Los hermanos de Nicolodo

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LOS HERMANOS DE NICOLODO
Un día como todos, los hermanos de Nicolodo, que eran muy traviesos, se llamaban Santiagodo, Emilioda, Manuelodo y Palomoda. Ellos eran muy cercanos (aunque cada tanto se peleaban).
Un día, los hermanos decidieron salir a conocer el mundo solos, decidieron ir al parque, pero no sólo al parque, también querían ir a conocer todo el terreno haciendo lo que quieran pero comenzando por el parque. Entonces decidieron que se iban a preparar mochilas con agua y comida porque tal vez el viaje era largo. Cuando ya se prepararon todas las mochilas ya estaban en camino, sin que Mamitoda ni Papitodo se dieran cuenta.
Cuando llegaron al parque lo primero que hicieron fue ir a los juegos (porque como eran traviesos, cuando iban al parque no los dejaban). Después de jugar hasta el cansancio decidieron tomar agua e ir a explorar, vieron pájaros, plantas y también vieron personas jugando al fútbol. Cuando ya exploraron todo se fueron a el Shoppingodo.
Como el Shoppingodo era gigante, decidieron explorar todas y cada una de las tiendas, (y comprarse cosas, porque Palomoda sabía que iban a ir a tiendas, entonces llevó plata). Decidieron ir mirando todo lo de arriba y después lo de abajo, arriba había tiendas de ropa (en las que obviamente se compraron ropa). Pero hubo un problema…, es que se desconcentraron con los juegos que había en un piso y cerró el Shoppingodo. Ellos estaban desesperados porque tendrían que esperar toda la noche ahí adentro hasta que abra de vuelta, pero no se quién estaba más desesperado, si los hermanos o los padres.
Los padres estaban poniendo carteles en los postes, más o menos estaban “poste que veo, poste al que le pego un cartel”, también llamaron a la policía pero como estaban en el Shoppingodo no los encontraban, es que ellos aman a sus hijos, lo único es que eran traviesos. Los hermanos se fueron a un lugar de salto, no para saltar, sino para descansar en las piletas de bloques de goma (pero obviamente un poco por lo menos saltaron). Cuando ya recargaron energías fueron a ver que más había pero les daba un poco de miedo por la razón de que cuando habían cerrado apagaron todas las luces.
Cuando ya era de noche decidieron ir a dormir donde habían descansado anteriormente, era un lugar blando y no duro como lo era el suelo. Por otro lado, los padres no estaban esperando a que la policía los encuentren, ellos también estaban buscándolos, era como si dijeran en su mente “yo no me voy de acá sin mis hijos, aunque sean las 5:00 am los voy a seguir buscando”. Como sabían que a sus hijos les gustaba mucho el Shoppingodo se quedaron en la puerta para descansar y que cuando abra los puedan buscar adentro, después de un tiempo el Shoppingodo abrió porque como mucha gente iba al Shoppingodo temprano, por las ofertas, entonces enseguida que abrió entraron corriendo a buscarlos. Los hermanos por su lado estaban durmiendo porque nunca se despertaban temprano, en un momento Mamitoda llegó al piso del lugar de saltos(donde estaban los hermanos) y como ella los conocía llamo a Papitodo para que vaya con ella, porque a los hermanos les encantaba saltar en la cama de sus papás, cuando los papás encontraron a sus hijos en la pileta donde se habían dormido. Enseguida los despertaron para llevarlos a casa, bañarlos y castigarlos por escaparse e ir a dormir. Fin.
                           El club de los imperfectos

El club de los imperfectos estaba compuesto por tres imperfectos. Ellos estaban en el barrio San Isidro, cerca del club de los perfectos.

Los imperfectos eran un poco excluidos de los demás clubes, no por ser de otro club sino porque eran imperfectos. En realidad todos lo eran, pero ellos mucho más; porque eran desordenados, sucios, impacientes, impuntuales y desubicados. Como tenían esos defectos los excluían.
Un día una empresa los quiso contratar para una propaganda de perfume, porque tenían una casa muy linda, los imperfectos aceptaron felices y la empresa solo les pidió una sola cosa, que se arreglaran y ordenaran la casa. Ellos dudaron y uno le dijo “ya volvemos, un segundo”. Se miraron, pensaron, asintieron con la cabeza, volvieron y le dijeron que si aceptaban.


Después de que la empresa los contratara empezaron a ordenar todo, porque como eran desordenados y sucios estaba todo desordenado y sucio. Iban por acá y por allá, limpio por acá y por allá, la ropa acá los zapatos allá, y así, súper nerviosos ordenando la casa. De pronto les llega un mensaje, diciendo “estén listos para mañana que van a tener que estar PERFECTOS para la TV”. Sus cerebros no lo podían creer, era como si dijeran “¿QUE VAMOS A HACER? ¡¡¡SOMOS LO CONTRARIO A PERFECTOS!!!”. Pero estaban tan exaltados, porque creían que les darían una semana como mínimo para ordenar este desastre. Uno de ellos se tranquilizó, tranquilizó a los demás, procesaron lo que estaba pasando para saber qué hacer y se tomaron un descanso, en realidad un mínimo descanso con el poco tiempo que tenían.

Cuando ya ordenaron toda la casa ellos estaban más sucios que antes, entonces decidieron irse cada uno a sus casas a dormir. Al día siguiente se bañaron, se peinaron, se vistieron elegantes y fueron lo más puntuales que pudieron para llegar a la casa. Cuando llegaron, la gente los miraba raro, porque era como si ahora intentaran ser PERFECTOS. Cuando llego la empresa comenzaron a explicarles lo que tenían que hacer,  que era solo halagarse con el olor que tenían y después uno decía “Chicos, ustedes usan Paris ¿no? De perfume… porque huelen re-bien” y los otros le decían que “Si, claro, si es el mejor perfume de la Argentina”.

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