Contamos, La Doctri escribe

Nos sorprendimos cuando a Marisa le preguntaron que qué se le daba bien y automáticamente sacó una trompeta reluciente, estaba como nueva, pero se notaba que Marisa sabía tocarla y tenía experiencia. Estoy pensando en declararme y decirle lo que siento, aunque siga con Will. No aguanto más verla todos los días y tener que disimular cuando me pilla mirándola a los ojos. Además últimamente creo que no le va muy bien con el cachitas de fútbol, les veo discutir por los pasillos y ella siempre acaba muy triste. ¿Será mi momento de acercarme a ella? 10 de diciembre de 1951 Maldito John, me ha hecho una encerrona para que me declare a Marisa. Sé que lo ha hecho por mí porque sabe que si nadie me da el empujón no me voy a atrever, pero que vergüenza me ha dado. Bueno venga cuento como ha sido: Como siempre John y yo hemos llegado los primeros al club y nos hemos puesto a practicar un poco. John me ha dicho que iba a salir al baño, y nada más hacerlo Marisa ha entrado. La he mirado y se me ha parado la respiración, y más aún cuando he visto que venía hacia mí. Estaba completamente en blanco, no sabía que tenía que hacer, ni a dónde mirar ni qué decir. De repente rompió el silenció y me dijo que si yo era Micky, el amigo de Joan. Yo mirando hacia el suelo sonreí tímido y le contesté: “Se llama John” Como he podido contestarle eso por Dios, no había peor respuesta posible. Ella me dijo que sabía que tenía que decirle

algo, así que estaba esperando a que lo hiciera. Estoy seguro que ella sabía lo que le quería decir, se notaba desde lejos. No quería decírselo, me daba demasiada vergüenza, me quedé en shock, así que le dije que si podía ayudarme con una duda de la guitarra. Ella sonrió y me ayudó encantada. Sólo con mi expresión facial y mi tembleque de manos, Marisa sabía mis sentimientos por ella, pero ambos decidimos callar. Acto seguido John entró, y antes de que Marisa pudiera si quiera preguntarme si me había servido su ayuda, le di un gracias rápido y me fui. Cuando salimos del club, yo estaba con John cuando ella me preguntó en qué clase estaba. Cuando fui a contestarle apareció su estúpido novio, la agarró del brazo y comenzaron a andar. Espero poder quedar con ella algún día. 8 de enero de 1952 Hoy ha sido el primer día que he visto a Marisa desde que empezaron las vacaciones de Navidad, me moría de ganas de verla. Tampoco he quedado mucho con John, porque con el club y eso no he podido ir mucho al bar, así que he aprovechado el tiempo libre para ganar un poco de dinero que dar a mi madre. Hablando de mi madre, estoy muy contento de que entienda mi amor por la música, y que ahora esté trabajando menos en el bar para ir al club, es la mejor. Por otra parte me preocupa un poco porque parece que ha vuelto a coger gripe, y con la época de frío está un poco peor de lo normal.

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Carmen Zubiría: Josefina, Madre. Blanca Melchor: Consuelo, Hermana Mayor. Lucía Cardenete: Agustina, Hermana Mediana. Lucía María Ramírez: Margarita, Novia. Ángela Santaella: Enriqueta, Hermana Pequeña.

Primer Acto Escena 1: (Se encuentran la madre y sus hijas hablando y tejiendo tranquilamente en el salón)&nbsp; Josefina: Niñas, debéis ir con cuidado por las calles del barrio de la Mandolina, pues hay habladurías de que Rosario, la viuda de Don Manuel, está teniendo idas de cabeza y no me sería de agrado oír que ha herido a alguna. Enriqueta: ¿Es eso cierto? Desde luego que intentaré no cruzar por esas calles. Consuelo: Madre no diga tonterías, no pasará nada. Agustina: (Mira al reloj y se desconcierta) Disculpen, pero tengo que ausentarme un rato, pues debo ir a comprar las telas para un vestido que he pensado hacer. Josefina: Hija, ¿Has terminado con sus quehaceres?

Agustina: Así es madre, pues no marcharía de no ser así. Consuelo: Ve con Dios. Escena 2: (Se encuentra Agustina esperando en las afueras del pueblo) Margarita: Disculpa la tardanza, mas, no he podido salir antes ya que mis hermanos no volvían de la cacería. Agustina: No te disculpes, ha merecido la pena. Margarita: Amor y luz de vida, ¿Por qué nuestro amor no se convalida sin ver perder ninguna vida? Agustina: Confesar al mundo mi amor querría, pero un chungo le daría a la madre mía. Margarita: Luz de primavera, ¿Por qué nos ha tocado vivir de esta manera? Si mi padre se entera a un convento me entrega. Agustina: Cariño, mi alma, he de ir, pues, el sol pronto va a salir (Se aleja trágicamente mirando hacia atrás, mientras tanto Margarita sonríe enamorada.) Escena 3: (Mientras tanto, Consuelo y Enriqueta escondidas en un matorral) Enriqueta: Mira la actitud de nuestra hermana, ¿No te parece inaceptable? Consuelo: Nuestra hermana está siendo feliz, pues eso es lo que más le envidias, porque lo tuyo con aquel joven no funcionó.

Hay una persona en particular Que me trata como suya y de nadie más&nbsp; Amable es ¡Su belleza sobrepasa la de cien! Yo la quiero mucho, y no porque sea mi hermana Ella es mucho más que eso, ¡Mi mejor amiga si eso ! Mi soporte emocional, mi vida entera sin más&nbsp; Ella, un sinfín de amabilidad ¡Ay, mi hermana! ¡Ay, mi hermana! ¿Qué haría yo sin ti, mi alma? Eres lo más preciado que tengo Porque comparto contigo todo lo que pienso&nbsp; ¡Eres lo mejor que tengo ! No te vayas hermanita No me dejes todavía Que quiero seguir estando&nbsp; A tu vera paseando.&nbsp; Lucía Bedmar Cordón, 1ºA

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Consuelo: (Entra sorprendida y va corriendo a abrazar a su hermana) No me lo puedo creer, ¿Enriqueta has visto lo que ha pasado por no callarte? Te dijimos que guardaras el secreto, que madre no se iba a tomar bien esto. Enriqueta: (Con lágrimas en los ojos) Hermanas mías, nunca llegué a pensar qué madre podría hacer tal cosa similar, nunca tendré perdón de Dios en lo que he hecho, pero hermana (se dirige mirando a Agustina) espero que algún día puedas perdonarme. (Agustina se acerca a Margarita y agarra otra botella de vino) Agustina: Si no podemos estar juntas en la vida, al menos que sea en la muerte. (Lanza la botella y se desploma ante Margarita, sus hermanas Consuelo y Enriqueta comienzan a llorar desconsoladamente y van en busca de la madre) Consuelo: ¡Madre, madre!, ¡Agustina nos ha dejado! (La madre vuelve rápido a la casa y al ver la situación se desploma, Enriqueta y Consuelo acuden en su ayuda) Josefina: (un poco mareada); ¿Qué ha pasado? Enriqueta: Madre, Agustina nos ha dejado . Josefina: No… Est-est-esto no nnnn-o puede estarrrr (grita) pasando…. ¡NOOOOO! Se empieza a dar golpes en la cabeza con las manos. (Las hermanas intentan pararle pero no pueden)

A la mañana siguiente, los despertó la limpiadora de la manera más amable posible, informándoles de la presencia de una familia amiga en el comedor, para que se vistieran acorde a la situación, pues según sus tíos las apariencias eran cruciales para la reputación de la familia, y que aunque para ellos fuesen unos “indeseados, maleducados y deshonrados” y “una vergüenza para la familia”, la ropa lo ocultaba.&nbsp; Los adolescentes acordaron encontrarse en la biblioteca después de desayunar para empezar su investigación. Una vez allí empezaron a buscar entre los estantes horas y horas, con más desesperación al no encontrar nada. Su tía, la cual se percató de su extraño comportamiento en la mañana y de su inesperada desaparición, que mantenía la mansión en un completo e inusual estado de paz, fue en su búsqueda y se sorprendió al verlos concentrados en su lectura, y se atrevió a preguntar. - Cómo podéis llevar tantas horas sin hacer que me desespere, ¿por fin habéis aprendido a comportaros y a cerrar el pico o me estoy haciendo ilusiones? - No tía, simplemente estábamos… curioseando, serán cosas de la edad -respondió la menor simulando una falsa sonrisa. - No uses ese tono conmigo jovencita, y ya te lo he dicho mil veces, no me vuelvas a llamar tía, me llamaras por mi nombre completo por educación y porque es tu obligación, no quiero que piensen que tengo nada que ver con vosotros dos, sois unas

simples erratas en nuestro legado -amenazó con irritación en su rostro. - Lo sentimos Issadora, será la última vez, pero aprovechando su afortunada presencia, usted que sabe mucho de la historia de nuestro apellido y sus logros, ¿puede decirnos algo sobre un tal Regulus Doggerford? -cuestiono pacíficamente Antares a su despreciable pariente- - ¿Re-regulus? ¿Regulus Doggerford? -su tez pareció palidecer tras las palabras- No, no ha habido nadie en nuestro legado que porte ese nombre, no lo hay y nunca lo habrá -dijo nerviosa- - ¿Se-segura? Porque es que… - ¡He dicho que no! No te atrevas a cuestionarme -Le interrumpió bruscamente la ya canosa castaña. La mayor abandonó la sala velozmente dejando atónitos a los presentes, que la imitaron al momento tras ver que su búsqueda no llevaba a ningún lado. De camino a su habitación que se encontraba en la última planta del ala este, o como ellos la llamaban, “el ala muerta”, pues era la parte sin vida del edificio, pasaron como era costumbre frente al único retrato que poseían de sus difuntos padres. Los dos observaron en silencio, dejando volar su imaginación, pensando cómo sería todo si ellos siguieran aquí. Antares -musitó Andrómeda en un hilo de voz. Mm hmm -contestó sin apartar la mirada.

An encontró a su hermano en una parte perdida del ala este, a la entrada del sótano Antares ya lo se todo, se lo que pasó, se lo que tenemos que hacer An, he seguido los sobres por semanas, todos llevan aquí, aquí abajo hay algo, algo gordo ¡Es ahí! ahí abajo está la solución a todos nuestros problemas, ¡Tenemos que bajar! Poco a poco se adentraron en las profundidades de la casa, sus corazones acelerados, sus mentes inquietas, todo les daba vueltas, su vida por fin iba a cambiar, era lo que siempre habían querido. Abrieron la puerta de ese abandonado cuarto de desconocida existencia, cerraron los ojos, respiraron, dieron un paso al frente adentrándose en lo desconocido y… Y que, que esperabas, ¿que destruyeran la maldición? ¿que escaparan del infierno?¿Después de siglos se veían capaces de desafiar al mismísimo diablo? El Vizconde lo intentó, pero claro, nunca nadie lo supo. Sus padres lo intentaron, y no vivieron para contarlo. El legado de los Doggerford permanecerá maldito, y ellos brillarán en el cielo como los cuerpos celestes que los nombran. Y es que finalmente, ¿Y si después de la lluvia no sale el sol, y cae un rayo?, pues no todos son finales felices, solo son finales, Andrómeda tenía razón, pero.. ¿Andrómeda? No, no ha habido nadie en nuestro legado que porte ese nombre, no lo hay y nunca lo habrá.

(Agustina sale corriendo en busca de Margarita) (La madre sigilosamente va detrás para poder matar a Margarita) Escena 11 Agustina: (Se escapa y se va corriendo a ver a Margarita, y la madre ve que se escapa)&nbsp; Agustina: Margarita tenemos que huir de aquí, nadie quiere que estemos juntas. Margarita: ¡Cómo! Yo con tal de estar junto a ti, me vale cualquier cosa. Vayámonos entonces cariño antes de que nadie nos encuentre. (Aparece la madre escondida entre los arbustos). Josefina: ALTO, no vais a ir a ningún lado, tu lugar está aquí junto a tus hermanas y junto a mi, y&nbsp;da por supuesto que te casarás con un hombre.&nbsp; Agustina: madre por favor no me hagas esto de verdad, te lo suplico por el amor De Dios. Josefina: Estoy harta voy a acabar con esto de una vez por todas. Agustina: ¡Madre no haga nada! Si algo le pasa a ella también me pasará a mi (Se queda llorando y la madre se va hacia Margarita). Escena 12: (La madre se acerca a Margarita y se dirige a ella)&nbsp; Josefina: (Dirigiéndose a Margarita) Tú despiadada mujer que nada más que ha sabido traer problemas a mi familia, aquí termina todo.

Margarita: Perdone señora pero no la entiendo, vuestra hija y yo estamos destinadas Josefina: Nada es destino si no es aceptado antes los ojos de Dios. Margarita: Pero Dios defiende el amor sobre todas las cosas. Josefina: El amor sobre todas las cosas, así es, pero el amor entre personas del mismo género debe ser siempre fraternal, y nunca ha de llegar a ser carnal. Margarita: ¿Enserio está juzgando el amor? ¿En serio… el amor? (dice atónita) (se gira mientras continúa diciendo las mismas palabras) (La madre cabreada cogió una botella de vino que tenía cerca y se la estampó a Margarita en la cabeza, esta cayó al frío suelo en ese mismo instante) (La madre aterrada por lo que acababa de hacer comenzó a correr para&nbsp;aclarar su mente)(se va de la escena). Escena 13: (Entra Agustina a la escena y se encuentra a Margarita desangrada en el suelo) Agustina: (Gritando desconsoladamente) ¡NO!, ¡Madre como me has podido hacer esto!, me has quitado al mayor amor de mi vida, esto no te lo perdonaré jamás. (Entran en la escena Enriqueta y Consuelo al escuchar los gritos de Agustina).

ANA DE LA CIUDAD ESMERALDA

Ana era una niña que vivía en un orfanato hasta que la adoptaron; se fue a vivir con Totó, su perro, a la granja de las Tejas Verdes. Un día un ciclón muy fuerte asoló el lugar y se llevó la casa de Ana muy lejos. Su casa apareció en un lugar muy extraño, allí la recibieron Hermione, una bruja buena y los munchkines, habitantes del mundo de OZ, que la llamaron hechicera. ¡Muchas gracias por matar a Christine, la bruja mala!- dijo Hermione. ¡Yo no he matado a nadie! y ¡no soy una hechicera!- replicó asustada Ana. Ella solo quería volver a casa con su familia y así se lo explicó a Hermione, pero ella le dijo: - debes ir a visitar al gran mago Harry Potter. solo él puede ayudarte a volver a casa. Tienes que seguir el camino de las baldosas amarillas. Empezó el camino sola con Totó pero pronto se encontró con una niña que tenía una muñeca de trapo muy bonita, a la que maltrataba. Cuando Ana se dio cuenta de esto, aprovechó la llegada de la noche y la salvó. Por el camino Ana y la muñeca empezaron a hablar: Sigo el camino de las baldosas amarillas para ir a ver a Harry Potter, un gran mago que podrá cumplir mi deseo de regresar a la granja de las Tejas Verdes- dijo Ana.

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¿Puedo continuar el camino a tu lado? Me gustaría que el mago me convirtiese en persona- dijo la muñeca de trapo. ¡Claro!- dijo Ana- aunque a mí me gustas así. Así la muñeca, Ana y Totó continuaron su camino. Atravesando un bosque se encontraron con Stephen King que se encontraba muy frustrado. -¡¡Aaaahhhh!! Soy un fracaso, ya no puedo escribir- gritaba con desesperación. - ¿Qué le ocurre?- le preguntó la muñeca de trapo. - No encuentro inspiración en ningún sitio- dijo Stephen King. - Nosotras vamos a ver a Harry Potter, quizás te pueda devolver la inspiración- comentó Ana.

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Lucía Monedero Collado, 3ºB

Cuentan las lenguas más sabias que con esfuerzo y dedicación todo aquello que puedas imaginar se hará realidad, más el ansia de poder ciega las mentes más ambiciosas, que caen en las garras de la otra cara de la moneda, pues al final tus mayores sueños pueden convertirse en tu peor pesadilla. Y podía confirmarlo con experiencia la prestigiosa familia Doggerford, que desde donde remontan las más viejas mentes, carga en su apellido una maldición incrustada por traición, que vive atormentándolos desde siglos atrás.

Solo veía muerte por todos lados,soldados llorando,hombre sin piernas,miedo en cada esquina. Se le hizo un camino eterno hasta llegar al cuartel general. -Buenas tardes general soy Thomas Stanley Shelby,sobrino del alcalde de Birmingham. -Buenas soldado,su tío es un gran hombre,necesito que entregues este mensaje a la trinchera más cercana.Llegarás en dos días.Es muy importante que pase lo que pase este mensaje llegue al teniente Everdeen. -Sí señor. El general le dió un rifle y una gran mochila con comida y otras armas como navajas. Thomas no quería aceptar aquel cargo pero no tenía elección,si entregaba aquel mensaje podría escaparse y llegar hasta Birmingham. Thomas recorrió la trinchera y cruzó,tal como había dicho el general los alemanes no estaban allí,habían huido. Comenzó a caminar haciendo pequeños descansos para beber agua,pasó horas caminando cuando decidió parar y pasar la noche junto a un árbol. Lo despertaron los primeros rayos de sol, y a primera hora de la mañana ya estaba caminando,después de unos minutos encontró una casa pequeña que parecía abandonada .Entró. La casa parecía destruida por culpa de las bombas,de repente se sobresaltó por culpa de una especie de gemidos.Efectivamente en la esquina había un hombre,era alemán,Thomas estaba sudando se quedó completamente en shock,no quería matarlo pero no

tenía otra opción.Disparó.Simplamente lo hizo casi sin ser consciente de lo que estaba haciendo.La bala atravesó el corazón del hombre.Murió. Thomas estaba traumatizado,estaba haciendo cosas en contra de su voluntad,había matado a un hombre,un hombre que probablemente sería inocente,que quizás estaba en la guerra para que sus hijos estuvieran sanos y a salvo en su casa. No podía respirar,sentía mal cuerpo,algo en su interior había muerto,se sentía un hombre indigno se sentía como si fuese su tío. Después de horas de largo camino hundiéndose en sus propios pensamientos vió la dichosa trinchera,empezó a correr como un desesperado,atravesó la trinchera en menos de dos minutos.Encontró el cuartel general,había dos soldados en la puerta. -Necesito darles este mensaje al teniente Everdeen. -No puede pasar está en una reunión. -Es un mensaje muy importante. -¿Estás sordo?¡No se puede pasar! En ese momento Thomas no pensó,le dió un puñetazo a uno de los soldados y un cabezazo al otro y entró en ese maldito cuartel. -¡Teniente! escuche esto es un mensaje del general necesita leerlo ahora mismo es muy importante. -Muchacho ahora no puedo. -¡He dicho que lo lea! Thomas parecía un loco desesperado sin embargo el teniente le hizo caso y leyó la carta. -Muchacho,acaba de salvar miles de vidas,disculpe mis modales anteriores.

Elena Cadillá y Miriam Jiménez nos leen unos textos de Julio Verne.

Como su tío estaba borracho como una cuba tenía un poco de tiempo para hacer lo que más le gustaba,leer.Así que Thomas se pasó por la biblioteca,cogió prestado el ejemplar de orgullo y prejuicio y se dirigió a su lugar favorito en el mundo. Esa noche Thomas se quedó horas estudiando y memorizando algunos debates de los grandes filósofos como Ibn Sina. Le encantaba la filosofía y todo lo relacionado con la profundización de la vida. Le tocaba trabajar en el puerto esa mañana,era un día nublado,parecía que el puerto estaba lleno de humo pues estaba completamente gris,parecía un día triste.Últimamente los ciudadanos de Birmingham y de Inglaterra en general habían pasado muchos días tristes. Pero Thomas siguió adelante y comenzó a preparar los grandes barcos para su embarque y desembarque.Físicamente Thomas era un chico fuerte y corpulento para los 17 años que tenía.Nadie se metía con él debido a lo que su apariencia les imponía la resto de los chicos,pero esto también hizo que Thomas tuviese solo unos pocos amigos,pero aunque fueran pocos él sentía que eran todo lo que necesitaba. Para su sorpresa aquel día en el puerto fue un día agradable,normal,pero agradable.Como todos los viernes aquel día después de trabajar se reunió con John, Finn y Artgur,eran sus amigos,los únicos. Como de costumbre fueron al canal a pasar un rato bebiendo vino y fumando entre risas y golpes amistosos. Pasaron allí unas cuantas horas y ni se habían percatado, eran muy buenos amigos desde hace años. John y Thomas se conocieron en su primer

año de escuela, a Finn lo conocieron como boxeador en una pelea callejera y a Arthur lo conocieron en una taberna intentando escapar de una reyerta de borrachos. Todos tenían una vida humilde y trabajaban muy duro para alimentar a su familia,excepto Thomas&nbsp;que trabajaba duro para escaparse de casa y llegar a ser un gran empresario fuera de la ciudad tan gris que era Birmingham. Al llegar a casa esa noche se encontró a su tío muy serio sentado en la mesa,este le dijo a Thomas que se sentase. -Tenemos que hablar -Claro,tío ¿Qué pasa? -Necesitas aprender,Thomas tienes 17 años y no estás haciendo nada productivo en esta ciudad,necesitas aprender a luchar,sobrevivir,conocer&nbsp;gente y hacer algo con tu vida.He pensado que debería alistarte en el ejército. En aquel momento a Thomas se le paró el corazón,odiaba las guerras y lo que se hacía en ellas,bajo ningún concepto haría lo que su tío le ha dicho no pensaba convertirse en un hombre con tan pocos principios. -No lo haré Entonces su tío Michael se levantó de la silla,fue hacia Thomas y cuando estaba a tan solo unos centímetros de su cara le cogió del cuello y le dijo: -Tu harás lo que yo te diga Su tío subió las escaleras y se encerró en su habitación.

Mientras,Thomas se dirigía a su casa donde esperaba encontrar a su tío. Cuando llegó lo encontró tal y como lo esperaba,borracho y con un vaso de whisky en sus sucias manos. Michael se sorprendió al verlo. -Vaya,mira a quién tenemos aquí.Es el maricón de mi sobrinito. -Ni soy maricón ni soy tu sobrino. Thomas estaba enfurecido,tenía tantas ganas de darle una paliza a ese hombre,ese hombre que le había destrozado su vida desde que era un niño. Thomas le cogió del cuello y lo estampó contra la pared. -Te dije que volvería. -Y yo te dije que si hacías alguna estupidez como esta la mataría. -¡Es que no sabes cuando parar! -Vamos hazlo,mátame niño,estás deseando hacerlo. Y era cierto deseaba mirar a los ojos de su tío y matarle,tal y como él lo mataba dándole palizas y lo insultaba. Pero,de repente se acordó de Elizabeth,sabía que no serviría de nada matar a ese cabrón. -No,no seré como tú,yo tengo futuro,pero tú estás acabado,vives entre mierda y eres viejo. Su tío empezó a reírse fuertemente. Thomas le dió un puñetazo en la mandíbula,descargó toda su furia. Salió de esa asquerosa casa corriendo hacia la casa de las apuestas,esperando que Elizabeth estuviese allí.

Allí estaba,vió a Elizabeth a su madre y a su hermana sentadas en el carro unido a los dos caballos. Sin más Thomas se montó e hizo correr a los caballos hacia las afueras de la ciudad. Estaba cumpliendo su sueño,estaba huyendo de su vida interminable,de su tío,de la vida a la que estaba condenado a vivir. Le explicó todo a Elizabeth y su familia y todas les dieron las gracias pues Thomas les había salvado la vida. Todo se había acabado,pasaron dos años desde que huyeron de Birmingham.Ahora estaban viviendo en Escocia Thomas contrajo matrimonio con Elizabeth y unos meses después tuvieron un hijo al que llamaron Pady Shelby Holland. Estaba viviendo feliz,junto al amor de su vida,libre de todo.

Le encantaba este momento cuando el humo hacía que las estrellas brillaran más, la luna iluminaba su pálida piel, y su mente divagaba en su inmenso mar de sueños rotos hasta que la presencia del crepúsculo explotaba su “burbuja”, y volvía a su habitación antes de que el servicio de trabajadores empezará su jornada. Pero esta noche algo había cambiado, mientras que su pasión por la astrología hacía que su mirada se perdiera en el azul del cielo y en sus auriculares se reproducía &nbsp;Do I wanna know? de the Arctic monkeys, un movimiento brusco hizo que una de las tejas cayera en picado al suelo, dejando a la vista un profundo hueco ocupado por lo que parecía ser un desgastado y polvoriento baúl, con un grabado que aclaraba el dueño de tal extraño hallazgo, R.A. Doggerford. La pelinegra se dispuso a sacarlo con cuidado y sigilosamente apagó su cigarrillo y bajó de regreso a su habitación, sin intención de despertar a su somnoliento hermano. Sus intentos fueron en vano, pues cuando se dispuso a abrirlo, una ronca voz la interrumpió. - ¿Qué haces aún despierta, An? - Nada, simplemente… - ¿Qué es eso del suelo?¿Porque abres un baúl raro a la 4 de la mañana? Es mi cumpleaños y también tengo derecho a dormir… - Nada, no ehh, yo ya estaba…&nbsp;

-¿Por qué hueles a tabaco? An, en serio, qué haces -le interrumpió cuando la chica se levantó a empujarlo de vuelta a la cama- - Son muchas preguntas Sherlock ahora no tengo tiempo - Por lo menos dejame ver que tienes ahí - Lo he encontrado en la azotea y es de un tal R.A. Doggerford, e iba a abrirlo cuando casi me matas del susto - Bueno pues prosigamos. Los dos se arrodillaron y junto a un estornudo de An a causa del polvo, Antares abrió el baúl. En su interior se hallaban montones de documentos y periódicos desgastados y amarillentos, que en su esquina superior aclaraban que su origen oscilaba entre 1725 y 1750. Tenían todos en común su temática, pues hablaban de los logros de un tal Vizconde Regulus Arcturus Doggerford, el cual suponían por el apellido que era un antepasado suyo, pero desconocían su historia, ya que no había ningún retrato suyo en la galería del legado Doggerford ni en el gran árbol genealógico del despacho de su tío, además de que todas las supuestas fotos que alguna vez habían sido impresas en el periodico, se habían esfumado dejando un borroso hueco sin explicación aparente. Los consanguíneos le miraron con la extraña necesidad de descubrir quién era ese hombre que tanto había hecho y porque nunca nadie les había hablado de él.

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(Miguel sale corriendo y Gregorio le sigue. Mientras tanto, Mari Carmen se lamenta y Mariano, su padre, le da un pañuelo pa´ que no llore)&nbsp; Mari Carmen: (Llorando mucho) Toda mi vida giraba en torno a él. No me puedo creer que me haga esto el día de mi boda, que el amor de mi vida resulte ser un farsante es algo que no voy a poder olvidar. ¡OH MIGUEL, VUELVE A MÍ! Segundo Acto Mari Carmen: (Llorando) ¿Por qué me pasa esto a mi? Yo le amaba. Mariano: Tranquila, no es tu hombre ideal, hay más hombres en el mundo, como peces en mar. Padre Benito de Camela:Tu padre tiene razón. Mari Carmen: Ya, ya lo se, pero como él no hay otro. Su cara hermosa y esos hombros, ay papito. ¿¡Qué haría yo sin él!? Mariano: Padre, dejemos a la chiquilla tranquila, que seguramente necesite espacio. (Salen de la habitación dejando a Mari Carmen sola)

Yo tengo una abuela llamada Joaquina&nbsp; Es buena, lista y divina&nbsp; A la hora de cocinar Es simplemente espectacular. Hace unas tortillas&nbsp; De las mil maravillas Y con los consejos que me da Me entra felicidad. Siempre con esa sonrisa&nbsp; Que me entra mucha risa Y felicidad. Ella para mí es una persona Muy especial Y sobretodo sensacional.

Si de esta vida quieres disfrutar&nbsp; No llores por nadie nunca jamás&nbsp; Y aunque te hundan, no te derrumbes más&nbsp; Abre los ojos y empieza a volar.&nbsp; Con una sonrisa debes caminar&nbsp; Enseña tu mejor cara a los demás&nbsp; Ámate como tú siempre te amas Y verás cómo todo va a mejorar.&nbsp; No todo en la vida consiste en dolor A pesar de todas tus malas pérdidas&nbsp; Sigue adelante y haz brillar tu esplendor.

- De acuerdo ¡iré con vosotras!- dijo él. Al día siguiente, siguiendo su camino, se toparon con un enorme laberinto, se adentraron en él y sin problema llegaron a la salida; allí se encontraron al mítico Minotauro. Vaya, habéis conseguido llegar al final de mi laberinto ¿hacia dónde vais?- dijo el minotauro. Vamos a ver al mago Harry Potter para que cumpla nuestros deseos- dijo Ana. ¿Creéis que él podrá hacer que la gente me quiera en vez de que me teman?- preguntó el Minotauro. - ¡Claro!. contestaron los demás a la vez. Así fue cómo el Minotauro se unió al grupo. A la mañana siguiente tras desayunar avellanas, se encontraron con un acantilado muy grande y para poder atravesarlo, todos se subieron a lomos del Minotauro que saltó y cruzó el abismo. Siguieron caminando y se encontraron con otro acantilado, pero esta vez era mucho mayor, por lo que el Minotauro no podría saltarlo, además se dieron cuenta de que unas bestias monstruosas lo estaban persiguiendo. ¿Qué hacemos?- dijo el Minotauro muy asustado. ¡Estamos perdidos!. gritó Ana. En aquel momento a la muñeca de trapo se le ocurrió una idea magnífica:- Stephen, cuéntales la historia de “It”, verás cómo se van aterrorizados.

No sé si servirá, pero lo intentaré- dijo él y comenzó a contar la historia:- El protagonista es un monstruo que se convierte en su peor pesadilla, en su peor miedo; cuanto más miedo tienes, mayor es su fuerza y su poder...cuando está con los niños se convierte en un terrible “payaso”. Al decir la palabra “payaso”todas las bestias salieron corriendo aterrorizadas y sin rumbo. Al día siguiente, Ana y sus amigos se encontraron con un río; tendrían que cruzarlo con una balsa que encontraron. Cuando llegaron a la mitad del río se levantó una brisa muy fuerte que la muñeca de trapo no pudo soportar. Quedó atrapada en una gran roca que sobresalía del agua. Para salvarla, el Minotauro que era el más fuerte, se lanzó a las bravas aguas del río, la cogió y llevó a sus amigos a la orilla. Gracias Minotauro- dijo la muñeca agradecida. Sí, ha sido un acto muy heróico y peligroso, ya que no sabías si la corriente te arrastraría- dijo Ana. No podía dejar allí a nuestra amiga y además, tras tantos años en el laberinto, me apetecía hacer algo bueno- dijo el Minotauro. Tras varios días de camino, una luz verde resplandeciente apareció en el horizonte y todos corrieron hacia ella. Por fin habían llegado a la ciudad Esmeralda, allí se encontraron con una muralla verde, grande y alta que custodiaba un centinela. Buenos días, venimos a ver a Harry Potter- dijo Ana.

Enriqueta: Veras madre se trata de Agustina… Josefina: ¿Agustina?, últimamente la veo muy trabajadora, sale muy temprano a hacer los recados que le pido. Enriqueta: Madre de eso se trata, Agustina tiene una joven amante, quedan las dos todos los días al atardecer para pasar tiempo juntas. Josefina: (Se levanta deslumbrada y elevando la voz) ¡Tu hermana con una joven, antes prefiero la muerte! Avisad a vuestra hermana de que sea la última vez que se encuentre con esa muchacha o si no, seré yo la que solucione este problema inmediatamente, mientras tanto procura que nadie del pueblo se entere del pecado que tu hermana Agustina está cometiendo.&nbsp;&nbsp; Enriqueta: Relájate madre, por favor. Déjame que te cuente bien. A lo mejor son solo amigas y si no es el caso tranquila que yo me encargo, soy tu favorita. Josefina: Menos mal que te tengo a ti Enriqueta, eres la mejor hija que he podido tener. ¡Vete ahora mismo a llamar a tu hermana Agustina que voy a hablar con ella! Enriqueta: De acuerdo madre, hasta luego. Escena 7 (Entra Enriqueta a la habitación de Agustina para avisarle que su madre quiere hablar con ella).&nbsp; Enriqueta: Buenas hermana, ¿puedo pasar? Agustina: ¿Qué queréis ahora Enriqueta? ¿No os ha bastado ya con el daño que me habéis producido?

Enriqueta: Hermana, ¿cómo podéis pensar así de mí? Yo jamás querría haceros daño, lo único que intento es hablar contigo para que no cometas el mayor error de tu vida, madre ya sabe la situación y es preciso que habléis cuanto antes con ella.&nbsp; Agustina: (Con un tono bastante sorprendida) ¿Qué madre ya sabe que? Enriqueta no sé como has podido hacerme esto, Consuelo tenía razón, solo vas a tus intereses y envidiáis que yo haya conseguido un amor puro y verdadero y que tu no hayas encontrado el amor desde lo de aquel joven.&nbsp; Enriqueta: ¡Basta! No soportaré ninguna humillación más sobre lo que pasó o no pasó con aquel joven, lo tuyo es algo serio, ¡Podrían matarte, Agustina! Agustina: No hagáis ahora como que os preocupéis por mí, en cuanto salga iré a hablar con&nbsp;madre y le contaré la verdad. (Sale Agustina muy enfadada hacía el salón para encontrarse con la madre) Escena 8 Josefina: Agustina contigo quería yo hablar Agustina: Madre no discutiré el tema con nadie más, es mi vida y yo amare a quien mi corazón quiere que ame, sea mujer o sea un hombre. Tienes que dejarme amar libremente a quien yo quiera. Josefina: ¡Silencio! No quiero oír ni una pamplina más, por el bien de tu amada y el tuyo será mejor que cortes esa relación, o me presentaré yo misma y la terminaré.

Los alumnos de 2º y 3º ESO han estado trabajando los distintos géneros narrativos. Aquí nos dejan algunos de sus relatos. En 3ºESO, partiendo de una carta del juego Dixit, cada alumno creó su historia. Aquí ambas cosas, la ilustración de la carta y sus relatos.

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- No es tu culpa, ¿eh? Te digo mientras caminamos por el bosque. La tela de tus ojos te impide ver el paisaje, pero no te cuesta mucho percibir los sonidos, los olores, sabes dónde estás. - Prefiero mantener un viaje tranquilo, tú solo estás aquí para asegurar que no me pierdo o muero. - Puedo ver la culpa en tu rostro. Sin embargo, no quiero pasar mis últimas horas de viaje discutiendo. - Te culpas, pero no lo admites. Prefieres esconder tu dolor con&nbsp;esa actitud odiosa. Intentas tanto ser el gran villano malo, pero tu corazón nunca ha estado en ello, ¿verdad? - ¡Cállate! - Me ordenas, creando un silencio.

Enriqueta: No digas pamplinas, yo a ella ni el agua de la que bebe le he de envidiar, es inaceptable el camino que Agustina está tomando, madre ha de enterarse de inmediato, o si no, caeremos las tres con la culpa. Consuelo: ¡Para! No voy a dejar que dediques esas palabras a tu hermana, madre no ha de enterarse de nada, pues si nuestra hermana es feliz, nosotras también lo seremos, así ha de ser. Enriqueta: Nuestra hermana está yendo en contra de la palabra de Dios, una mujer se ha de casar con un hombre, y así será. Consuelo: ¿Cuando dedicas esas palabras a nuestra hermana no vas en contra de Dios?, nosotras debemos apoyarla, y ¡No discutiré más! (Consuelo se aleja de la escena y Enriqueta sigue observando los comportamientos inapropiados de su hermana). Escena 4: (Margarita vuelve muy feliz de estar con Agustina y se encuentra con la madre en el mercado) Josefina: Joven Margarita, tiempo hace ya de tu última visita. ¿Cómo se encuentra su familia? Margarita: Buenas tardes señora, mi familia bien se encuentra y más con la boda de mi hermano mayor, que pronto se presenta. Josefina: Ya lo oí el otro día, y me entró gran alegría. ¡Qué feliz su madre ha de estar! Margarita: Así es, le ayuda a lidiar con su soledad.

Josefina: Me alegro por ello. También se debió emocionar cuando vio su belleza aumentar, pues preocupada estaba antes, creía que no se iba a casar ni con un infante. Margarita: (en tono sarcástico): Encantada está, así se puede deshacer de mí sin culpa por voluntad. Josefina: Ay, Margarita, así no debe hablar, recuerde que fue ella la que le dio una vida para disfrutar. Margarita: (cansada y nerviosa por la conversación) Más Dios mi Señor fue el responsable, ella solo me ayudó a hacerme más grande. Josefina: Tranquila hija, ya aprenderá que la vida es más difícil con tanta libertad. Margarita: Disculpe, siento molestar, sé que usted aquí no obtuvo palabra para ayudar. Josefina: No se preocupe, con tres hijas esto es la costumbre. (Margarita al oír a la madre hablar de sus hijas se acuerda de con quién está hablando y se pone nerviosa. Decide irse lo antes posible por miedo a ser interceptada). Margarita: Señora, ya empieza a oscurecer, por eso, yo debo volver. Josefina: Sí, Margarita, yo también debería, tenga cuidado, a oscuras están las vías.

Escritor: Que aburrimiento, no hay ningún tipo de tragedia ni desesperación,vamos a mejorar esta vaina. (En ese momento, entra Mariano muy histérico) Mariano: Miguel, yo te maldigo a ti y a toda tu descendencia. Mi hija era una gran mujer y no merecía el final que le ha tocado. Todo por tu culpa. Miguel Willis: Pero Mariano, se lo juro de corazón que yo no le maté. Si ella siguiese viva, podría ver cuánto la amaba y que no sería capaz de hacer tal cosa. Mariano: ¡Cómo osas nombrarla en vano, estás muerto! (Mariano apuñala a Miguel Willis,dejándolo malherido) Miguel Willis: Mariano por favor, piénselo dos veces antes de actuar. Mariano: Haberlo pensado antes de dejarla tirada en el altar. (Le mata rajándole el cuello. En ese momento, Gregorio entra la iglesia). Escritor: Esto se va poniendo interesante, a ver qué más podemos escribir. Gregorio: ¡¿Pero qué has hecho Mariano!?

Mariano: Lo que debía, ahora levanta el cuerpo y muévelo al sótano. (Retiran el cuerpo de Miguel Willis a un lado y al rato llega). Padre Benito de Camela: Pero hijo mío, ¿Por qué envías a un hombre inocente al Reino de los Cielos?&nbsp; Mariano: Porque él no era inocente. Y ahora que lo pienso, tu lo has visto todo. Padre Benito de Camela: Si debo morir, lo haré por Dios. Mariano: Pues que Dios te reciba en el Reino de los Cielos. (El padre Benito de Camela muere apuñalado por Mariano). Gregorio: Mariano, no me creo que hayas sido capaz. Como se suele decir, ojo por ojo, diente por diente. (Toda la escena se queda parada y el escritor da un golpe en la mesa de alegria). Escritor: Esto si es un final en condiciones, de estos que nos gustan a todos. (Se levanta alegremente) Muerte, infidelidad, desamor, que de sentimientos...¡Esto es vida! (Se oye un disparo).

Mari Carmen: No quiero vivir más así, sin él, mi triste vida no tiene sentido. Adiós mundo cruel (se pega un tiro en la boca). (Unas horas después, entra Miguel Willis) Miguel Willis: (Sorprendido) Ay po’ la rasa’, que sa’ matao’ mi exnovia. (Llorando al lado del cuerpo). (Al rato entra Gregorio y Mariano). Gregorio: Pero Miguel, ¿¡Qué has hecho!?&nbsp; Mariano: Yo a ti te mato. (Hay una paliza mortal entre Miguel y Mariano, Gregorio separa la pelea). Miguel: Yo no le he matado señor, al entrar en la habitación, ya estaba muerta. Se lo juro como que me llamo Miguel Willis. Oh Mariano, creeme por esta vez. Mariano: Eres un mentiroso, hemos llegado y te hemos visto con el arma en la mano. Gregorio: Puedes explicarte por favor, porque así a primera vista no se si creerte Miguel. Además, lo primero que hay que hacer es retirar el cuerpo. (Retiran el cuerpo)

Miguel Willis: Si tuviese que vivir con la culpa, no aguantaría. (Sale de la habitación corriendo y muy nervioso). Escritor: Cuanta tragedia, me encanta. A ver qué puedo escribir para que ocurra algo en la iglesia. Tercer Acto (En la iglesia) Miguel Willis: Padre no se que hacer, puesto que mi amada se ha suicidado por mi culpa pero todos piensan que yo le maté. ¿Usted me cree, verdad? Padre Benito de Camela: Hijo mío, yo no puedo decir nada puesto que no lo vi. Lo único que puedo decir es que Dios lo ve y lo sabe todo, y él es el único capaz de juzgar tus actos. Miguel Willis: Pero yo no quería que esto acabase así. Yo también le amaba pero era muy pronto para tal compromiso como es el matrimonio. Padre Benito de Camela: Que el espíritu santo te acompañe en tus aventuras religiosas-cristianas.

- Tú solo eres un simple acompañante, así que calla. - Obedecí, puedo oir la rabia en tu voz, pero también el miedo. Puedo entenderte, te robaron, se aprovecharon de ti. Me ofrecí a llevarte a tu destino, no tuviste elección, eras ciego y estabas solo y perdido. - Descansemos - Dijiste en tu tono serio. - ¿Cómo se pide? - Por favor Nos sentamos al pie de un árbol. - ¿Por qué? - ¿Por qué, que? - El culparte - No empieces - No empiezo, tengo curiosidad&nbsp; - ¿Cómo puedes saber nada de mí? No me conoces. - Te conozco mejor de lo que querrías. - Te callas, pareces confuso, quito la tela que cubre tus ojos.&nbsp; - Azules, un color precioso, favorece a tu pelo. Tus mejillas se tornan de un tono rojizo. - ¿Te gustan los halagos? ¿Te estás ablandando? - Ni siquiera sé por qué estás aquí, por qué me ayudas. - Ya casi llegamos, venga sigamos. Seguimos nuestro camino, ya diste el primer paso, dejaste tu venda atrás. Caminamos por unos minutos, el ambiente era tranquilo, pareces disfrutar del paseo. Es agradable verte sonreír. - Ojalá pudiera verlo, seguro que es un bosque precioso - dices intentando conversar.

- Para tu consuelo no es gran cosa, árboles, hierba, lo normal. Hay otras maneras de disfrutar de la vida&nbsp; - ¿Cómo cuál? - Los sonidos, son calmantes pero pueden dañar. Los olores y sabores te ayudan a identificar las cosas. A mi parecer, estar vivo, a cualquier precio, es disfrutar de la vida. Te callas, pareces estar atento a mis lecciones, las cuales calman tu actitud agria. - Cuéntame, ¿qué es estar vivo para ti? - Sentir, amor, lujuria, ira, tristeza, miedo… La vida no vale nada sin esos sentimientos. - Y qué hay del dolor, ¿no es necesario? - ¿Para qué sirve si no es para causar tristeza? - Te equivocas - ¿Cómo dices? - Te detengo - El dolor tiene mucho más que hacer que causar tristeza, te enseña lo peligroso, te hace sentir. Una vida sin dolor puede sonar agradable, pero el dolor es esencial. Continuamos en silencio, pasas de la tranquilidad a la impaciencia - ¿Cuándo vamos a llegar? La ciudad no estaba tan lejos. - Tranquilo, ya casi estamos ahí. Puedo ver que estás empezando a confiar más en mí, puedo sentir el brazo que agarro menos tenso y controlador.

No hay amor más verdadero que el amor de un abuelo.&nbsp; El que te defiende ante tus padres,&nbsp; el que siempre te echa un cable.&nbsp; El que te cuida y te mima,&nbsp; aunque a veces se enfade.&nbsp; Y ahora te pregunto a tí, abuelo,&nbsp; que sabes cuanto te quiero.&nbsp; ¿Siempre seré tu ratoncito?&nbsp; Es acaso tu amor verdadero?&nbsp; Elena Cadillá García, 1ºB

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Tienes que admitir lo que sientes&nbsp; Da igual lo que piense la gente Porque tengo que quererme&nbsp; Como soy, como seré siempre. Tienes que vivir Y ser feliz aunque te cueste&nbsp; Porque a lo mejor no es lo que quieres sentir, En algún momento vas a sonreír&nbsp; y a alguien harás feliz Así que sé feliz aunque no lo quieras sentir.&nbsp; Gema García Rojas, 1ºB

-No,yo no espío a la gente,solo me fijé en tu apellido. -Ya,bueno ya que sabes quien soy¿por qué no damos un paseo y me cuentas quién eres tú? -Está bien. Ambos fueron dando un paseo por las estrechas calles del centro de la ciudad.Elizabeth le contó que tenía una hermana pequeña,ella tenía 17 años,al igual que Thomas,le encantaba leer y trabajaba en tabernas y también como niñera para ayudar económicamente a sus padres. -Oye,ahora que sabes quien es mi tío,quiero que sepas que yo no soy como él,ni siquiera lo apoyo.De hecho estoy agradecido de que haya alguien mínimamente inteligente como tú para decir que es un asqueroso hombre. A Elizabeth aquello le sorprendió, pues no esperaba que ese tal Thomas fuese tan inteligente de estar en contra del alcalde,por no hablar de lo guapo y atractivo que se le hacía Thomas.Elizabeth tenía muchas amigas pero apenas conocía a chicos,y a los que conocía los detestaba así que Thomas resultó una gran sorpresa para ella. -Me alegra oír eso. Estuvieron hablando durante horas,se conocieron y conectaban muchos pues tenían muchas cosas en común,rieron,discutieron,se insultaron y volvieron a llorar de la risa. Mientras Thomas cenaba con su tío,supuso que algo malo iba a pasar al ver la expresión de odio en su cara. -Irás a la guerra

-Tío,ya hablamos de esto.No iré y no hay más que hablar. -¿Cómo se llamaba esa chica, Elizabeth? -¿De qué estás hablando? A Thomas se le cayó el mundo a los pies al escuchar su nombre,sabía que su tío había descubierto lo que tenía con Elizabeth y lo chantajearía con eso. -Es muy guapa sabes. -Tío, para ya por favor. -Es una joven guapa y atractiva,unos ojos preciosos,sería prometedora como prostituta. -Ya está bien que es lo que quieres. -Si vas a la guerra no le haré nada a tu estúpida novia ,si no,tendrá un gran oficio junto a las asquerosas prostitutas de esta ciudad. No tenía opción,no podía dejar a Elizabeth, iría a la guerra. -Está bien,partiré mañana hacia las trincheras y me alistaré en el ejército.Pero recuerda que volveré, y que cuando lo haga,no serás el alcalde,no serás mi tío,no serás nada. Su tío soltó una sonora carcajada y añadió: -Lo dudo pequeño Thomas. Y así fue,esa misma mañana partió hacia la estación de trenes más cercana,se alistó en el ejército y se vistió con las prendas propias de los soldados. Ni siquiera se había despedido de Elizabeth,ni de ninguno de sus amigos. &nbsp;Finalmente llegó a la trinchera más cercana,mientras caminaba en busca del cuartel general el pánico se apoderó de él.

Dura piedra, que parece blando algodón. Oscuro caminar, con claro destino. Corta y emocionante, quién sabrá cómo vino, que amarga como ella sola, parece dulce bombón. Será una suave caricia, que golpea con rudeza. Tal vez veloz bala, que se le hace lenta al tiempo, o una pequeña brisa, convertida en fuerte viento. Nadie, nadie, nadie lo sabe con certeza. ¡Dichosa la hora, en la que te vi venir! Pensando lo bueno, olvidando lo malo, sin tener en cuenta, el odioso fin; morir. ¿Qué te he hecho yo a ti, si soy tu sirviente, tu camarero? Si yo por ti, de mi rumbo me devalo, si por tu culpa existo, sufro... y muero. Ángel Gallego Pérez, 1ºB

El misterio más pensado,&nbsp; todos lo intentan en vano,&nbsp; tanto como teclas hay de piano.&nbsp; El secreto mejor guardado.&nbsp; La melodía más oscura,&nbsp; la canción más armoniosa,&nbsp; la letra más pura.&nbsp; Alegres claveles, tristes girasoles.&nbsp; Clara luz, oscura noche, pensarlo, es un derroche,&nbsp; ignorarlo, de simples torpes.&nbsp; El significado escondido por siempre perdido.&nbsp; Pues ¿Cómo? ¿Quién? Dirás,&nbsp; nadie lo sabe,&nbsp; ni una respuesta recibirás. María del Carmen Alvarado García, 1ºB

Los alumnos de 1ºESO han estado trabajando en clase la poesía. Aquí la selección de algunos de sus poemas.

Pasad, pero tenéis que usar estas gafas- les dijo el guardián. ¿para qué son?- preguntó Stephen King. Son para que la luz de la ciudad no dañe vuestros ojos- le explicó el guardián- Venid, os llevaré al castillo. Fueron instalados en el castillo de Hogwarts durante varios días,hasta que el mago les dio audiencia. Pasad- dijo Harry Potter- ¿qué deseáis? Señor, yo venía a pedirle que me devolviese a la granja de las Tejas Verdes, donde está mi familia esperándome- le pidió Ana- Señor Harry Potter, yo deseo que las personas me quieran en vez de temerme- le pidió el Minotauro. A mí me gustaría dejar de ser una muñeca y convertirme en humana y si lo hace, le estaré agradecida eternamente- le dijo la muñeca de trapo. ¿y usted?-preguntó Harry a Stephen. Me llamo Stephen King, soy escritor pero por desgracia ya no puedo escribir porque he perdido mi inspiración. Me encantaría que usted me la otorgase- contestó. De acuerdo, os daré lo que me pedís, siempre y cuando derrotéis a Voldemort- les propuso el mago. Dos días más tarde, emprendieron el camino hacia el castillo de Voldemort.&nbsp; Tras tres días de viaje, consiguieron llegar, pero Voldemort los estaba esperando con su ejército de magos.

Por suerte, Harry Potter les había preparado para el combate, con varitas y pociones mágicas. Ana y Voldemort luchaban entre ellos, mientras el Minotauro, la muñeca y Stephen se enfrentaban a los demás. Ana y Voldemort luchaban en la cocina; ella aprovechó y le lanzó un cazo de agua hirviendo para defenderse; sin apenas esperárselo Voldemort se convirtió en cenizas, ya que ese era su punto débil y al entrar en contacto con el agua, se esfumó. regresaron y pasaron unos días muy felices en el castillo, celebrando la desaparición de Voldemort, pero Ana seguía pensando en sus padres adoptivos, así que decidieron volver a&nbsp;Hogwarts.&nbsp; Allí Harry Potter les concedió todos sus deseos, a Stephen le devolvió la inspiración y así es como puedo comenzar a escribir otro libro, “la sangre manda”; a el minotauro le dio el poder de que las personas lo amaran; a la muñeca de trapo la volvió humana y por último a Ana le concedió lo que más deseaba, volver a casa. ¡¡Ana!! - gritaron Mathew y marilia. ¡¡Mathew, Marilia, por fin he vuelto a la granja de las Tejas Verdes!! Y colorín colorado esta historia ha terminado. Marina de la Fuente, Marian Fombuena y Ángela González, 2ºA

- Tú crees que algún día llegaremos a ser felices? No quiero pasar toda mi vida en Escocia trabajando en las bodegas. - Algún día saldremos de aquí, recuerda que después de la lluvia siempre sale el sol -dijo él intentando autoconvencerse- - Pero y si no sale el sol, y cae un rayo - Te prometo que no acabaremos como el resto de nuestra familia - En momentos así las palabras vuelan Antares - No lo permitiré, volaremos alto An, lo presiento, solo espera un poco más - Solo pienso que llevo 16 años esperando a que mi vida haga algo por mi, sin haber hecho yo nada por ella, es tan difícil... - No pienses en eso ahora, tenemos tiempo de sobra para hacerlo, pero ahora tenemos cosas más importantes que hacer. - ¿Cómo investigar sobre un hombre que no existe? Es una pérdida de tiempo -dijo mirando al suelo. El silencio se hizo presente, pero Antares intentó calmar la tensión para tranquilizar a su preocupada hermana, sacando cualquier tema del que ella sabía tanto que lo mantendría callado por mucho tiempo, como era habitual, pero no era molesto, él amaba escucharla, sentía que así lo que estaba roto dentro de ella podría tratar de arreglarse, así que comenzó.

- Oye nunca has pensado ¿porque todos los nombres de nuestra familia tienen que ver con el espacio y las estrellas y galaxias, pero sin embargo, el de mama no tiene nada que ver? - Antares, ella nos puso nuestros nombres para seguir la tradición, pero ella no era una Doggerford, de verdad a veces me planteo que seamos familia. - Y… ¿Regulus? ¿Qué es? no entiendo la necesidad de que pongan ese tipo de nombres, es de mal gusto -dijo exagerando sus expresiones actuando indignado- - Regulus es el nombre de la estrella más brillante de la constelación de Leo. Es una de las cuatro «estrellas reales» mesopotámicas, junto a Aldebarán, Antares y Fomalhaut, de ahí tu nombre también señor indignado -dijo con aires de superioridad- - Ya, pero Antares si es bonito, osea, mirame, no cualquiera está preparado para cargar con ese nombre. - Sí, sí, lo que digas pero… -paró cuando su vista se chocó con un pequeño sobre en el borde del marco del retrato frente a ellos. Si ya se que te dejo sin palabras, me suele pasar - Antares -dijo ella llamándole con la mano. - Ooh vamos no te pongas celosa An, tu nombre no esta mal, solo que no tiene el mismo encanto -dijo haciendo notar su egocentrismo- - ¡Antares! -grito para que le prestara atención- mira ahí, en la esquina.

Una fría tarde de diciembre, a la luz de la brillante luna que anunciaba el equinoccio de invierno, Eleanor Doggerford, una chica que por lo que cuentan los afortunados que coincidieron con su humilde presencia, era la personificación de la perfección, con una mirada intimidante que hipnotizaba a toda alma que en su camino se cruzara, dio a luz a dos sinónimos de pureza, dos rayos de luz blanca aterciopelada, pues trajo al mundo a los mellizos Doggerford, que serian los nuevos desafortunados portadores del legado maldito de su árbol genealógico.&nbsp; Sirius Doggerford, el progenitor de los pequeños y el que el destino bautizó como alma gemela de la joven, era todo lo que Eleanor necesitaba para rellenar el oscuro abismo que tenía por corazón. Algunos alaban su persistencia, seguridad y audacia, otros recordaban con anhelo sus memorables logros, y otros ocultaban que la envidia les carcomía desde las sombras. Aunque mucho no es lo que se sabe de él, o lo que se puede contar, pues nunca nadie más supo de él tras la inexplicable muerte de los amantes en la mañana del primer cumpleaños de Andrómeda y Antares. Hoy, una vez más como en los anteriores 15, los hermanos se reunían en la oscuridad de su habitación, para soplar unas desgastadas velas sobre un pequeño bizcocho sobrante del desayuno cuando dieran las doce, para conmemorar que habían pasado un año más sobreviviendo en compañía al infierno de vida que su orfandad les adjudicó.

- Felices 16, hermanito -dijo la azabache con pequeñas chispas de ilusión en sus oscuros ojos- - Felices 16, An -dijo el ojiazul con desgana en su voz- - Ya no se ni porque seguimos haciendo esto, 16 años pensando que algún día mis deseos de cumpleaños se harían realidad… - No sé qué esperabas, solo piensa que este año ya no puede ser peor que los anteriores, o eso espero… De todas formas todavía no has encontrado un motivo para matarme, así que seguimos juntos un año más y, ¡Tenemos comida! - No te he matado porque no he tenido oportunidad, además de que necesito a alguien que me ayude a soportar a la gente de esta casa y a robar comida por las noches. - Motivos suficientes, ahora a dormir enana, que mañana tenemos un día ajetreado -decía mientras le revolvía el pelo y se dirigía a su desordenada cama. -Iré en un rato, estaré en… -se detuvo tras presenciar el primer ronquido de su mellizo- La joven agarró de debajo de su cama una pequeña bolsa junto a una sudadera grande que le había robado a su hermano, y se dirigió al balcón de la habitación, que comunicaba con las pequeñas escaleras dirección al tejado de la mansión. Llegó a lo que ella llamaba su “burbuja” y se tumbó a ver el firmamento como cada noche, mientras prendía uno de los cigarrillos que traía en la bolsa para una vez más evadirse de la realidad.

Los dos se acercaron y lo sacaron con cuidado, apreciando el sello de la familia impregnado en la cera. Al abrirlo encontraron una pequeña frase escrita a pluma: “Aquel que recurra a la traición, ensuciará el apellido, más la muerte no será penalización, será peor su destino”. En ese momento cruzó por la mente de la chica una apresurada hipótesis, ¿y si esa carta era la explicación de la “muerte” de sus padres y del desconocimiento de ese misterioso hombre? Pasaron semanas en las que Andrómeda comenzó a soñar con un hombre que le resultaba familiar, el cual con el tiempo llegó a deducir que se trataba del Vizconde. Cada noche la atormentaba un poco más de la historia de este ya no tan desconocido caballero, y presentía que algo malo se acercaba. Por otra parte Antares siguió encontrando sobres con frases, cada vez más escondidos y alejados de la parte habitada de la mansión, y con enigmas más complejos. Un 5 de junio a las 4 de la mañana, un punzante dolor despertó a Andrómeda, que sudorosa e inquieta fue en busca de su hermano. Ella lo había hecho, había terminado la historia, sabía quien era Regulus y que le había pasado, sabía cómo romper la maldición, sabía cómo encontrar la explicación a la muerte de sus padres.

Corrió en busca de su hermano, pues al parecer Regulus Arcturus Doggerford era un pobre hombre con ansia de poder, que soñaba con construir un imperio a partir de la pequeña bodega que poseía su familia, una de apellido respetable y vida adinerada. Pero él quería más, él quería que su respeto se basará en su nombre y no su apellido, quería estar orgulloso de decir que todo lo que tenía lo había conseguido por mérito propio. Pero el viento no soplaba a su favor, ya que la empresa enemiga de la familia le robaba el público. Así que frustrado, su enfado lo llevó a los confines de la tierra, donde el mismo dios temía mirar, allí vendió su alma al diablo por ambición, con la promesa del poder total y de la riqueza infinita, con la condición de no volver a sentir, más que su alma, le vendió su corazón. Pasó el tiempo y su poder creció y creció, y parecía no tener final, hasta que lo que para él pareció ser un ángel caído del cielo, interrumpió los planes que el mismo infierno le había prometido.&nbsp;Ella era la hija de los Brewster, también conocidos como enemigos históricos de los Doggerford por más que siglos. Y por mucho que lucho, vio que todo perdía el color, que ya no quería su aburrida vida, que ya no quería el dinero, y la odiaba, la odiaba porque ella le hacía sentir y él no quería, se lo había jurado al mismo Satanás. Y como toda historia, la suya tuvo un final, pues eligió el amor antes que a él mismo, traicionó a su familia, traicionó al inframundo, recuperó su corazón, pero su recuerdo se perdió en el tiempo, y la maldición del sobre quedó impregnada en las letras de su apellido.

Unos días después Thomas seguía normal con su vida,trabajando y viendo a su tío borracho y trabajando en su oficina. Se dirigió a la biblioteca en busca del libro de orgullo y prejuicio,pero se encontró a una chica leyéndolo.Era una chica joven tendría más o menos su edad,tenía los ojos claros y una larga melena negra y brillante,unas cejas perfiladas y una piel algo morena y bronceada,no parecía una chica inglesa,aparentaba ser de la India o incluso Española. Thomas sintió mucha curiosidad por ella así que intentó establecer una conversación -Estás leyendo mi libro ¿lo sabes? -Vaya,no sabía que los libros de las bibliotecas públicas ahora tenían dueño -Bueno,técnicamente sí que lo tienen,cada biblioteca tiene una lista en la que cada cliente apunta el libro que se está leyendo, y hasta que el cliente no tache su nombre de la lista nadie más puede coger ese libro. -Sabes, me da igual, tú no estabas cuando lo he cogido así que nadie estaba leyendo el libro ahora mismo. -Ya, nunca te he visto por aquí¿eres de Inglaterra? -No,pertenezco a la India,pero llevo seis años viviendo aquí. -Hablas muy bien el inglés para no ser de aquí. -Eso es porque soy una chica y puedo hacer dos cosas a la vez,no como vosotros. -No te lo voy a negar. Thomas Stanley Shelby,un placer.

-Igualmente,Elizabeth Holland. Los dos se analizaron mutuamente de arriba a abajo como si fueran monumentos. -Oye,tengo que irme,mi padre me espera. -Está bien pero, ¿volverás mañana? -Supongo que sí señor Thomas Stanley Shelby Cuando se fue, Thomas sintió algo raro,nunca había conocido a muchas chicas y menos a chicas a las que les gustase leer,pero esa tal Elizabeth tenía&nbsp;algo,no sabía el qué pero lo tenía. Se dirigió hacia casa pues ya era la hora de la cena,al llegar vio que su tío no estaba así que supuso que estaría de nuevo en alguna taberna.Thomas se preparó una cena abundante en su propio honor con carne y salsa de arándanos y unas patatas al horno crujientes.Era un chico que sabía cuidarse de sí mismo,su solitaria vida le obligó a aprender solo. De nuevo fue a la biblioteca con la esperanza de encontrar a la joven Elizabeth de nuevo.Y como prometió allí estaba,sentada en un escalón leyendo orgullo y prejuicio.Thomas sentía mucha curiosidad por aquella chica así que intentó entablar una conversación con ella. -¿Qué tal está Elizabeth Holland? -Oh,eres tú de nuevo. -Vaya eso no ha sonado muy bien. -Disculpe señor Thomas Stanley Shelby,hijo del asqueroso alcalde de esta ciudad. -Así que me has espiado.

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Irene Candau Segura, 3ºA

Hola, soy Michael, aunque mi madre siempre me ha llamado Micky. Ella me ha regalado este diario por mi cumpleaños, que fue la semana pasada. La verdad es que me gusta como regalo, es de los pocos años que me puede hacer algo especial. Todavía no he dicho mucho sobre mí… Bueno, pues ahora mismo tengo 16 años, y estoy en el instituto Rotherwood, en el centro de la ciudad. Me paso el día allí, cuando salgo de clase a la hora de comer, voy al bar del tío Sam y me como un bocadillo, antes de trabajar allí de friegaplatos. El tío Sam es el padre de mi mejor amigo John, que aunque no es mi tío ni nada, siempre me ha ofrecido ayuda.

Se va haciendo tarde. Mañana madrugo para ir a clase, así que cuando vuelva del bar escribiré aquí qué tal me ha ido el día. 16 de noviembre de 1951 Hola diario, ya estoy en casa. Como siempre a las 22:15. Hoy ha sido un día muy cansado. Me he despertado con mucho dolor de cuello, supongo que habré dormido mal. En el instituto me ha ido fatal. Odio las asignaturas de los jueves, no se me da bien ninguna. Además, me han vuelto a quitar la mochila los del club de deporte y han visto mi diario. Se han reído de mí, me han dicho “marica” y más cosas que no quiero ni pensar. Para colmo hoy ha faltado John, y he estado solo todo el día. He salido de clase con la mochila llena de libros hacia el bar. Lo he pasado fatal, aunque estoy agradecido de poder llevar un poco de dinero a casa. Todos piensan que ser friegaplatos es fácil, sólo hay que fregar. Pero lo que no ven es la cantidad de vasos, platos y cubiertos que llegan cada minuto. Es agotador. Como siempre, vuelta a casa andando con la mochila, mi madre me está llamando para cenar, me tengo que ir. 20 de noviembre de 1951 ¡Hola! No tengo mucho tiempo para escribir hoy, pero en resumen ha sido un día buenísimo. John y yo hemos estado todo el día juntos,y hemos visto que han abierto un club de música en el instituto, además está en la punta opuesta que el club de deporte, así que los mantendremos lejos el tiempo que pasemos

allí. Estoy deseando apuntarme. Además creo que Marisa se va a apuntar también. Me encanta verla andar por los pasillos, oler su perfume de fresa y ver sus rizos brillantes moverse con el viento que entra por las ventanas sucias del instituto. Es única, está claro. Siempre es buena con la gente que se atreve a acercarse, trata bien a quién sea, pero yo me acerco a ella y me quedo en blanco. Está con Will, el defensa del equipo de fútbol, que es insoportable, prepotente y sobreprotector, Marisa no se merece a alguien así. Quizás en el club hagamos un dúo en el que consiga que se fije en mí, o lo mismo me pregunta alguna duda sobre alguna melodía… Aunque creo que estoy fantaseando demasiado. 2 de diciembre de 1951 Hace mucho que no me paso a escribir por aquí, menos mal que mi madre me lo ha recordado. Llevo ya un tiempo en el club de música, estoy súper contento. Pensaba que no iba a poder entrar porque no tengo ningún instrumento, pero el instituto me ha dado una guitarra, aunque todavía estoy aprendiendo, y sé que no es mi instrumento ideal. John toca el piano y es el mejor del club, tiene algo mágico cuando lo toca. Los dos en nuestros ratos libres hacemos melodías con nuestros instrumentos y probamos a componer nuestras propias piezas, no son gran cosa pero bueno.

1939,Birmingham, Inglaterra. Era un frío invierno por el que pasaba Inglaterra,Thomas estaba en una taberna con su tío y sus socios.Hablaban sobre la guerra mientras bebían grandes jarras de cerveza e hidromiel. Thomas no bebía,era algo que simplemente no le gustaba pues detestaba el alcohol y su sabor,además, estaba harto de ver a su tío borracho y Thomas sabía muy bien que no quería ser como él.La conversación de la taberna tampoco le interesaba,ni siquiera le caía bien su tío y sus socios,pero hasta entonces sus padres habían muerto y su tío era el único pariente que tenía así que no le quedaba otra que obedecer al desgraciado e impresentable hombre que era su tío,aunque por el contrario era el alcalde de la ciudad,todos los ciudadanos de Birmingham lo adoraban,excepto&nbsp;Thomas,su propio sobrino parecía el único que odiaba a Michael Shelby. Después de dos horas aguantando a todos los borrachos de la taberna incluido su tío, Thomas decidió irse.

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María Prado García, 3ºA

¿Qué te pasa, Sevilla? No disfrutas de tu tradición&nbsp; En una poesía te escribo&nbsp; La esperanza de tu legión Tus calles están vacías, Llenas de fe y fervor, Nuestro corazón palpita&nbsp; Y también tu corazón&nbsp; Que tú no estás muerta, Sevilla&nbsp; Porque eres una villa de cariño e ilusión.&nbsp; Y nosotros, sevillanos&nbsp; Vamos a unirnos como hermanos, Que con esperanza, amor y empeño,&nbsp; Vamos a despertar de este sueño.&nbsp; Alfredo Morete Junco, 1ºA

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Con su mirada me siento feliz y disfruto cuando la veo sonreír. Su abrazo me lo cura todo&nbsp; y cuando llegó todo lo comprendí. Ella es mi mayor tesoro&nbsp; y sin dudarlo aprendí&nbsp;&nbsp; como querer tanto a una persona con el simple hecho de existir. Protegiéndola estaré siempre y escuchándola frecuentemente&nbsp; como lo tengo que repetir&nbsp; si no me voy a arrepentir&nbsp; nunca he querido tanto a una persona como&nbsp; yo te quiero a ti.

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hace un mes y hablamos tan normal, pero la noté un poco distinta. Después de hablar con ella todo el día me confesó el por qué de su tristeza: a su padre le habían detectado cáncer. Dios, no me esperaba eso para nada. Me dijo también que había faltado todo este tiempo para estar con su padre, que sólo le daban unos 6 meses de vida. No me puedo ni imaginar lo mal que tiene que estar Marisa, la pobre no se merece algo así. Para intentar animarla decidí intentar coger su trompeta y tocarle “La Vie En Rose” de Louis Amstrong, que es su canción favorita. Ella sonrió y me dio un abrazo. Me sentí muy feliz, porque había estado mucho tiempo practicando para saber tocar la canción y parece haberle gustado. Sin que me lo esperase, ella me dijo que me quería regalar su trompeta, yo no acepté, es su trompeta, y sé el cariño que le tiene, para mí eso no es posible. Ella seguía insistiendo, me dio su funda y le dibujó un corazón con un bolígrafo. No pude negarle el regalo más veces, así que tuve que aceptar. La verdad es que desde que después de que me dejara tocar la trompeta después de clase he aprendido un montón y me gusta muchísimo más que la guitarra. 6 de abril de 1952 Hoy ha sido el mejor día de mi vida. John y yo como siempre hemos ido al club y Marisa ya había llegado. Estaba sentada en una silla leyendo un libro. Le dijo a John que si podía ir al club de lectura, que está muy lejos del club de música. John se ha ido un poco disgustado, estaba muy disgustado porque no tenía ganas de ir.

De pronto, me senté al lado de Marisa, ella miraba hacia abajo sin decir nada. De repente cerró su libro y sin venir a cuento me besó. Yo me quedé mirándola, no sabía qué decir. Estaba muy contento, por fin me había besado la chica de la que llevo enamorado mucho tiempo. 15 de enero de 1973 ¡Hola! Jajaja, hacía mucho tiempo que no me pasaba por aquí. He encontrado este diario en un cajón. Creo que debería poner al día mi vida. Pues tengo 38 años, y bueno, como noto que tenía mucho interés con Marisa, vengo a decir que llevamos casados 2 años y medio y estamos muy felices. Últimamente estamos yendo mucho al médico porque tiene unos mareillos, de hecho ahora íbamos a ir. 25 de febrero de 1973 Acabamos de volver de una revisión del médico. Nos ha confirmado el cáncer que tiene Marisa en el cerebro. Estoy destrozado, pero con ganas de vivir sus últimos meses de vida a tope y haciéndola feliz antes de que se vaya. John va a venir en un rato a vernos. De momento Marisa no se encuentra mal, solo cansada. 13 de marzo de 1973 Cada día que pasa siento menos a Marisa. Reímos, hablamos, damos paseos, pero siento que su luz interna se está apagando, dentro de poco siento el fin.&nbsp;

Marta García y Carmen Zubiría nos recitan unos poemas en francés.

4 de mayo de 1973 Hoy me he despertado de la cama y he despertado a Marisa, parecía cansada así que no la he levantado de la cama, he preferido dejarla descansar un poco más y llevarle el desayuno a la cama. He ido a la cocina a coger los cereales que le solían gustar, aunque ya no pueda sentir su sabor, le gusta verlos y sentir que todavía los come bien. Le he puesto su vaso de zumo con la pastillita de por las mañanas al lado. Me duele mucho verla así, somos tan jóvenes como para tener que vernos en estas situaciones… Su pelo rizado se cayó, sus ojos brillantes se apagaron y su soltura al andar se quedó atrás. Pero yo siempre voy a estar ahí, hasta su última respiración, es el mínimo cariño que se merece. 27 de mayo de 1973 Hace dos días fue el entierro de Marisa. Siento que he muerto pero sigo respirando. Toda mi vista se ha nublado. El cielo está gris, las flores marchitas, mi mirada triste. Sin embargo, dentro de este pozo sin fondo está John. Es muy buen amigo, como siempre permanece a mi lado. No se merece nada malo del mundo. 12 de junio de 1973 No sé cuánto tiempo llevo sin pisar mi casa, sólo sé que acabo de volver. He perdido todo el dinero que tenía, no sé en qué, supongo que en marihuana, es lo que suelo tomar para aliviar este dolor. Ya no sé ni quién soy.

26 de junio de 1973 John me aconsejó que quedara para tomar algo con algunas chicas, así quizás me pueda volver a enamorar. Pensé que sería buena idea, aquí escribo mi experiencia; Conocí a Daniela en un bar al lado de mi casa, pasaba por allí siempre, porque compartimos una persona en común, pero no puedo hablar mucho de ello. El caso es que una vez decidí invitarla a cenar y apareció… bueno… digamos que no en muy buenas condiciones. Iba con algo parecido a un cigarro, aunque el olor me parecía familiar. Solamente tomé una cerveza con ella y por cortesía, no la volví a ver en mi vida, y me alegro. Un par de días después conocí a Ana en un parque mientras sacaba a su perro, nos gustamos al instante y empezamos una relación a las pocas semanas. Me llevé una gran sorpresa cuando una vez estábamos en su casa y entró un hombre mayor gritando que dónde estaba su joven esposa. Parece ser que Ana llevaba una doble vida. 13 de agosto de 1973 Estoy cansado de intentarlo. Con Daniela, Ana, María, Sofía, Julia, Eugenia, María José, Marta, Andrea, Irene, Beatriz, Luisa, Lucía, Sandra, Lola, Elisa, Ángela, Eva… Ninguna me ha funcionado. No sé qué pasa. ¿Qué hago mal? 23 de agosto de 1973 He encontrado la trompeta que me regaló Marisa, todavía tiene el corazoncito que me dibujó a boli.

Morir sin ser dañado Soñar sin ser amado Pero un dolor puede quitarlo todo&nbsp; Hasta un punto de quitarlo de cualquier modo. Pero ser feliz no lleva el ser amado Si no ser quien ama a los necesitados&nbsp; Pero se puede remover tanto hasta llegar al enfado. El enfado es algo que cuesta quitar Pero cuando quieres a alguien de verdad&nbsp; El ser perdonado es más&nbsp;fácil&nbsp;que llorar. Y con un texto al escribir&nbsp; Puedes cambiar hasta el vivir Haciéndote daño a ti&nbsp; Aunque no lo quieras admitir.&nbsp;

¡Oh, madre mía! sin ti no viviría, eres quien alegra mis días,&nbsp; mi estado depende de tu armonía. Quien está y estará siempre, tanto para lo bueno como para lo malo, tu belleza y compasión son inigualables, ¡Afortunado de mí, todos quisieran tenerte! Recuerda que eres y serás la mejor, siempre te llevaré en mi corazón. Orgulloso de ti, me despido con todo mi amor.&nbsp;

-No importa. Sin más Thomas salió de ese horrible sitio.Preguntó a todos los soldados como podía volver a casa.No había opción era algo imposible. -No puede ser, tiene que haber una manera de volver. -Niño,una vez que te alistas en el ejército no hay vueltas atrás. No podía era imposible que se quedara allí,se volvería loco si permanecía más tiempo en la trinchera. Entonces vió una opción,probablemente sería una idea estúpida pero era la única manera de volver a casa y de ver al precioso rostro de Elizabeth,volver a escuchar su risa era lo único que le preocupaba en aquel momento,era lo único que le daba la vida. Sin pensárselo dos veces&nbsp;se disparó a sí mismo en el hombro izquierdo. No era tonto sabía que una caravana llevaba a los heridos a los hospitales más cercanos,en este caso,el de Birmingham y sabía que un tiro en el hombro no era mortal y menos en el izquierdo pues Thomas era diestro. Y así&nbsp; fue,esa misma noche lo montaron en la caravana,usó la excusa de que una de las armas estaba recargada y disparó sola.Increíblemente los médicos se lo creyeron,y como Thomas dijo que tenía anemia lo pusieron en la parte de urgencias de la caravana. Era una caravana pequeña,olía a muerte ahí dentro.Se le partió el corazón al ver a todos los hombres heridos,llorando y rezando a Dios pidiendo ayuda.

Quedó inconsciente por la pérdida de sangre y cuando despertó ya estaba en una cama de hospital y con la herida cosida. Frente a él vió un rostro conocido,no podía ser,estaba loco. Vío a Elizabeth vestida de enfermera cuidando al resto de hombres. -¿Elizabeth? -¡Thomas! por fin te has despertado -¡¿Qué haces aquí?! -Tranquilo,hace unos días me ofrecieron trabajo como enfermera y ahora trabajo aquí. -Hay que irse y rápido, -¿Qué? -Elizabeth vámonos ya de aquí. -Thomas no te levantes o la herida se te abrirá Pero Thomas no la escuchó,ella no sabía nada así que se lo contaría por el camino. La cogió del brazo y la sacó del hospital. -Elizabeth tú y tu familia estáis en peligro. -¿Qué,Thomas de qué estás hablando? La tomó de la mano. -Elizabeth Holland, ¿confías en mí? -Sí claro. Coge un carro y dos caballos,monta a toda tu familia en él y coged vuestras pertenencias.Escondeos detrás de la casa de apuestas y esperadme,tengo algo que hacer pero llegaré enseguida. Elizabeth estaba descompuesta,las lágrimas le salían sin razón pero obedeció a Thomas,sabía que era un buen hombre y además no podía negar lo que sentía hacia él así que le hizo caso y reunió a su familia.

Escena 5: (Agustina vuelve a casa donde se encuentra con su hermana mayor, Consuelo) Consuelo: Hermana mía, a ti te ansiaba ver. ¿Podemos charlar un momento? Agustina: Si lo deseas, pongámonos cómodas. (Se dirigen hacia otra zona de la casa para hablar) Consuelo: Quería preguntarte, ¿Por qué escondes tu condición? Agustina: No sé a qué te quieres referir Consuelo, mi condición no es diferente a la del resto. Consuelo: Enriqueta y yo os vimos a la salida del pueblo, ¿Aquella mujer es tu gran amor? Agustina: ¡Bobadas hermana!, meteos en vuestro asuntos y no inventéis tanto. Consuelo: Agustina no sirve de nada que te escondas, yo te voy a apoyar en todo momento, y os prometo que de mi boca no saldrá una palabra, madre no sé enterara. Agustina: Hermana mía, no entendéis la situación, como alguien se enteré nos pueden matar a las dos, si madre se enterase me desterrara, sé que mi deber es encontrar a un joven que me pida matrimonio, y así tener hijos y honrar a la familia, pero mi corazón me lo impide. Consuelo: Es injusto, deberías poder estar con ella y ser feliz las dos, la sociedad está llena de prejuicios, y si no que se lo digan a nuestra hermana Enriqueta, ella es la que más juzga y las que más ha de envidiar.&nbsp;&nbsp; (Entra Enriqueta a la escena)

Agustina: Debo irme, se está haciendo tarde y tengo que terminar las tareas del hogar (Se levanta evitando la mirada de la pequeña, y se aleja de aquella habitación quedando detrás de una pared para escuchar la conversación). Enriqueta: ¿Hablaste con ella? Debemos dejarle claro que tiene que parar, eso no es un amor real. Consuelo: El tema vamos a dejar si tenemos algo por solucionar. Agustina: (Se echa a llorar por la situación ya que piensa que ninguna le acepta y se va a otro lugar). Consuelo: Tengo que continuar con mis labores, debo tejer una manta a madre. (Se va del lugar dejando a su hermana sola). Segundo acto Escena 6 (Entra en el salón Enriqueta y se sienta junto a la chimenea donde se encuentra su madre cosiendo un manto) Enriqueta: Madre, ha usted andaba yo buscando Josefina: Aquí me tienes hija mía, ¿dónde andáis tú y tus hermanas? últimamente no os veo por la casa, estáis demasiado ocupados con vuestros quehaceres. Enriqueta: De eso quería yo hablarle madre, verás hay algo que no sabéis y es de mi incumbencia contaros la situación que en casa ocurre Josefina: ¿Qué ocurre, Enriqueta?, no me alarméis, pues ya bastante tengo con lo mío

Te quedas quieto, fácilmente se te podría confundir con un muñeco. Y al fin recuerdas. Tu gritandole al cochero, distrayendolo y haciendo que desvíe el carruaje. La pistola de aquel hombre pegada a tu pecho. Antes de oír ese ensordecedor disparo y sentir un punzante dolor seguido por oscuridad hasta que te encuentro repitiendo la misma frase “no es mi culpa”. Nos sentamos en el marco de la puerta, entiendes que has muerto. - Dilo, pronuncia esas últimas palabras y podrás descansar. Sólo tres palabras. - Fue mi culpa - sonrío, por fin estas listo. Tomo tu mano y nos dirigimos hacia el bosque donde caminaremos hasta ser polvo en el aire y descansar.

Alejandro Mesa (Amigo novio) Gregorio Rafa San Román (Novia y escritor) Mari Carmen y Escritor Antonio Paramés (Padre novia) Mariano Carlos Saleiro (Novio) Miguel Willis Nacho Pérez (Cura) Padre Benito de Camela

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Primer Acto Padre Benito de Camela: Mari Carmen. ¿Quieres a Miguel Willis como tu legítimo esposo para el resto de tu vida? Mari Carmen: Sí quiero. Padre Benito de Camela: Y tú, Miguel. ¿Quieres a Mari Carmen como legítima esposa para el resto de tus días? Miguel Willis: NO, no quiero. (Troleador cara) Padre Benito de Camela:¿COMORRRRRR?

Sin amistad no hay camino, directa voy al oscuro abismo. Sin tí, mi amiga, me siento perdida, soy como un barco que va a la deriva. No me importa contarte mis mayores secretos pues sé que los guardas con gran recelo. En tí confío para lo bueno y lo malo, siempre me tienes tendida tu mano. Quiero que sepas que a tu lado me tendrás, que mi cariño y admiración nunca perderás pues siempre tu apoyo ha sido incondicional. Por eso solo me queda decirte que si triste te encuentras algún día, cuenta conmigo, amiga mía. Gloria Rodríguez Gallardo, 1ºA

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En la sabana habita el elefante elegante que viste con chaqueta y corbata muy elegante este lucha contra el puerco que va tan campante porque el cerdo de lo brillante no es tan amante. Es recomendable no luchar con el porque en la pelea brilla porque el es tan rápido que como acelere te pilla así que corre rápido o te acribilla&nbsp; acaso que seas Milla la ardilla pilla. Francisco Javier de la Puente Apeceche Vargas, 1ºA

Expresó mis sentimientos&nbsp; Ya no estas en mi día a día&nbsp; En los buenos momentos&nbsp; Tu corazón estaba lleno de alegría Y ahora en el mío tristeza siento&nbsp; Era el único q me entendía&nbsp; En los momentos tensos&nbsp; Ya no tengo tu mano Para tranquilizarme Ya no te tengo a ti&nbsp; Para abrazarte&nbsp;

Solo entiende tu&nbsp;locura quien compartió tu Pasión con coraje y corazón&nbsp; por los oídos&nbsp;del alma&nbsp; hoy escucho tu dolor. Con clavos en tus palmas desprendes todo Amor,&nbsp; tu sufrimiento, tu perdón, y una gran compasión. Cada gota de tu Sangre se convierte en mi oración, no me acostumbro a Tu Muerte, agonía de mi corazón Cachorro mío, Cachorro, todo tuyo yo soy, Acuérdate de mí en el Cielo, cuídame con tu protección.

15 de enero de 1952 Hola :) Estoy un poco nervioso, mañana me voy a atrever a invitar a Marisa a ir a tomar algo. Hace unas semanas por fin cortó con Will, que ya iba siendo hora. Creo que se dio cuenta de que Will era un mal tipo y no se merece a una chica tan especial como ella. No creo que Marisa acepte ni mucho menos, pero ya llevamos bastante tiempo hablando en el club y ha hecho buena migas con John, que me ha estado ayudando mucho a hablar con ella un poco. Ya es tarde, tengo mucho que tranquilizarme y que hablar con la almohada, buenas noches. 16 de enero de 1952 ¡Vamos a quedar este sábado! Todavía no me lo creo, estoy super contento. John va a venir con nosotros, para intentar ocultar que estoy teniendo una “cita” con ella. Nada más llegar al club hemos ido a preguntarle, y aunque primero ha dudado, ha terminado accediendo con una sonrisa. Ella quizás lo ve como una quedada de amigos, pero yo no, y ella lo sabe. Me encanta porque a pesar de que ella sabe que me gusta, siempre me trata con cariño y nunca saca el tema, es muy buena amiga, aunque quiero que nos sigamos conociendo, para ver si consigo que seamos algo más. Por cierto, mi madre ya está bastante mejor, aunque tiene mareos y a veces se le olvidan las cosas. 22 de enero de 1952 Al final las cosas no han ido como pensaba. Marisa no se ha presentado…

Me voy a dormir, no tengo muchas ganas de escribir ahora. 4 de febrero de 1952 John y yo estamos un poco preocupados por Marisa, llevamos sin saber nada de ella desde el viernes antes de que fuésemos a quedar. No va a clase, no va al club, nunca la vemos a la salida ni entrada de clase, sus padres no se han pasado por el instituto, sus amigas no saben nada… Yo sigo un poco dolido, me sentó muy mal que no se presentara. A John tampoco le hizo mucha gracia, pero la situación no es la misma. Por el resto todas las cosas van bien.&nbsp; 20 de febrero de 1952 Todo el instituto está preocupado por Marisa. Los del club de música notamos que falta su melodía, los del club de teatro sienten que les falta parte del público, los del club de ciencias no tienen a la que les hace cuestionarse el universo, los del club de fútbol no sienten esa tensión cuando Marisa se acercaba a verles jugar, que al final les gustaba. Los profesores no dicen nada, y cuando les preguntamos no dicen nada que nos interese. La echo mucho de menos… 23 de marzo de 1952 De la nada Marisa ha vuelto. Cuando la he visto me he quedado super extrañado, hacía tanto que no la veía que se me había olvidado ese cosquilleo que tengo en la barriga cuando está presente. Cuando ha vuelto ha sido un día normal, no ha querido hablar del tema, simplemente me pidió perdón por no presentarse

Os veo señora en vuestro balcón como una diosa. Le ruego que escuche a mi corazón palpitante. Pues sólo vos me daréis la felicidad que deseo y la que en todo momento busco en vuestro corazón. Cómo ruiseñor que no canta soy si vos no me aceptáis. Sois parte de mí, parte de mi alma. Que no podré dejar&nbsp; sin tener que morir. ¿Qué es lo que deseáis? Haré todo lo que pidáis. ¿Qué es lo que queréis? Todo lo puedo conseguir, si vos deseáis. Por vos todo haría Por vos mataría Por vos moriría.&nbsp;

Gloria tus ojos brillan como las estrellas Brilla ,brilla como ellas Enseña tu hermosa y brillante sonrisa. Eterna felicidad hay en ti al suspirar, &nbsp;Nos atraes el encanto, ¿Acaso estoy soñando? Hasta entonces tu apareciste&nbsp; Y mi vida cambiaste, Brilla, brilla como ellas. Puede que aún no comprendas&nbsp; Aproxímate a mí ,te explico ¡Brilla, y haznos brillar!

Agustina: No te atreverías, es la única persona que me hace feliz y con la que quiero pasar el resto de mi vida. Josefina: Muy bien hija, tu lo has querido.&nbsp; (Sale Agustina enfurecida y detrás salió su madre para encontrarse y poder&nbsp;hablar con la joven). Escena 9 (Agustina corre en busca de Consuelo para contarle lo ocurrido). Agustina: ¡Consuelo!, ¡Consuelo! (gritaba desesperada) Consuelo: Agustina, ¿qué ocurre? Agustina: Consuelo, Enriqueta le ha contado sobre nuestro romance a madre, y ahora quiere que deje de verme con ella de inmediato o se ocupará ella personalmente, no puedo dejar que le pase nada, Consuelo, por favor, ayúdame. Consuelo: ¡No me lo puedo creer!, sabía que no podía mantener la boca cerrada, Enriqueta ha traicionado nuestra confianza, y ahora estás en peligro por su culpa, no os preocupéis hermana, vuestra amada es lista, y conseguirá huir de las manos de nuestra madre. (Abandonan Consuelo y Agustina la habitación y salen en busca de su madre y su hermana).&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;

Tercer Acto (En este acto es cuando la madre va a matar a la novia de su hija). (Consuelo y Agustina llegan a donde están su madre y Enriqueta). Escena 10 Consuelo: ¡Enriquetan no me puedo creer lo que has hecho! Agustina: Nunca más confiaremos en ti, eres una hermana cruel. Enriqueta: ¡Madre ayúdame! soy pequeña y siempre tienen que ir contra mí. Josefina: Es verdad, Enriqueta tiene razón, ella no ha hecho nada malo, me ha dicho la verdad y eso es lo correcto. No hay nada más que rechistar, ¡se acabó!, tú Consuelo tendrás un castigo, pero tú...Agustina prepárate para lo que te espera, no sabes de lo que soy capaz de hacer. Agustina: ¡Estoy harta! siempre con la misma historia, no he hecho nada malo madre. Consuelo: Tiene razón. Josefina: Pues sí tanta razón tienes ve a decírselo a todo el pueblo, ¡venga!, a ver que van a pensar ahora de nuestra familia y de todas nosotras. No eres consciente de lo que has hecho Agustina, te pueden condenar incluso de muerte por ello, ¿sabes lo que supone eso para una madre?. Agustina: Me da igual, yo amaré a quien quiera, y nadie me lo impedirá. Y si hace falta me sacrificaré para que todos nuestros sucesores puedan amar libremente, ¡VIVIMOS EN UNA SOCIEDAD INJUSTA!

Los alumnos de 4ºESO nos hacen dos propuestas: una entrevista muy especial y unas piezas de teatro breve que han escrito tratando de aplicar las características de las obras del Romanticismo.

La echo mucho de menos. Era de noche. Salí a tomar el aire con mi trompeta y empecé a tocar algunas notas. Sin pensarlo me salió una pequeña melodía, me resultaba familiar, no recuerdo de qué. De repente sonó algo en mi cabeza, unas letras que decían&nbsp; “And though I close my eyes I see la vie en rose” En ese momento entendí, que mi verdadera felicidad y mi verdadero amor, se encontraba en la Luna.

- ¿Es confianza lo que siento? - Bueno,&nbsp; supongo que si viajamos juntos debo confiar en ti. Ningún otro motivo. - Te oigo nervioso, obviamente has empezado a verme más amigable, dos lecciones más. Caminamos durante cinco minutos - Dime, ¿eres de buena familia? - Si planeas robarme llegas tarde - Venga, si hubiera querido robarte ya lo habría hecho, no crees? - Sí, vengo de un apellido muy respetado. - Entiendo, y ¿normalmente eres agradecido por ello? - Sí, supongo, no lo sé. - No te alteres, entiendo que ser criado de una forma explícita te hace comportarte de una manera concreta. Solo pregunto. - Supongo que no siempre, pero entiendo mis privilegios. - Bueno, ahora mismo quiero que te olvides de todo eso, tus riquezas, tu respeto, de todo. - ¿Por qué? - Solo hazlo, disfruta del momento. Tu mirada baja, respiras profundamente, te ves concentrado. Y, por fin, sonríes. Disfrutas, te calmas y sueltas toda cadena que te ata. Una lección más, aceptación. - Ya hemos llegado - te digo. Levantas tu cabeza y, como esperaba, todas mis lecciones se desvanecen en tu mente y solo queda tu objetivo inicial. - No se oye nada - Lo sé, ¿dónde vives?

Tercera avenida en dirección a la fuente Santos, en el número 3. Como ordenes a un soldado, tomo la dirección y me pongo en marcha. Al fin llegamos a la puerta, es de un tono grisáceo, con un pomo dorado, dando un contraste placentero. - Ya puedes irte si quieres - No puedo - ¿Qué? - Entremos La puerta se abre, puedes oír el crujido de la madera bajo nuestros pies, estas confuso. - ¿Qué está pasando? - tu voz refleja miedo Mientras paseamos por la casa yo me mantengo en silencio - Hay algo que debería contarte&nbsp; - ¿Qué? - En tu viaje te robaron, te atacaron y te asesinaron - ¿Cómo?, pero si estoy aquí. Me dijiste que me encontraste. - Y no mentí, te encontré. Encontré tu cuerpo en el suelo y a ti al lado. - ¿Qué, quién eres? - Tómame como un guía, por así decirlo. Mi misión es darte una serie de lecciones. Debo enseñarte a dejar tu inseguridad, a valorar tu experiencia, a confiar, a dejar todo y disfrutar. Debo enseñarte esas lecciones para que tu alma pueda descansar. - No, yo no estoy muerto, es imposible. - Por favor, será más fácil si lo aceptas.

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