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Diálogo entre científicas

by Iluminando ConCiencias

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Curie: - Le puse el nombre de “Sacrificio por la Ciencia”.

Vallet-Regí: - Vaya nombrecito, con ese nombre igual algunas niñas y niños que piensen prepararse y dedicarse al mundo científico, no lo hagan al escucharte esa poesía…

Curie: - ¡Qué no, qué no…Marita! Tú y yo sabemos que sin Ciencia no hay futuro. La Física es maravillosa y la Química es belleza y con nuestro ejemplo y muchas como nosotras cada vez más gente estudiará algo relacionado con la Ciencia.

Vallet-Regí: - Espero que sí, te cuento una cosa... un día fui a un programa de radio para animar a que más mujeres estudien carreras en el ámbito científico-tecnológico y me presenté como una científica con muchos años de esfuerzo y también dije que lo que más me gusta es la docencia y por eso doy clase en la Universidad. ¡Me encanta enseñar!

Curie: - Sin docentes nada sería posible, espero que entendieran bien tus palabras los que te escuchaban en la radio, parece una contradicción y en la radio al no ver la imagen no se pillan ni la ironía, ni algunas observaciones… Tienes toda la razón, el Nobel de cualquier disciplina de dentro de 15 ó 20 años está hoy en las aulas de colegios, Institutos y Universidades.

Vallet-Regí: - Sí, me entendieron perfectamente. Oye Marie…no cambies de tema, recítame esa poesía. Deseo escucharla.

Curie: - Soy tímida, pero... como no hay ningún científico que no guarde un poeta en el alma, si me lo pides otra vez me lanzo a recitarla.
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Vallet-Regí: - Soy todo oídos, cerraré los ojos para escucharla mejor.

Curie:
“¡Ah, cómo la juventud del estudiante transcurre amargamente,
mientras que a su alrededor, con eterna pasión lozana,
otros jóvenes buscan ávidamente los fáciles placeres!
¡Y no obstante, en su soledad
vive, oscura y feliz,
pues en su celda halla la fuerza
que hace inmenso el corazón!
Mas el tiempo bendito se esfuma,
pues debe abandonar el país de la ciencia
para luchar por su pan
en los grises caminos de la vida.
Y muy a menudo, el espíritu fatigado
vuelve bajo los techos
de este rincón siempre amado por su corazón,
en donde albergaba la labor silenciosa
y en donde quedó un mundo de añoranzas”

Vallet-Regí: - Es genial, hago mías tus palabras, ¡Dicho queda!

Curie: - Gracias, hacia tiempo que no la recitaba. La última vez que la recité fue un 22 de octubre para “La vida y un poema”, un proyectillo que me propusieron...