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REVISTA IGUALDADE

by Comisión Igualdade
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IGUALDADE SANXILLAO
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Xuño de 2022
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¿Cómo es vivir con una persona sorda?
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Cuando mi hermano nació, los médicos no le diagnosticaron sordera, no fue hasta que tenía 5 años que se la diagnosticaron. Intentaron que oyera con audífonos, porque lo consideraban mayor para someterlo a una operación. Después, como vieron que no funcionaban los audífonos, le hicieron una operación con el objetivo de ponerle un implante coclear. En un principio, curó bien y logró oír, yo estaba muy emocionada porque quería ser la primera persona a la que mi hermano escuchara hablar, ese día mi hermano descubrió nuevos sonidos que nunca había escuchado.

Unos días después, su cuerpo empezó a rechazar el implante, por lo que tuvo que ir al hospital, y a través de varias operaciones y tomar medicamentos intentaron salvar el implante. Decidieron hacerle un trasplante de piel para intentar salvar el implante, pero como su cuerpo seguía rechazando el implante, deciden quitárselo e implantarlo en el otro lado.

Su cuerpo aceptó ese implante y logró oír a los 8 años, yo ya no estaba tan ilusionada porque tenía miedo de que volviera a salir mal, pero al final todo salió bien.


¿Cómo es vivir con una persona sorda?
Al principio era algo extraño, porque no sabíamos con certeza si era sordo, mi familia y yo teníamos dudas, pero los médicos no lo confirmaban.
Cuando por fin lo confirmaron, yo creo que cambió la actitud de toda la familia, por lo menos mi actitud, al tratarlo.
Mientras no estaba implantado, era más difícil comunicarse con él, porque teníamos que estar pendientes de que nos viera para poder comunicarnos, ya que nos leía los labios, y ni él ni nosotros sabíamos lenguaje de signos.
La situación mejoró desde que está implantado, porque ya oye, aunque tiene que seguir yendo a logopedas porque hay palabras que aún no sabe.

¿Cómo es el colegio para una persona sorda?
Creo que estar en un colegio pequeño es más favorable para una persona sorda, ya que todos te conocen, saben como tratarte y los/las niños/as ya saben que eres sordo. También ayudó que hubiera una intérprete en el colegio, ya que los otros niños también aprendieron algo de lenguaje de signos.
En el colegio hacían actividades, en el recreo se enseñaba lenguaje de signos, y en otras asignaturas, por ejemplo en música, interpretábamos canciones en lenguaje de signos, estas actividades ayudaron a que más personas del centro aprendieran lenguaje de signos y, por lo tanto, se les facilitara la comunicación con mi hermano.
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IGUALDADE SANXILLAO
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Xuño de 2022
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Medidas en el colegio
Mientras mi hermano estaba ingresado, el colegio preguntaba y se interesaba por mi hermano, pero no le mandaban deberes o hacer ejercicios.
Una vez que mi hermano llegó a casa, el colegio empezó a tomar medidas. Cuando él se incorporó, empezó a ir una intérprete al colegio y, mientras que mi hermano se recuperaba de la operación, tomaron medidas para que no se llevara algún golpe que le pudiera afectar, por ejemplo, en los recreos se quedaban niños a jugar con él a juegos de mesa…

Exclusión académica
Generalmente, en la mayoría de las escuelas, no se enseña lenguaje de signos como materia troncal u optativa, eso puede hacer que muchas personas sordas se sientan excluidas y, por lo tanto, generar una situación de exclusión para personas sordas.

Afortunadamente, hay casos en los que las personas sordas no sufren ningún tipo de exclusión en los espacios académicos. Este podría haber sido el caso de mi hermano, excepto que al principio, algunos profesores no querían que mi hermano siguiera en el colegio después de haber sido diagnosticado de sordera, ya que esto suponía más trabajo y hay un colegio especializado en Lugo, aunque la mayoría de profesores apoyaban a mis padres en su decisión de que mi hermano siguiera en el colegio.
En la actualidad, al empezar el curso escolar, modifican la programación escolar de mi hermano con el objetivo de que el curso se le haga más llevadero, los contenidos son los mismos que dan sus compañeros, pero más reducidos.

Exclusión social
Como ya mencionamos anteriormente, una parte de la población no sabe lenguaje de signos, por lo que no estamos hablando solamente de un ámbito académico, sino que también hablamos de un ámbito social.
Las personas sordas pueden fácilmente sentirse excluidas socialmente, cosa que podría solucionarse si se le diera más importancia al lenguaje de signos.
Vivimos en una sociedad creada para personas sin discapacidades, por lo que una actividad tan cotidiana como hacer la compra se les dificulta mucho más que a una persona sin discapacidades.
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Laura López, Uxía Herrero, Uxía Osorio, Cristina Herrero
4ESO-C