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NOTACIÓN MUSICAL

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La escritura es uno de los grandes inventos de la humanidad que nos sirve para preservar las ideas y los pensamientos que consideramos valiosos y nos ayuda a estructurar y organizar nuestra mente.
En el terreno de la música, la notación musical juega un papel muy similar al de la escritura: ha servido -y sirve- para hacer evolucionar el lenguaje de la música y permite que se conserven las obras de los compositores a lo largo del tiempo.

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Antes de la invención de la notación, la música solo se podía transmitir de manera oral; esto suponía una enorme limitación a la hora de memorizar una gran cantidad de melodías y dificultaba que la música de una región pudiera conocerse en otros lugares.

La notación musical moderna nace a mediados del siglo IX con el Canto Gregoriano. En sus inicios los símbolos que se empleaban eran muy rudimentarios y recibían el nombre de neumas; indicaban el sentido ascendente o descendente de la melodía, y los cantores sabían de memoria las melodías. Por tanto, no era una notación precisa y sólo suponía una ayuda a la memoria.

En el siglo X se fueron creando diversas formas de escritura musical, en un tetragrama primeramente, y finalmente en un pentagrama. Ninguna cultura del mundo había hecho esto antes.

Gracias al sistema de notación musical creado por Guido (Mónaco) De Arezzo (995 d.C.-1050 d.C.) podemos hoy día disfrutar de obras musicales maravillosas.

Guido d´Arezzo decidió usar un himno a San Juan Bautista Ut quaeant laxis. Cada verso comienza con una de las silabas de las notas musicales: ut (do), re, mi, fa, sol, la.
Si lo incorporó a la escala Bartolomé Ramos de Pareja en 1482 utilizando las iniciales de Sancte Ioanes.
En el siglo XVII el musicólogo italiano Battista Doni cambiará el nombre de ut por el de do.

No sería hasta el siglo XVII cuando la notación musical alcanzaría su forma definitiva, prácticamente igual a la que tenemos ahora. Este tipo de notación es el más completo y efectivo para representar ideas musicales complejas.
La partitura moderna contiene todos los elementos necesarios para la correcta interpretación de la música.

El cifrado americano, también conocido como cifrado inglés o anglosajón, es un sistema de letras en el que cada letra del alfabeto (de la A a la G) se corresponde con una nota musical. Este tipo de notación alfabética tiene su origen en el sistema de notación musical de la Antigua Grecia (Epitafio de Seikilos).

Podemos encontrarnos con partituras en las que las letras van acompañadas por números (F6, D-7, G-7, C7...) y se utiliza para expresar la armonía de una canción de forma abreviada. Por eso, es habitual verlo en partituras de música moderna.