones y los ojos brillantes, apenas contenía las lágrimas que amenazaban con desbordarse. Se volvió hacia Geo, la mujer que en tan corto tiempo le había enseñado tanto, no solo sobre el mundo, sino sobre sí misma. "Geo...", comenzó Luci, su voz temblorosa por la emoción, "ojalá hubieras sido mi profesora en la vida real, no solo en este sueño." Hizo una pausa, tragando el nudo de emociones que obstruía su garganta. "Me has mostrado mundos que nunca imaginé, me has enseñado a ver la belleza en el aprendizaje, en cada historia, en cada cultura... Gracias, gracias por todo. ¿Crees... crees que algún día podré volver a verte?".

La conversación fluía tan naturalmente como la góndola a través del comedor, y Luci absorbía cada palabra. Geo enfatizó la importancia de comer juntos, de compartir no solo alimentos, sino también historias, risas y momentos que fortalecen los lazos familiares y comunitarios. "Comer en familia", explicaba Geo, "es una de las tradiciones más hermosas que tenemos. Es un momento para conectar, para escucharnos y aprender los unos de los otros, para celebrar nuestra presencia y nuestra unidad".

Era una mañana soleada en Santa Cruz de Tenerife, el CEIP Georgia Martín Hernández se preparaba para un evento muy especial. Hoy, el colegio no solo abría sus puertas a la educación y la aventura, sino también al corazón y al recuerdo de una persona muy especial: Geo, la fundadora del centro.

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Juntas, exploraron el aula sensorial, ahora convertida en las bulliciosas calles de Nueva York, mientras Geo le enseñaba a Luci la importancia de las emociones. "En nuestro colegio, aprendemos no solo matemáticas o historia; aprendemos sobre nosotros mismos. Nuestras emociones juegan un papel fundamental en este aprendizaje. Nos enseñan sobre quiénes somos, sobre cómo reaccionamos ante diferentes situaciones y cómo podemos crecer a partir de ellas".

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Esa noche, al acostarse, Luci no podía dejar de pensar en Geo y en todo lo que habría significado conocerla. El sueño finalmente la envolvió, y lo que siguió fue un viaje que nunca olvidaría.

Y mientras el sol se ponía completamente, dejando tras de sí la promesa de un nuevo amanecer, Luci se quedó en el patio del colegio, sintiendo aún el eco del abrazo de Geo, sabiendo que, aunque su viaje juntas hubiera terminado, la esencia de lo aprendido y el espíritu de Geo la acompañarían siempre, en cada nueva página que leyera, en cada nuevo desafío que enfrentara, en cada sueño que osara soñar. Con un suspiro lleno de esperanza y un corazón rebosante de aventuras por vivir, Luci miró hacia el futuro, hacia el infinito camino del aprendizaje que aún tenía por delante, sabiendo que en ese camino, de alguna manera, Geo siempre estaría con ella.

Después de su enriquecedora experiencia en el huerto, Luci y Geo continuaron su viaje mágico, subiéndose de nuevo al tren de los sueños que, con un silbido melódico, anunció su partida hacia un nuevo destino. A medida que el paisaje cambiaba, el tren se adentró en una escena que parecía sacada de un cuento italiano, deteniéndose finalmente en el comedor del colegio. Pero este no era el comedor que Luci conocía; se había transformado por completo en una pintoresca escena de Italia, con aroma a pasta recién hecha que llenaba el aire y creaba una atmósfera acogedora y cálida.

En la cocina, un chef italiano, con su delantal manchado de salsa de tomate y una sonrisa acogedora, preparaba pizzas artesanales. Las pizzas no eran ordinarias; estaban adornadas con los productos frescos del huerto que Luci había ayudado a cuidar, creando un vínculo tangible entre el trabajo en el huerto y los alimentos que ahora se preparaban con tanto cariño. El comedor estaba decorado al estilo italiano, con mesas cubiertas de manteles a cuadros rojos y blancos, y guirnaldas de luces que creaban un ambiente festivo y acogedor.

Con el corazón lleno de emociones encontradas, Luci volvía a casa después del evento. Mientras caminaba, reflexionaba sobre todo lo que había aprendido sobre Geo. Ahora entendía por qué el colegio llevaba su nombre, pero había algo más, una chispa encendida en su interior. Luci sentía una profunda conexión con Geo, aunque nunca la había conocido. Su legado no era solo el nombre del colegio; era la pasión por aprender, la importancia de cuidarnos unos a otros y la creencia en un mundo donde todas las diferencias son celebradas.

Al bajar del tren, Luci y Geo se adentraron en este microcosmos de interculturalidad que había tomado la radio escolar. Geo, con la sabiduría y la paciencia que la caracterizaban, comenzó a explicarle a Luci la invaluable importancia de aprender idiomas. "Verás, Luci," comenzó Geo, su voz tranquila pero llena de fervor, "aprender otros idiomas no es solo memorizar palabras y gramática. Es abrir una puerta hacia otras culturas, otras formas de ver y entender el mundo. Es construir puentes que nos unen a pesar de nuestras diferencias".

Mientras caminaban por la clase, observando cada detalle, Geo enfatizaba cómo el esfuerzo y el aprendizaje son valorados en Japón, no solo como un medio para alcanzar objetivos personales, sino como una forma de contribuir al bienestar de la comunidad. "Aquí", señalaba Geo, "se enseña que el verdadero éxito proviene del esfuerzo continuo, de la perseverancia y de la voluntad de mejorar constantemente, no solo por uno mismo, sino por el bien de todos".

Luci, una niña de 10 años, con su cabello rubio y sus ojos llenos de curiosidad, caminaba hacia el colegio. Vestía su uniforme de camisa blanca y pantalón largo azul, sintiendo una mezcla de emoción y confusión. Hoy era el día del homenaje a Geo, y aunque Luci había oído hablar de ella, no entendía completamente por qué su colegio llevaba ahora el nombre de esta persona.

La transformación era tan completa, tan abrumadora, que Luci se sintió, por un momento, perdida en medio de la cacofonía de estímulos. La magnitud de la ciudad, aun siendo una recreación en el aula, la hizo sentir pequeña, un poco asustada ante la inmensidad de lo desconocido. Pero no estaba sola; Geo estaba a su lado, siempre presente, una guía y apoyo constante.

La enseñanza de Geo no se detuvo ahí. Señalando a un grupo de personas que compartían anécdotas en varios idiomas, destacó cómo viajar, ya sea físicamente o a través de las historias de otros, tiene el poder de unir a las personas. "El idioma", le dijo a Luci con un brillo en los ojos, "es más que un medio de comunicación. Es una herramienta que nos defiende, que nos prepara para el futuro. Nos permite no solo defender nuestras ideas y valores en un contexto global, sino también abrazar y celebrar la diversidad que nos rodea".

Con la excitación aún palpitante por las experiencias ya vividas, Luci y Geo no perdieron tiempo para embarcarse en el tren que ya preparaba su próxima salida. A medida que el tren retomaba su marcha, el paisaje fuera de las ventanas comenzó a cambiar, anunciando la llegada a un destino que prometía ser tan enriquecedor como los anteriores. La radio escolar, un espacio familiar para Luci, se transformó ante sus ojos en una escena que parecía sacada directamente de París. En el corazón de esta nueva realidad, la Torre Eiffel se erigía majestuosa, rodeada de personas de todas partes del mundo: japoneses, ingleses, franceses, italianos, españoles, todos compartiendo, riendo y comunicándose en inglés y francés.

Juntas, probaron algunos de los frutos de su labor, saboreando la dulzura de las fresas y la frescura de los tomates, que parecían llevar en sí todos los sabores de La Palma. Cada bocado era una lección de gratitud hacia la tierra, un recordatorio de la generosidad de la naturaleza cuando se le trata con respeto y amor.

Su madre, con los ojos brillantes de recuerdos y emoción, asintió. "Sí, mi niña. Geo fue mi directora cuando yo estaba en el colegio. Era... era extraordinaria. Siempre nos cuidaba, nos animaba a ser mejores, a apoyarnos los unos a los otros. El colegio era un lugar lleno de amor y alegría gracias a ella". Luci escuchaba atentamente, colgando de cada palabra. La imagen de Geo que se formaba en su mente era cada vez más clara y cálida.

Este momento en el huerto se convirtió en una revelación para Luci, una experiencia transformadora que la llevaría a ver el mundo y su lugar en él de una manera completamente nueva. Con el espíritu de Geo como su guía, Luci estaba lista para continuar su viaje, llevando consigo las lecciones aprendidas sobre el cuidado, el amor y la interconexión de toda vida.

Mientras el crepúsculo comenzaba a envolver el mundo en sus tonos dorados, Luci y Geo se encontraron de pie en el patio del colegio, el mismo lugar donde su extraordinario viaje había comenzado. El sol al ocaso proyectaba largas sombras y bañaba todo con una luz suave y dorada, envolviendo el final de su aventura en un aura de serenidad y magia inolvidable.

Geo, con la suavidad y profundidad que caracterizaba cada una de sus enseñanzas, comenzó a hablarle a Luci sobre la importancia de la disciplina y el respeto en la cultura japonesa. "En Japón", explicó, "la disciplina no se ve como una restricción, sino como una forma de libertad. Es el camino hacia el dominio de uno mismo y hacia la armonía con el mundo que nos rodea".

Por ti seré

AGRADECIMIENTO

Cada palabra de este cuento es un profundo agradecimiento al equipo docente del CEIP Georgia Martín Hernández, especialmente a aquellas personas que compartieron su luz con Geo y, a su vez, conmigo. Su esencia perdura en el corazón y en la dedicación de esta comunidad educativa, que continúa su admirable labor. Este cuento es un homenaje a ese amor inquebrantable por la enseñanza y el bienestar del alumnado reflejando el faro de esperanza y guía que Geo y cada docente representan para nosotros. Gracias CEIP Georgia Martín Hernández por cultivar su legado y por enseñarnos la fuerza transformadora del amor y la inspiración.

Asesor del Centro del Profesorado Santa Cruz de Tenerife (Competencia Comunicativa, Bibliotecas y Radios Escolares) Consejería de Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deportes rvelguz@gobiernodecanarias.org

Cuando la alarma del despertador sonó aquella mañana, Luci se despertó sintiéndose cansada pero inusualmente feliz. A pesar de la claridad del nuevo día, una parte de ella permanecía enredada en los hilos de un sueño que había sentido tan real, tan vívido, que aún podía saborear la pizza que el chef italiano preparaba en el comedor de su colegio. Curiosamente, su ropa llevaba un ligero aroma a esa misma pizza, lo que añadía una capa de misterio a su experiencia onírica. ¿Cómo podía ser eso posible?

María Georgia Martín Hernández era natural de Garafía (La Palma) aunque nació en Santa Cruz de La Palma el 18 de febrero de 1952. En aquella época no existía todavía una carretera de circunvalación que permitiera llegar desde Garafía a Santa Cruz de la Palma en vehículo. Para llegar era necesario hacerlo en un pequeño barco a motor que era conocido como la “falúa”, que determinados días de la semana hacía el trayecto entre Santa Cruz de La Palma y un embarcadero existente en Garafía, conocido localmente como “el puerto”, transportando mercancías y personas. La otra opción era ir caminando un tramo entre Garafía y Tijarafe y desde allí ya había servicio de guagua hasta Santa Cruz de la Palma.

&nbsp;Los padres de María Georgia vivían en Garafìa y cuando se acercaba la fecha de su nacimiento decidieron que naciera en Santa Cruz de La Palma donde había un hospital con los servicios médicos necesarios y eligieron la segunda opción de transporte. El padre de María Georgia hizo el tramo indicado caminando, acompañado por la madre que debido a su avanzado estado de gestación lo hizo a lomos de un caballo de un amigo. Ese fue el motivo de que siendo su familia natural de Garafía, ella naciera en Santa Cruz de La Palma, donde fue inscrita. Toda su niñez la pasó con sus padres y abuelos maternos en Garafía en la casa familiar de todos ellos, donde su abuelo tenía el bar “Santo Domingo”, actualmente fuera de servicio.

<ul><li>Cuidado a las personas.</li><li>Comunicación.</li><li>Respeto.</li><li>Biblioteca.</li><li>Radio.</li><li>Nuevas tecnologías.</li><li>Emociones.</li><li>Compromiso.</li><li>Felicidad.</li></ul>

¡Feliz Navidad a todas las personas maravillosas de los centros educativos canarios!

Geo, percibiendo la inquietud de Luci, la tomó de la mano, ofreciéndole un refugio de calma en el torbellino de luces y sonidos. "Nueva York es una ciudad que nunca duerme, llena de vida y emociones. Al igual que esta ciudad, nuestras emociones pueden ser abrumadoras a veces, pero también son lo que nos da vida, lo que nos hace humanos," empezó Geo, su voz un bálsamo para el espíritu inquieto de Luci.

En un colegio lleno de magia y memorias, Luci descubre la historia de Geo, la fundadora que transformó su escuela en un lugar de ensueño. A través de un día especial lleno de homenajes y un viaje nocturno en sueños, Luci se embarca en aventuras increíbles junto a Geo, aprendiendo sobre el cuidado de la naturaleza, la importancia de compartir, el valor de las emociones, y la riqueza de diferentes culturas. Al final, Luci entiende que Geo, más que el nombre de su colegio, es una inspiración para vivir con curiosidad, respeto y amor por el mundo.

Este cuento permite escuchar diversas melodías en algunos momentos del mismo: canciones, sin palabras pero llenas de emoción y significado para sumergir a las personas oyentes en la atmósfera única del CEIP Georgia Martín Hernández, reforzando visual y emocionalmente la narrativa del cuento a través del poder evocador de la música. Te sugiero que cierres los ojos cuando escuches cada canción...

Después del homenaje, Luci regresó a casa, con la cabeza llena de historias sobre Geo y su impacto en el colegio. Su madre la esperaba, lista para compartir un momento especial. Sentadas en la cocina, Luci no tardó en expresar su curiosidad. "Mamá, ¿tú conociste a Geo? ¿Cómo era?", preguntó Luci, sus ojos marrones brillando con la emoción de aprender más.

Luci se reunió con sus compañeros y compañeras, todos y todas igual de intrigados por la figura de Geo. "¿Quién era Geo?", "¿Por qué es tan importante para nuestro colegio?", se preguntaban entre ellos. La curiosidad llenaba el aire, casi tan palpable como la alegría y el amor que se decía, Geo había dejado en el colegio.

Caminando entre las réplicas de los tesoros de Egipto, Luci se sintió cautivada por la riqueza de conocimientos que una sola cultura había acumulado. Geo aprovechó este momento de asombro para sembrar en Luci la importancia de la curiosidad y el aprendizaje continuo. "Como en el antiguo Egipto, en nuestro colegio valoramos la curiosidad y el deseo de aprender. Cada libro en esta biblioteca es una puerta a nuevas aventuras, conocimientos y descubrimientos. Aprender es un viaje que nunca termina, y cada día en el CEIP Georgia Martín Hernández es una oportunidad para explorar y crecer".

<ul><li>¿Quién era Geo?</li><li>¿Qué sentía Luci al ir al colegio el día del homenaje a Geo?</li><li>¿Cómo se transformó el colegio para el homenaje a Geo?</li><li>¿Qué hizo que Luci comenzara a entender mejor quién era Geo durante el homenaje?</li><li>¿Cuál era el sueño de Geo para el colegio y cómo lo implementó?</li></ul>

<ul><li>Describe el viaje que Luci hace en su sueño. ¿Qué aprendió en cada parada?</li><li>¿Cómo cambió Luci después de su sueño?</li><li>¿Qué representa el tren en el sueño de Luci y por qué es importante para la historia?</li><li>Geo dijo: "El aprendizaje es un viaje que nunca termina". ¿Qué crees que quiso decir con eso y cómo se relaciona con tu propia experiencia de aprendizaje?</li></ul>

Al desembarcar, Luci y Geo fueron recibidas con una cálida bienvenida por el chef, quien les invitó a probar las pizzas que acababa de sacar del horno. Cada bocado era una explosión de sabores que hablaba del cuidado puesto en cada ingrediente, de la pasión por la cocina y del amor por la tierra. Compartiendo pizzas en aquel comedor transformado, Luci no solo alimentó su cuerpo con los frutos de su aprendizaje, sino también su alma con el profundo sentido de comunidad y conexión que Geo había enseñado a valorar. En ese momento, Luci comprendió que las lecciones aprendidas en aquel viaje mágico se quedarían con ella para siempre, guiándola en su camino hacia una vida llena de amor, gratitud y cuidado mutuo.

La primera parada en el mágico viaje de Luci junto a Geo fue el huerto del colegio, transformado en un sueño en un vibrante y frondoso vergel, rebosante de vida y color. Este no era un simple huerto; en el sueño de Luci, se convirtió en un pedazo vivo de La Palma, la isla de origen de Geo. El aire fresco del huerto llevaba consigo la esencia de aquel lugar distante, lleno de frutos y hortalizas que crecían bajo el cuidado de quienes, día a día, ponían su esfuerzo y amor en la tierra.

Mientras caminaban por los senderos del huerto, entre hileras de tomates que colgaban orgullosos de sus tallos y zanahorias que asomaban tímidamente desde la tierra, Geo compartía con Luci las lecciones más valiosas sobre la vida y el cuidado mutuo. "Este huerto es un trozo de La Palma, de mi tierra", comenzó Geo, su voz llena de nostalgia y amor. "Cada planta, cada fruto que ves aquí, es un testimonio del cuidado y la dedicación. Así como estas plantas necesitan agua, sol y cariño para crecer, nosotros también necesitamos cuidarnos los unos a los otros con el mismo esmero, para crecer fuertes y sanos".

La biblioteca, llena hasta el borde con libros que abarcaban desde la antigüedad hasta el futuro distante, era un recordatorio de que el aprendizaje es una aventura sin fin, una que Luci estaba apenas comenzando. Geo, con una sonrisa sabia, le recordó a Luci que todos esos libros estaban esperando ser explorados, listos para llevarla y a sus compañeros a mundos desconocidos, aventuras emocionantes y, lo más importante, a un mayor entendimiento de sí mismos y del mundo que los rodea.

A medida que la góndola llegaba a su destino final dentro del comedor, Luci reflexionaba sobre las lecciones de Geo. Entendía ahora que cada comida era una oportunidad para practicar la gratitud, para apreciar la belleza de compartir y para reconocer el valor de una alimentación consciente y respetuosa con el medio ambiente.

FIN

Al salir del aula sensorial, Luci ya no se sentía abrumada por la réplica de Nueva York. En su lugar, sentía una nueva comprensión de sus propias emociones, una nueva fortaleza interior. Gracias a Geo, había aprendido que, al igual que una ciudad que nunca duerme, sus emociones eran una fuente de energía y vitalidad, un recordatorio de su humanidad y su capacidad para enfrentar y superar cualquier desafío. Este conocimiento, más que cualquier otro aprendizaje académico, la preparaba para la vida, equipándola con la sabiduría para navegar el complejo mundo de sus emociones y las interacciones humanas.

El tren de los sueños de Luci no disminuyó su velocidad al adentrarse en el mundo del conocimiento y la historia; su próxima parada fue la biblioteca del colegio, que, para asombro de Luci, se había transformado en el esplendor del antiguo Egipto. Al entrar, Luci se vio rodeada por columnas majestuosas inscritas con jeroglíficos, estatuas de dioses y diosas que parecían cobrar vida bajo la atenta mirada de los estudiantes, y papiros que contaban historias de un tiempo en que la humanidad comenzaba a desentrañar los misterios del universo.

Mientras el tren de los sueños y aprendizajes continuaba su marcha, Luci y Geo se encontraron en la siguiente parada: la clase de Luci, transformada mágicamente en un rincón de Japón. La decoración reflejaba la estética japonesa con precisión y cariño: tatamis que cubrían el suelo, paneles shoji que filtraban la luz suavemente, creando un ambiente sereno y contemplativo. En las paredes, hermosos ukiyo-e ofrecían ventanas a paisajes sosegados y escenas de la vida cotidiana, mientras que en parte central del aula había un pequeño jardín zen que invitaba a la reflexión y la calma.

Geo explicó que cada emoción, desde la alegría hasta el miedo, tiene su propósito, su lugar en la vida. "Sentir miedo en una ciudad grande y desconocida como esta es natural. Pero ese miedo también puede ser un recordatorio para ser cautelosos, para observar y aprender. Así como Nueva York se enfrenta a desafíos y los supera, convirtiéndose en un símbolo de fortaleza y resiliencia, nosotros también podemos aprender a gestionar nuestras emociones, a enfrentar nuestros miedos y superarlos".

Ejercicio 1: "El Jardín de los Sueños de Geo" Instrucciones: Imagina que tienes la oportunidad de diseñar un jardín en tu colegio, inspirado en el sueño de Geo y en su amor por la naturaleza. Este jardín será un lugar especial donde todos puedan aprender, soñar y crecer juntos. Paso a Paso: Describe tu Jardín: ¿Cómo es tu jardín? Piensa en los colores, las plantas, los árboles, y cualquier detalle especial que lo haga único. Elige un Lugar Especial: Dentro del jardín, elige un lugar especial y descríbelo. Puede ser un banco bajo un árbol, un estanque con peces, o un pequeño huerto. Lecciones en el Jardín: Escoge una planta o un árbol de tu jardín y escribe qué lección podríamos aprender de él. Por ejemplo, la paciencia de un árbol que crece lentamente, o la forma en que las plantas se ayudan unas a otras.

Consejos: <ul><li>Usa tu imaginación. No hay límites para lo que puedes crear en tu jardín.</li><li>Piensa en cómo cada elemento de tu jardín puede enseñarnos algo importante sobre la vida, el cuidado, o el respeto por la naturaleza.</li></ul>

En su sueño, Luci se encontraba frente a la puerta de su colegio. Al abrirla, una figura familiar la esperaba con una sonrisa acogedora: Geo. Luci se sorprendió al verla, tan real y cercana como le habían contado.

A su alrededor, el huerto respondía al cuidado de Luci con una explosión de verdor. Las hojas se tornaban más verdes, los frutos más jugosos y brillantes bajo el sol. Geo, observando a Luci, le explicaba la importancia de este acto: "Verás, Luci, al cuidar de nuestro entorno, estamos cuidando de nosotros mismos. El medio ambiente, este huerto, nos enseña sobre la interconexión de todas las cosas. Al nutrir la tierra, ella nos nutre a nosotros con sus frutos".

Geo, asumiendo el papel de una guía a través de los corredores del tiempo, comenzó a narrar la grandeza de la civilización egipcia, destacando su avanzado conocimiento en matemáticas y arquitectura. "Fíjate, Luci", decía con entusiasmo, "los egipcios no solo construyeron pirámides que desafían nuestra comprensión moderna, sino que también desarrollaron conceptos matemáticos que aún hoy son fundamentales. Su curiosidad y deseo de comprender el mundo los llevaron a realizar hazañas que siguen maravillándonos".

Las palabras de Geo, llenas de promesa y despedida, calaron hondo en el corazón de Luci. Con los ojos empañados por las lágrimas, pero el corazón lleno de gratitud y amor, Luci asintió, guardando en su alma el recuerdo de aquel abrazo, de aquel crepúsculo dorado, de aquella despedida que no era un adiós, sino un hasta luego en el sinfín de aprendizajes que la vida ofrecía.

Geo se apartó ligeramente, mirando a Luci directamente a los ojos, sus propios ojos brillando con una mezcla de tristeza y esperanza. "Y sí, Luci, en el vasto universo de nuestros sueños y en las infinitas posibilidades de nuestra imaginación, ¿quién puede decir que no nos encontraremos de nuevo? En otro sueño, en otra aventura, en otro momento de aprendizaje y descubrimiento. Hasta entonces, lleva contigo todo lo que has aprendido, todo el amor que hemos compartido. Y nunca dejes de explorar, de preguntar, de crecer".

Homenaje: Es una manera especial de recordar y mostrar respeto por alguien que ha hecho algo importante o significativo. Es como decir "gracias" de una forma muy especial y recordar a esa persona con cariño. Intrigados: Sentirse muy curiosos o interesados en saber más sobre algo. Es como cuando algo te llama mucho la atención y quieres descubrir todos sus secretos. Interculturalidad: La convivencia y el aprendizaje entre personas de diferentes culturas. Imagina una gran fiesta donde cada quien trae un plato típico de su país; así, todos aprenden y disfrutan de las diferencias que nos hacen únicos. Vibrante: Algo que está lleno de energía, vida o color. Piensa en un jardín en primavera, lleno de flores de todos los colores, moviéndose con el viento.

Sostenible: Algo que se puede mantener o continuar haciendo por mucho tiempo sin causar daño. Como cuando usas ambos lados del papel para dibujar, ayudando a que los árboles del bosque se conserven. Empatía: La habilidad de entender y compartir los sentimientos de otra persona. Es como ponerse en los zapatos de alguien más para saber cómo se siente. Perseverancia: No rendirse, seguir intentándolo una y otra vez, incluso cuando las cosas se ponen difíciles. Es como cuando practicas y practicas atarte los cordones de los zapatos hasta que al fin lo logras. Fortaleza: Ser fuerte, no solo en el cuerpo, sino también en el corazón y en la mente. Significa ser valiente y seguir adelante incluso cuando las cosas parecen difíciles o cuando algo te da miedo.

Geo, con la paciencia y la sabiduría que la caracterizaban, miró a Luci con una ternura infinita. Le tomó las manos entre las suyas, ofreciéndole un consuelo silencioso antes de envolverla en un abrazo que parecía contener todo el amor y la comprensión del mundo. "Luci, mi querida Luci", dijo Geo, su voz suave y reconfortante como una melodía lejana, "este viaje juntas puede haber llegado a su fin, pero recuerda, el viaje del aprendizaje, el viaje de la vida, está lleno de reencuentros inesperados. Yo siempre estaré contigo, en cada curiosidad que despierte tu mente, en cada libro que abra nuevos horizontes ante tus ojos, en cada paso que des hacia la comprensión de este vasto y maravilloso mundo".

"Geo creía en la educación no solo como aprendizaje académico, sino como un viaje para descubrir quiénes somos y cómo podemos contribuir a un mundo mejor", explicaba la directora. "Ella soñaba con un colegio donde todos y todas pudieran aprender en igualdad, inclusión e interculturalidad".

El tren de sueños y aprendizajes de Luci no daba señales de detenerse, cada parada una aventura, cada aventura una lección. Al desembarcar en el aula sensorial, Luci se encontró de repente inmersa en el bullicio y la vibrante energía de la ciudad de Nueva York de noche. Las luces parpadeantes imitaban los neones y los letreros luminosos que caracterizan a la Gran Manzana, mientras que los sonidos grabados de tráfico, conversaciones y música llenaban el espacio, creando una atmósfera que capturaba la esencia misma de una de las ciudades más icónicas del mundo.

Geo y Luci, embarcándose en una pequeña aventura dentro de su gran viaje, subieron a una góndola que serpenteaba por un canal imaginario trazado a lo largo del comedor. Mientras navegaban, Geo compartía con Luci las lecciones de vida que se escondían en aquel acto tan simple pero profundamente significativo de preparar y compartir alimentos.

En ese momento, el aula sensorial, con su representación de Nueva York, se convirtió en un escenario perfecto para una lección invaluable sobre la autoaceptación y el manejo de emociones. Luci aprendió que aceptar sus emociones, entenderlas y aprender de ellas era una parte esencial del crecimiento personal. "Todas las emociones son importantes," reiteró Geo, "y reconocerlas, aceptarlas y expresarlas de manera saludable es una habilidad vital que nos prepara para enfrentar la vida con confianza y empatía".

Al salir de la radio escolar, con la Torre Eiffel despidiéndose en el horizonte de su sueño, Luci llevaba consigo una lección que trascendería el viaje imaginario que había compartido con Geo. Entendió que cada idioma aprendido, cada cultura comprendida, era un paso más hacia un mundo más unido y compasivo. Con esa comprensión, Luci no solo veía un futuro en el que podría defenderse y navegar con confianza; veía un futuro en el que podría ser parte de la construcción de puentes de entendimiento y amor entre los pueblos del mundo.

Con cada paso, cada palabra, Luci sentía cómo el mensaje de Geo calaba hondo en su corazón. El acto de regar las plantas se convirtió en una metáfora poderosa para la joven aprendiz. Bajo la guía de Geo, Luci tomó la regadera, y con movimientos cuidadosos y deliberados, comenzó a dar vida al suelo seco. A medida que el agua tocaba la tierra, era como si cada gota llevara consigo una promesa de crecimiento, de vida nueva.

Después del homenaje, Luci y sus amigos y amigas tuvieron la oportunidad de explorar los espacios del colegio decorados según los diferentes países de "La vuelta al mundo en 80 días". Era una manera de viajar a través de la imaginación, algo que Geo había valorado profundamente.

Al compartir con sus compañeros y compañeras la historia de Geo y el significado detrás del nombre del colegio, Luci sintió un profundo orgullo. Era un honor para ella ser parte de una comunidad que valoraba tanto el legado de amor y enseñanza que Geo había dejado atrás. La historia de Geo se convirtió en un puente, uniendo el pasado con el presente, inspirando a la nueva generación a continuar su trabajo, a vivir con los valores que había impartido.

Ejercicio 2: "El Tren de los Sueños" Instrucciones: Después de leer sobre el mágico viaje de Luci con Geo, imagina que tú también puedes subirte a un tren de sueños. Este tren puede llevarte a cualquier parte del mundo para aprender algo nuevo. Paso a Paso: Elige tu Destino: ¿A dónde te llevaría tu tren de los sueños? Puede ser un lugar real o imaginario. Aventura en tu Destino: Describe una aventura o una experiencia de aprendizaje que vivirías en ese lugar. ¿Con quién te encontrarías? ¿Qué descubrirías? La Lección Aprendida: Escribe sobre la lección más importante que aprenderías de tu viaje. ¿Cómo te cambiaría esta experiencia?

Consejos: <ul><li>Deja volar tu creatividad. Este es tu viaje, así que puede ser tan fantástico como quieras.</li><li>Reflexiona sobre lo que te gustaría aprender o descubrir. Puede ser sobre una cultura, un lugar natural, un arte, o incluso una habilidad.</li></ul>

Hacia los 10 años y una vez aprobada la prueba de ingreso en bachillerato, y dado que en el pueblo no había posibilidad de seguir su estudios de bachiller, se trasladó a una casa-pensión de una señora conocida en Breña Alta para que desde allí pudiera asistir diariamente a las clases de bachillerato en el Instituto de Santa Cruz de La Palma. Al terminar el bachillerato se trasladó a La Laguna para poder estudiar en la Escuela de Magisterio, donde también vivía en una casa-pensión de las que eran frecuentes en aquella época y que estaba en la calle Marqués de Celada. En ese período su padre consiguió un trabajo en Santa Cruz de Tenerife y se trasladó con su mujer a vivir en La Laguna en cuyo momento volvieron a reunirse los tres.

Una vez acabada la carrera, comenzó a trabajar en el colegio Las Dominicas de La Laguna, donde estuvo algunos años hasta que aprobó las oposiciones para la enseñanza pública. Una vez aprobadas, su primer destino fue el 10/09/1976 al CEIP Ofra Barrio Nuevo, posteriormente el 01/09/77 fue destinada al CEIP Narciso Brito y a continuación, el 01/09/79 fue destinada al CEIP Ofra-Vistabella coincidiendo prácticamente con la inauguración del Colegio, donde estuvo trabajando el resto de su vida laboral hasta su jubilación en el año 2012, donde ejerció diferentes funciones dentro del Colegio, entre ellas las de Secretaria (01/07/86 al 30/06/1992) y el de Directora (01/07/2000 al 30/06/2004). Contrajo matrimonio en el año 1978 del que nacieron dos hijos, Pablo y Alejandro, y falleció el 19 de febrero de 2020.

Al llegar, Luci se encontró con el colegio transformado. Banderas y adornos de diversos países decoraban el patio y los pasillos, inspirados en "La vuelta al mundo en 80 días", el tema del plan lector de este año. Era como entrar en un nuevo mundo, un mundo que Geo había soñado para todos y todas en el CEIP Georgia Martín Hernández.

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