Historias colaborativas a partir del corto "Cuerdas"

¡Tod@s cuentan!

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Después de mucho pensar, María llegó a la conclusión de que todo estaba relacionado con la pulsera. Pero no se creía lo que estaba ocurriendo. No podía ser que una pulsera hecha con un trozo de la cuerda con la que había jugado con su amigo de infancia pudiera tener ese poder. María se sentía muy confundida y por eso decidió hablar con una compañera que parecía ser muy buena persona. La compañera escuchó incrédula el suceso que María le contó y se ofreció para ayudarla a resolver el misterio de la cuerda.&nbsp; Al terminar las clases las dos profesoras se dirigieron a la antigua biblioteca del orfanato para intentar encontrar una solución para ese misterio. Buscaron y buscaron durante horas pero no encontraron ni una sola pista que las pudiera ayudar. Se hacía de noche y decidieron encender las luces, cuando de repente…

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María no se lo podía creer. La noticia parecía aclarar sus sospechas, pero no estaba del todo segura. Había algo que no encajaba. Nicolás había muerto por la noche, no podía ser el niño secuestrado de que hablaba la noticia. Así que se puso a investigar por su cuenta para ver si todas las piezas del puzzle encajaban. María empezó a investigar sobre el tema, empezó a hablar con los periodistas de la noticia y se informó un poco más pero llegó a la conclusión de que esta investigación no tenía futuro así que decidió dejarlo. Así que después de perder la esperanza fue al cine para animarse un poco y distraerse, así que fue y compró una entrada para ver una peli de terror.

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Equipo 10 Empatía

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&nbsp;María empezó a pensar, desorientada, tras la sorpresa que le dio aquel niño.&nbsp; &nbsp;Ella, al principio, no se lo creía. S e había esforzado y trabajado muchísimo para comunicarse con sus alumnos y ahora resultaba inútil con uno de ellos.&nbsp; &nbsp;Consultó varias veces _Internet buscando alguna&nbsp; idea que la&nbsp; ayudara.&nbsp; &nbsp; Desafortunadamente, fue inútil pues no encontró ninguna solución. También pidió ayuda a otros profesores del centro, necesitaba su colaboración e hizo varias reuniones con los padres...&nbsp; &nbsp;Pasados unos días, dio con la solución. Con la ayuda económica de la familia y con una subvención del ayuntamiento pudieron comprar una silla que permitía que se comunicara con los otros a través de sus ojos. Dependiendo de dónde mirara, significaba un gesto u otro.&nbsp; &nbsp;Por fin , María logró comunicarse con toda la clase. Se sintió muy feliz y satisfecha ya que había conseguido este logro con la colaboración de todos.

Al pasar una semana, María se empezó a integrar en la escuela. No era el primer colegio en el que trabajaba, así que se le hizo muy fácil adaptarse.&nbsp; Sus compañeros eran agradables, pero le llamó la atención un profesor “especial”. Tenía una discapacidad, pero él podía enseñar y hablar perfectamente. Lo conocía muy poco ya que cuando tenían tiempo libre no se lo pasaban hablando, pero de lo poco que charlaron, a María le pareció muy simpático y agradable. Sin saber por qué a Maria le despertaba un interés por querer conocerlo más. Era algo inexplicable, pero ese profesor tenía un aura especial y había algo en su mirada que le resultaba familiar, como si lo hubiera conocido en el pasado. María no paraba de pensar en él, pero no lograba descubrir a quien le hacía recordar.&nbsp; María aprovechaba todas las oportunidades que surgían para acercarse a él durante los recreos.

A mitad de la película pasó miedo y se agarró a la mano de un chico que tenía al lado, entonces se giraron los dos a la vez y&nbsp;les pareció reconocerse, y se dio cuenta de que era él. Lo esperó a la salida y cuando lo vio quiso correr a abrazarlo pero un ruido muy fuerte en su cabeza la detuvo, era el despertador que la estaba despertando.

Al entrar María en el colegio, mientras daba clase, le llamó la atención un chico. Ese muchacho se parecía a su viejo amigo y cada vez que lo miraba se acordaba de él. Además, este centro tenía mucho que ver con el de su infancia, ya que también tenía su lado de‘’orfanato’’.&nbsp; Después de darle todos los días vueltas, se le encendió la bombilla: se pondría a investigar… ¿Habrá alguna conexión entre este niño y su amigo Nicolás?... Ella sabía que tenían algo en común, pero al seguir indagando se encontró una noticia impresionante. Hojeando los periódicos antiguos, las autoridades habían descubierto que hace más de 20 años un niño había sido víctima de un secuestro en un orfanato por parte de una fundación que investigaba enfermedades raras.&nbsp;En la noticia decía que la fundación había mantenido secuestrado al niño durante más de 10 años hasta que obtuvieron todos los resultados de las pruebas y lograron curar su enfermedad.&nbsp;

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Por eso al chico todo esto le pareció extraño, pero no se tapó la cara con las manos como solía hacer cada vez que se acercaban a él y le dirían insultos. Decidió sonreírle también y le preguntó cómo se llamaba. Los chicos que le acosaban cuando vieron al hijo de María hablando con él, se acercaron y repitieron los insultos y las burlas de siempre, pero esta vez las dirigieron también al hijo de María. Pero esta vez algo fue distinto. El hijo de María se peleó con el acosador principal. Un maestro lo vio todo y los llevó a la dirección. El director llamó a María y a la madre del acosador. María no entendía por qué su hijo se había peleado con otro chico y se quedó muy triste. Para entender lo que había ocurrido decidió llamarlos a los dos y hablar con ellos a solas...

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&nbsp;Maria ,ya siendo profesora de Educación especial, tuvo en mente adoptar a un niño con discapacidades iguales que las de su viejo amigo Nicolás y lo hizo; era&nbsp;un chico que le hacía recordar a Nicolás, aunque este sí podía hablar. &nbsp;&nbsp;Este al principio era muy tímido con Maria, ya que nunca llegó a tener una figura materna, no obstante,&nbsp;después de semanas,&nbsp;ya no era tan tímido con María y se llevaban muy bien los dos. &nbsp;Llegó un tiempo en el que&nbsp;María tuvo en mente mandarlo con un fisioterapeuta para saber si su hijo adoptivo podía andar o podía&nbsp;mover algunas partes del cuerpo. &nbsp;Cuando fueron al especialista, analizaron al niño y dijeron que sí podría recuperarse solo que&nbsp;tendrían que empezar con una operación.

Equipo 8 Simpatía

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Después de un par de meses, pudieron recaudar el dinero suficiente para poder empezar con un nuevo tratamiento. Los médicos le dijeron que tenía que estar en reposo sin poder jugar a sus deportes favoritos: la comba y el fútbol. No podía jugar porque la enfermedad le hacía estar muy débil y se sintió super triste y enrabiado consigo mismo. Tenía que estar mínimo cinco meses sin poder moverse y eso conllevaba estar en una silla de ruedas.&nbsp; El niño estuvo mucho tiempo triste y desanimado. Finalmente no mejoró a tiempo, y empezó a padecer los mismos síntomas de la enfermedad de Nicolás. Estuvo diez años luchando contra su enfermedad, pero finalmente no pudo y falleció en su cama mientras dormía.&nbsp;&nbsp;&nbsp; María se sintió triste pero a la vez sabía que esta vez también había podido ayudar.

Cuando estuvieron a solas María les preguntó por qué se habían peleado. El hijo de María dijo que se metían con él que llamaban "rarito". María estaba decepcionada con ellos, porque no entendía cómo se podían meter con un niño inofensivo. Habló con ellos muy seriamente y les dejó claro que todos somos diferentes y no por ello&nbsp;se tenían que meter con nadie. Los niños arrepentidos le pidieron perdón por todo lo dicho y hecho. Los niños se acabaron haciendo muy amigos y María estaba muy orgullosa y contenta de verlos tan unidos. Finalmente, María los llevó a un centro con discapacitados para ayudar a todas esas personas que necesitaban compañía.

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¡Hola! Soy María y ahora soy profesora. La vida me fue muy bien: conocí a mucha gente, aprendí muchas cosas, pero siempre tuve en mi mente a Nicolás, mi mejor amigo, ese chico con el que solía bailar, jugar, en fin… era como un hermano. Sinceramente creo que siento a Nicolás muy cerca de mí, es como si tuviéramos una energía que nos conecta.&nbsp; El otro día me pasó una cosa irreal, ¡No os lo creeréis! Estaba en mi clase, con mi alumnado, cuando de repente escuché un susurro, pero no era nadie. Pregunté a mis chicos y ellos no fueron. Regresé a casa, preparé la cena y unos minutos más tarde vi una figura que se asemejaba a mi difunto mejor amigo. Me asusté y me fui corriendo a mi habitación.

Todos somos iguales a pesar de nuestros problemas. Pero el profesor de Matemáticas no le escuchó y siguió apartando a María con mucha fuerza por estar defendiendo al niño que era como su amigo Nicolás. María se puso muy nerviosa, no pudo contener las lágrimas y empezó a llorar. El niño también estaba muy nervioso y la clase se había convertido en un caos total Le parecía inaceptable esa actitud del compañero de matemáticas y tenía que tomar medidas muy drásticas. Así que decidió acudir al director para contarle lo sucedido.&nbsp; Hablaron durante un buen rato y llegaron a la conclusión que lo mejor sería pedirle al profesor de matemáticas que diera una charla a los alumnos sobre el tema “Tod@s somos diferentes”. De esta forma aprendería a respetar a todas las personas que son diferentes.&nbsp;

&nbsp;Cuando estaban en el patio,&nbsp; Lucas se empezó a encontrar mal. Sus compañeros se dan cuenta y poco después avisan a María. Entonces ella vio que le faltaba más energía de lo habitual, así que decidió llamar a una ambulancia.&nbsp; &nbsp;María explicó a los médicos qué le pasaba a Lucas y ellos decidieron llevarlo al hospital lo más rápido posible. Cuando llegaron, acomodaron a Lucas en una habitación.&nbsp; &nbsp;Cuando estaba mejorando, una chica del orfanato y amiga suya decidió visitarle. A María le recordó mucho a ella de pequeña y esa tarde Lucas y la chica se lo pasaron en grande, a pesar de que Lucas aún estaba enfermo. Pero esa noche, sin que nadie se lo esperara, el pulso de Lucas fue disminuyendo, y aunque lo intentaron salvar, fue todo en vano.&nbsp; &nbsp;María se sintió vacía, ya que tenía la esperanza de que se recuperara y acompañó a la chica dándole la significativa cuerda que tenía en la muñeca.

Al cabo de unos años, cuando María se hizo profesora de Educación Especial, intentó ayudar lo más posible a chicos como su amigo de la infancia.&nbsp; Después de un año, María se hizo directora de dicho centro. A María le gustaba ayudar a las personas con discapacidad de cualquier manera, por ejemplo, donaba sus ahorros a orfanatos para niños con necesidades educativas especiales.&nbsp; Conforme fue pasando el tiempo, María se dio cuenta de que quería ofrecer su ayuda a diferentes países del mundo y así creó una fundación para este fin.&nbsp; Y coincidencias del destino: ¡La primera persona en donar dinero en la fundación fue la madre de Nicolás!&nbsp;

Cuando María llegó al centro ordinario, vio a un niño con la misma discapacidad que tenía su amigo Nicolás&nbsp;que murió. María se alegró por ver a otro niño como Nicolás, ya que le trajo mucha nostalgia. Un profesor de matemáticas le intentó pegar al niño, porque le mordió a otro alumno. Y María se puso en medio y el profesor la apartó&nbsp;por meterse en medio y defender al niño con discapacidad. María no pudo soportar este comportamiento.&nbsp;Y María dijo:

-Por tener a un niño con discapacidad en la clase no tenemos el derecho de tratarlo de forma diferente.&#160;

Érase una vez y mentira no es, una profesora de un centro de Educación especial llamada María. Esta joven tenía mucho interés por trabajar en un centro así por sus amistades pasadas. María se imaginaba aquella aventura llena de cosas positivas, pero lo que no se esperaba era que ninguno de sus alumnos hablase. ¡La rara era ella! Pensó en jugar a la cuerda con ellos, al fútbol… todo lo que hacía con Nicolás… pero no obtenía respuestas. ¿Cómo se comunicaría con sus alumnos? Nadie le había advertido de las características de sus alumnos. Por la noche, en cuanto llegó a casa, María empezó a pensar seriamente de qué manera podría&nbsp; comunicarse con sus alumnos, teniendo en cuenta que lo más probable era que ellos fueran sordomudos.&nbsp; De repente, se acordó de la forma más sencilla de comunicación con los sordomudos: el lenguaje de signos.&nbsp; &nbsp;

Pasé el resto del día pensando en mi infancia y en el tiempo que compartí con Nicolás en el orfanato. Llegué a la conclusión de que tal vez fue el destino el que nos unió y después de tantos años finalmente puedo tener cerca de mí a alguien que se parece a él.&nbsp; A la mañana siguiente ,cuando llegué al cole, encontré a Pedro y a Sofía hablando en el patio, igual que yo lo hacía con Nicolás, aunque a mis compañeras no les gustaba nada y a veces incluso me echaban broncas.&nbsp; Me emocioné y me quedé mirando por la puerta , pero después de unos minutos ellos empezaron a bailar. Me quedé muy feliz porque esa escena me trajo recuerdos del día en que Nicolás no pudo salir al patio , porque estaba malito y nos quedamos en el aula.&nbsp;Le puse música, lo agarré fuerte contra mí y empezamos a bailar.&nbsp;&nbsp;

Estaba agotada, pero en lugar de irse a la cama, empezó a aprender la lengua de signos. Se centró en los signos más básicos para poder saludarlos y preguntarles cómo estaban. Pasó la noche en vela entrenando.&nbsp; Por la mañana se fue al centro llena de ilusión y con la esperanza de poder comunicarse con sus nuevos alumnos.&nbsp; Al entrar en el aula , puso en práctica lo que había aprendido durante toda la noche y logró comunicarse con algunos de ellos. Al principio no fue fácil ya que, al ser la nueva profesora, ellos se sentían un poco tímidos. María estaba muy orgullosa de sí misma.&nbsp; El problema llegó más tarde al darse cuenta de que uno de los alumnos parecía no entender la lengua de signos. Cuando se acercó a él notó que el niño sintió miedo de ella. Se fijó también en que no tenía brazos.&nbsp; ¿Cómo podrá María comunicarse con él?

Se despertó sobresaltada en la cama. ¿Todo había sido un sueño? Cuando fue a clase todo era normal aunque ese día cuando llegó a clase estaba muy confundida con el sueño y se dio cuenta que Nicolás solo existía en su mente. Lo recordaba como uno de sus mejores amigos del orfanato de su infancia, y entonces al mirar el calendario se dio cuenta de que ese mismo día hacía 20 años había muerto Nicolás.&nbsp; Al día siguiente, María les contó a sus alumn@s el sueño que había tenido y toda la historia con Nicolás. Les dijo que tenían que respetar a la gente con discapacidad, porque aunque no puedan comunicarse o andar, tienen un gran corazón.

&nbsp;María aceptó ,pero le dijeron que la operación era muy costosa y que tendría que pagar parte de su bolsillo. Su sueldo de profesora de educación especial no le alcanzaba para tener ahorros, por eso se quedó muy triste. No sabía cómo iba a conseguir juntar tanto dinero para la operación de Nicolás. Además el especialista les dijo que no podrían esperar mucho más. La operación tendría que realizarse lo más pronto posible.&nbsp; &nbsp;María le dio vueltas y más vueltas pensando cómo podría conseguir el dinero. &nbsp; Ninguno de sus familiares tenía posibilidades económicas para ayudarla y tampoco se atrevía a pedírselo. Su madre se enteró de la situación y decidió vender todas las joyas para conseguir el dinero, porque quería ver a su nieto recuperado. El joyero le dio más dinero que el que realmente valían las joyas, porque la situación de Nicolás le dio mucha pena.&nbsp; &nbsp;María estaba contentísima, porque finalmente había conseguido reunir el dinero necesario. Pero cuando el día de la operación llegó,&nbsp; su hijo se puso enfermo y...

Pero esa imagen seguía apareciendo una, otra y otra vez. Y me preguntaba:&nbsp; ¿Cómo es posible, si tú has muerto? ¿Me habré vuelto loca?&nbsp; Pero nadie me contestaba. Sí, yo estaba asustada pero al mismo tiempo me gustaba mirar aquella imagen que me hacía recordar todos los momentos que había vivido a su lado. Rápidamente dejé de verlo y me fui a acostar pues pensé que sería el cansancio hablando más alto que yo. Por la mañana cuando me desperté tenía un billete en la almohada con la firma de mi mejor amigo Nicolás.

María, al estar en la clase que le tocó por primera vez, se puso muy contenta al ver que había un chico llamado Joao, que tenía una discapacidad. Ella siempre al ver&nbsp; a Joao, se ponía a pensar mucho en Nicolás. María, al terminar las clases, siempre se quedaba con Joao un rato y decidió&nbsp; ponerle una cuerda como la que tenía Nicolas. Al ponerle una de esas pulseras a Joao, a María le pareció ver&nbsp; a alguien sentado de espalda. Al rato ella se acercó y vio que era Nicolás y le sorprendió mucho. Después de haber pasado ese momento se puso a pensar en la pulsera que le puso a Nicolas, y lo que hizo fue quitarle a Joao la pulsera y entonces desapareció Nicolás.&nbsp; Al ratito se la volvió a poner y reapareció otra vez Nicolás. A partir de ahí comenzó a sospechar sobre qué pasaba…

Entonces me puse a llorar porque estaba muy triste y pensaba que mi amigo estaba vivo, pero recordé de nuevo que él ya estaba muerto.&nbsp; Salí a dar una vuelta y pude despejarme de todo lo que tenía en la mente.&nbsp; Iba a tomarme un café y en mitad del camino me encontré con uno de mis alumnos que me preguntó: - ¿Dónde vas, María? - A una cafetería a tomar un café - le contesté. Él me preguntó si podía ir a tomar algo conmigo y le dije que sí.&nbsp; Yo estaba muy cansada del trabajo y él me invitó a su casa para conocer a su familia. Me desperté en mi casa y no entendía dónde estaba, me sentía confusa..&nbsp; Él me dijo que había ido a buscar a su padre y me habían llevado a mi casa para que pudiera descansar. Me puse contenta porque pensé que era un mal sueño y me intenté despertar, pero ¡ya estaba despierta!

Él era muy tímido y hasta ahora poco más había dicho aparte de sí o no, pero la escuchaba con mucha atención y la miraba con mucha ternura.&nbsp; Poco a poco fueron cogiendo confianza y cada día sus conversaciones iban siendo algo más largas. De repente, María se acordó de que nunca le había preguntado su nombre. Era algo imperdonable, pero quizás fue la emoción de conocerlo que le hizo olvidarse algo tan básico. Así que ese día, durante el primer recreo se lo preguntó en cuanto lo vio. Cuando el compañero le dijo que se llamaba Nicolás, a María se le encendió una luz y lo relacionó inmediatamente con su amigo Nicolás que había conocido hacía 20 años en el orfanato. No se lo podía creer...

Después de que María&nbsp;se hiciese profesora, seguía con la cuerda en la mano… Prometió que jamás se la quitaría.&nbsp; El primer día de clase le llamó la atención un chico que se parecía a su amigo de la infancia: Nicolás. A este chico le hacían bullying, no tenía amigos, le echaban de los grupos, nadie quería estar con él hasta que un día… las cosas cambiaron.&nbsp; El hijo de María subió un curso, porque era un niño muy listo y María le dijo a su hijo que jugará con el chico al que le llamaban “rarito” y este le dijo que le parecía bien. Hasta que un día el hijo de María. durante el recreo se acercó al chico a quien todos llamaban “rarito”, le sonrió y empezó a hablar con él. El chico parecía asustado porque hasta ese día ningún compañero se le había acercado para hablar con él y mucho menos le había sonreído. Más bien al revés, le hacían gestos feos y las únicas palabras que le dirigían eran insultos.

Equipo 5 Gratitud

Si estaba enfermo no le podrían hacer la operación,tampoco podían esperar a que se curara ya que si no le hacían la operación ya no podría recuperarse y andar. Pasaron semanas y el niño no se mejoraba así que María decidió llevarlo a su doctor, su doctor les dijo que estaba empeorando, que poco a poco se iba debilitando y cada vez perdía más movilidad. El médico les dijo que podían someterse a un tratamiento para evitar que la cosa empeorara pero el niño estaba sufriendo desde hacía mucho tiempo, así que decidió no someterse al tratamiento y pasar sus últimos días con María, la persona que le había cuidado y a quien no le importaban sus diferencias o capacidades tanto físicas como mentales. Los dos decidieron pasar los últimos días que les quedaban al lado del mar, en un pequeño apartamento, pasaron unos días muy felices juntos.

Al cabo de tres años, María seguía dando clases en ese centro. Al comienzo de su cuarto año, le llega un niño nuevo, que tiene las mismas discapacidades que tenía Nicolás y a María le recuerda a su niñez. Su nombre era Lucas. Los niños del colegio lo aceptan a la primera, no como hicieron con Nicolás, cosa que conmueve a María.&nbsp; &nbsp;María hizo actividades para incentivar que los niños jugasen con el chico nuevo para evitar que le pasase lo mismo que le había pasado a Nicolás.&nbsp; Durante los recreos ,María lo llevaba al patio para que estuviera con el resto de niños; ellos le leían libros, escuchaban música y lo llevaban a pasear por el jardín. Todo iba muy bien hasta que un día...

Equipo 9 Positivismo

De repente, uno de sus alumnos cayó enfermo. Al principio nadie sabía cuál podría ser su enfermedad. Siempre había sido un niño muy sano y lleno de energía. En el patio de recreo era el número uno jugando a la comba y metiendo goles. Todos los compañeros lo reclamaban en sus equipos por eso. Después de varias pruebas descubrieron que se trataba de la misma enfermedad que había padecido Nicolás hacía más de 20 años atrás. Entonces la madre del niño y María se pusieron de acuerdo y decidieron empezar a recaudar fondos a través de su fundación para que el niño pudiese empezar un nuevo tratamiento médico. A cada persona que ayudaba con una donación le daban una pulsera hecha con un trozo de cuerda...

Me acuerdo perfectamente del día en el que empecé a trabajar en este colegio.&nbsp; Era joven y tenía muchas ganas de iniciarme en el mundo laboral y aprender. La razón por la que acabé en la docencia fue mi amigo Nicolás.&nbsp; Mi clase estaba llena de chicos como Nicolás, pero ninguno se parecía a él. No obstante, eso no iba a durar mucho tiempo debido a que a mitad de curso, se incorporó un nuevo chico llamado Pedro. Era igualito a Nicolás. Desde ese momento, empecé a tener recuerdos de él; todas las clases que daba me transportaban a mi infancia con Nicolás.&nbsp; Y cuando menos me lo esperaba, ahí vi a Sofía jugando con Pedro.&nbsp; ¡Era un espejo de mi pasado! ¿Sería casualidad?

Poco a poco se fueron conociendo más y María le fue encontrando parecidos con su amigo de la infancia. Un día quedaron en casa de Nicolás para tomar un café y él le enseñó fotos de cuando era pequeño con su familia y amigos. Entonces ahí fue cuando María se dio cuenta de que si era él. Ella no entendía porque le dijeron que se había muerto.

Nunca olvidaría ese día tan especial e importante para mí. Cuando Pedro y Sofía terminaron de bailar, Sofía le preguntó a Pedro si quería que fueran mejores amigos, y para que Pedro le pudiera contestar, Sofía le dijo a Pedro que pestañeara si aceptaba. Pedro de repente consiguió mover los labios inesperadamente para mostrar una sonrisa que definía su gran felicidad al escuchar la pregunta que ella le hizo. Después de que Pedro se le quedara mirando con una mirada perdida y embobada que demostraba lo emocionado que estaba... ¡pestañeó!

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